El gabinete del gobierno de facto de Jeanine Áñez no escapa a la dura realidad de la pandemia en su país. Mientras siguen subiendo los números de muertos, continúan los casos positivos entre los funcionarios. En julio, además, murieron un secretario y un director de Salud en Santa Cruz.
Bolivia es el quinto país de Sudamérica en el ránking de cantidad de muertes por millón de habitantes. Mientras Argentina presenta 84,03 fallecimiento cada millón, Bolivia tiene 278,68.
El domingo, el país que preside ilegítimamente Áñez, reportó un nuevo récord diario de fallecidos por coronavirus, con 89 muertes en un solo día. Hoy ya son 3228 los decesos confirmados por el Ministerio de Salud.
Mientras tanto, se confirmó en las últimas horas que el ministro de Energía, Rodrigo Guzmán, dio positivo para Covid 19, convirtiéndose en el funcionario número 11 -de 17- del gabinete en contraer el virus. Incluso al propia Jeanine Áñez dio positivo el pasado 9 de julio.
El ineficiente manejo de la pandemia en un país golpeado por una crisis política y social muy fuerte, se cobró la vida de dos funcionarios y referentes de Salud. El 24 de julio falleció el secretario de Salud y Políticas Sociales de la Gobernación boliviana de Santa Cruz, Óscar Urenda, quien lideró la batalla contra la pandemia hasta que se contagió. Un día después, el 25 de julio, murió Roberto Torrez, gerente de la Unidad de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud, que estuvo intubado y en terapia intensiva por varias semanas, a la par de Urenda.