En el marco de los operativos realizados por el Movimiento Evita para que las y los santafesinos puedan inscribirse al ReNaTEP, se conoció un muestreo con diversos indicadores sobre el trabajo informal local: el 57% son mujeres y el 90% cobra menos de 8 mil pesos por su trabajo.
El Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (ReNaTEP) es un registro creado por la Ley 27.345 de emergencia social en 2016. Su finalidad es poder reconocer y formalizar a los y las trabajadoras de la economía popular en todo el país. Para ello, se vale de un formulario online por el cual cada trabajador o trabajadora se inscribe voluntariamente.
“Como diputada nacional fui parte de la elaboración y voté la Ley de emergencia social que, por iniciativa de los movimientos sociales, tuvo como novedad el reconocimiento de ciertos derechos para los que trabajan en la economía popular: la creación del Consejo de la Economía Popular, el instituto del Salario Social Complementario y el ReNaTEP” afirmó Lucila De Ponti, Diputada Provincial del Movimiento Evita.
Luego de tres años paralizado, el ReNaTEP fue implementado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, lo que movilizó a las organizaciones sociales a salir al territorio a realizar operativos de inscripción. Luego de un mes de trabajo, el Movimiento Evita realizó un muestreo sobre 1000 casos de trabajadores y trabajadoras de la economía popular de barrios santafesinos.
“La realidad es que mucha gente no tiene internet, no tiene acceso a la información para inscribirse. Por eso salimos a hacer operativos en todos los barrios populares y ferias de Santa Fe Ciudad. Los datos preliminares que arrojó el informe son alarmantes: el 57% son mujeres, la mayoría trabaja en tareas de cuidado y limpieza sin remuneración; el 67% no terminó la escuela secundaria y el 90% cobra menos de $8.000 por su trabajo” continuó.
“Nuestro compromiso ha sido siempre trabajar desde el barrio, con organización y desde la solidaridad. Tenemos que llegar a las y los mas postergados, ya que la democracia argentina no ha tenido como prioridad a estos trabajadores. Para poner a la Argentina de pié, necesitamos que los trabajadores de la economía popular tengan derechos laborales” finalizó De Ponti.
Los datos
Luego de los operativos de promoción del Renatep, realizado en diferentes barrios de la ciudad por la UTEP- Evita, se publicó un informe con el cual las organizaciones buscan dar a conocer la manera en que producen las y los santafesinos que no tienen empleo, pero si trabajo.
Respecto de la distribución etaria de les trabajadores de la economía popular de la ciudad de Santa Fe, el relevamiento da cuenta de que el 28% tiene entre 18 y 25 años, un 29% entre 26 y 35, y el 40% son adultos maduros (36 a 65 años). Hay un 3% de adultos mayores, con más de 65 años. "Es importante resaltar el alto porcentual de personas menores de 35 años que se encuentran en la situación de trabajo no reconocido formalmente por el Estado, y por ende por privados de los derechos laborales básicos que aporta el contar con un empleo".
En relación al ingreso, permanencia y egreso en el sistema educativo, el informe muestra una alta accesibilidad y egreso en relación al nivel primario. El porcentual se reduce en el nivel secundario, donde se ve un número importante de trabajadores/as que ingresan al sistema pero no pueden egresar. Por su parte, el nivel superior -carreras universitarias y no universitarias- tanto el ingreso, como la permanencia y el egreso son escasos.
Sobre la composición sexo-genérica de la muestra, se observa que es significativa la composición femenina del trabajo informal: el 57% son mujeres, el 47% varones y 0% personas trans. "Consideramos que esto no es casual, sino que es producto de la desigualdad histórica de la que han sido víctimas las mujeres en el marco del sistema capitalista patriarcal", señalan desde las organizaciones.
Otro de los ejes relevados tuvo que ver específicamente con qué producen y cómo. "En cuanto a la modalidad en que desarrollan su trabajo, se puede observar una marcada tendencia al desarrollo de las tareas de forma individual. Mientras que quienes afirman desarrollar sus actividades/producción con otras personas se destaca la participación en organizaciones comunitarias sociales, como el espacio compartido de desarrollo del trabajo, en segundo lugar, aparecen los emprendimientos familiares, siendo un número considerablemente menor, y por último la participación en la esfera de las cooperativas".
Respecto del tipo de actividades/producción que realizan, los servicios personales son el principal ámbito de inserción, seguidos de los servicios comunitarios y la construcción e infraestructura social que comparten cifras similares. Luego hay algunas actividades con menos representación como la industria manufacturera, y el trabajo en transporte y almacenamiento y agricultura familiar.
En relación a las actividades/servicios que realizan se destaca una fuerte presencia de amas de casa, trabajo no remunerado que representa un porcentual importantísimo del sector informal. A esta actividad le siguen la albañilería; el trabajo en actividades
en el marco de comedores y merenderos; la producción de alimentos y el desempeño de la tarea de vendedor de diversos productos, tanto ambulantes como en punto fijo. Hay además una importante presencia del desarrollo de tareas como personal doméstico/limpieza. Las actividades con porcentuales significativamente menores: servicios como el de jardinería, electricista, cartonero o el desarrollo de actividades múltiples que aparece bajo la denominación de “changas”.
Finalmente, en cuanto a los ingresos que perciben por sus actividades o producción, una gran mayoritario manifestó que no sabe o no pudo estimar sus ingresos mensuales. En el relevamiento, la categoría que le sigue es sin ingresos, y en tercer lugar aparece el rango que abarca hasta un ingreso mensual de $8437, seguido del que va de $8437 a 16.875 siendo inusuales los casos en que los ingresos de los trabajadores informales supera dicha cifra.
Conclusiones
Alguna de las conclusiones a las que llega el informe:
-El carácter joven del trabajo informal en la ciudad de Santa Fe. "La mayor parte de los trabajadores que se encuentran por fuera del reconocimiento estatal tienen entre 28 y 35 años, por lo que los efectos de las condiciones de vida y de trabajo impactarán en gran parte de su vida y las de sus familias en clave progresiva, al no acceder a los beneficios sociales y previsionales del trabajo formal".
-Dificultades para contar con una titulación secundaria. "El sistema no ha podido contenerlos y garantizar su permanencia en el nivel, cuestión que reduce sus opciones a la hora de acceder a un trabajo formal, en tanto se presenta como requisito el egreso del nivel secundario".
-Feminización del trabajo informal. "Este dato se enlaza con la preeminencia en cuanto a las actividades específicas de las amas de casa, como ya mencionamos esta categoría implica trabajo informal no remunerado, y claramente las mujeres son quienes quedan comprendidas, teniendo en cuenta que dicha ocupación no es considerada un trabajo, a raíz de los valores impuestos por la sociedad patriarcal".
-Trabajo individual. "Nos invita a pensar sobre la posibilidad de ampliar el acceso a la cooperativizacion y apertura de posibles canales de diálogo que permitan un agrupamiento sectorial".
-Precariedad. "El porcentual mayoritario no puede establecer un mínimo estimable de ingresos mensuales debido a la precariedad y variabilidad del trabajo al que pueden acceder. Lo que presenta una alta imprevisibilidad, incluso a la hora de contar con los recursos mínimos para acceder a satisfacer sus necesidades básicas. La categoría sin ingresos, también ampliamente mayoritaria, tiene que ver con la antes mencionada actividad como “ama de casa”, que se presenta como trabajo no remunerado. Por su parte, quienes pueden estimar sus ingresos, están por debajo de lo establecido oficialmente como mínimo necesario para satisfacer los gastos comprendidos en la canasta básica".