En un esmerado esfuerzo más por masacrar a su población, el presidente de Brasil, foco mundial de la pandemia de coronavirus, vetó partes de una ley de uso obligatorio de tapabocas. Mientras tanto, Chile trepa al primer puesto sudamericano en cantidad de muertes por habitante.
Con Brasil y Estados Unidos a la cabeza, y después de haber pasado por Asia y Europa, América es el foco mundial del coronavirus, sobre todo a causa de la proverbial imbecilidad de la mayor parte de su dirigencia. Tal es el caso de Jair Bolsonaro, cuya último atentado a la salud pública consiste en haber vetado partes de una ley que obligaba al uso público del tapabocas. En Brasil, ayer hubo 37.923 contagios de coronavirus y 1091 muertes, totalizando 1.557.004 infectados y 64.295 muertos desde el inicio de la pandemia.
La teoría política va a tener que encontrar un nuevo concepto para clasificar a esta nueva serie de líderes y a sus crímenes, que todavía no son tales. El viernes pasado, Bolsonaro autorizó a los brasileños a circular por comercios, escuelas y templos –lugares de contagio seguro por concentración de personas– sin usar el tapabocas. Con su veto, también liberó al Estado de cualquier obligación de distribuir tapabocas en poblaciones pobres y al sector privado de proveer el elemento de protección a sus empleados.
Mientras tanto, en Chile, que supo ser presentado como un país modelo de cuaretena laxa, control del virus, testeo y la mar coche, la cantidad de muertos por millón de habitantes pasó a ser la más alta de todo Sudamérica. Así, el país transandino se convierte en el más impactado por el coronavirus en nuestra región.
Estos son los datos epidemiológicos actualizados de la pandemia.