Una agenda del amor y los derechos

¿Puede el amor formar parte de una agenda periodística? Sí, puede.

¿Es el matrimonio la única forma de cristalizar el amor? No. ¿Está bien que ese instrumento de ciudadanía, el matrimonio, sea restringido solo a algunas personas? No, no está bien. Está mal.

Bajo esas premisas, orientamos la línea editorial de Pausa cuando el matrimonio igualitario era apenas una demanda que parecía de lejana concreción. No fue un capricho ni una ocurrencia en el aire: fue la respuesta periodística que consideramos adecuada ante el clamor de un colectivo amplio y diverso que dio pelea para lograr la equiparación de un derecho básico.

***

La ampliación de derechos del siglo XXI anotó al matrimonio igualitario entre sus primeros hitos, en nuestro país y también a nivel global. Argentina fue la primera Nación de Sudamérica y la décima a nivel mundial en sancionar una legislación (2010) que lo reconoce.

Discutir en 2020 ese derecho parece anacrónico; hace unos pocos años no lo era.

La agenda de la ampliación de derechos hoy se debate en casi todos los medios, incluso en aquellos que se oponen a esa ampliación. En 2008, en Santa Fe, era un tema que apenas aparecía en los medios y muchas veces en espacios marginales.

La centralidad de la agenda de género –y en general de la ampliación de derechos en todos sus alcances– hoy es indiscutible. Cualquier medio puede trabajar sobre esa agenda con la mirada, las herramientas y los objetivos que persiga; lo que no se puede hacer es ignorarla.

***

Cuando craneamos Pausa, decidimos que la ampliación de derechos y las demandas de las llamadas "minorías" ocuparían el centro de nuestra agenda periodística.

En la edición Nº 4, a principios de julio de 2008, Marcela Perticarari publicó el primero de muchos informes sobre la situación del colectivo LGTBIQ+. En esa nota, hay una frase que se leía como profética y, en efecto, lo fue: “En poco tiempo la orientación sexual dejará de ser un impedimento para acceder a ciertos beneficios”.

En ese momento se discutía en la provincia de Santa Fe el proyecto de unión civil, germen de lo que más tarde sería la ley nacional de matrimonio igualitario.

Dos años después, en junio de 2010, el tema estaba en debate en el Congreso y en ese contexto publicamos un artículo de opinión en el que Juan Pascual daba cuenta de que no existe una sola forma posible de familia, un “modelo”; sino que hay muchos tipos de familias y, por eso, entendíamos que era una obligación ineludible del Estado garantizar los mismos derechos para todas las personas.

El 15 de julio de 2010 se sancionó la ley de matrimonio igualitario: una conquista colectiva que puso a la Argentina a la vanguardia del reconocimiento de los derechos de las minorías.

Ileana Manucci ha sostenido en un artículo titulado “Generación Matrimonio Igualitario” que esa ley, que hoy cumple diez años, marcó un antes y un después en el reconocimiento de los derechos en nuestro país y, al mismo tiempo, empujó a toda una generación de jóvenes a “descubrirse, salir del clóset y empezar a militar”.

***

¿Puede el amor formar parte de una agenda periodística? En Pausa pensamos que es posible y que es necesario.

¿Hicimos algo extraordinario durante todos estos años? No. Solo hicimos lo que teníamos que hacer: periodismo con perspectiva de género en defensa de más derechos para más personas.

Por lo logrado y por lo que falta, vamos a seguir apoyando desde nuestro espacio todas las demandas sociales que apunten a la ampliación de derechos. Para construir, entre todas, todos y todes, un país más justo y más libre que reconozca, celebre y defienda el amor, el deseo y las identidades en todas sus formas y expresiones.

Dejar respuesta

Por favor, ¡ingresa tu comentario!
Por favor, ingresa tu nombre aquí