El Laboratorio de Control de Calidad de Medicamentos de la UNL fue habilitado por el Ministerio de Salud de la Nación para constatar la calidad, pureza, potencia y estabilidad de los productos farmacéuticos derivados de la verde planta.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) del Ministerio de Salud de la Nación brindó el certificado que autoriza al Laboratorio de Control de Calidad de Medicamentos (LCCM) de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas para trabajar con productos derivados del cannabis, en vistas a su uso medicinal. Con más de 30 años de trayectoria, en LCCM se trabaja desde hace un tiempo en el desarrollo de una plataforma tecnológica destinada a la determinación de la composición química de aceites, extractos y otros derivados del maravilloso vegetal.
La utilización medicinal del cannabis requiere de exhaustivos controles que determinen, entre otras cosas, su calidad, identificación, pureza, potencia y estabilidad para garantizar su seguridad e indicar, por ejemplo, su dosificación. “El objetivo de este desarrollo es poder brindar, en un futuro lo más cercano posible, un servicio de control de calidad de estos productos”, aseguró Mercedes De Zan, Directora del LCCM, para luego indicar: “esto permitirá, entre otras cosas, verificar que los productos derivados del cannabis contienen los activos necesarios y son seguros para su consumo”.
Cabe destacar que esta iniciativa fue propuesta en la edición 2019 del Capital Semilla de UNL, con el proyecto denominado “Plataforma tecnológica para la determinación de la composición de muestras de aceite de cannabis para uso medicinal” a cargo de María Silvia Cámara, responsable de Calidad del LCCM. “Este proyecto tiene como objetivo responder a una demanda de la comunidad y de las asociaciones civiles que vienen trabajando en el proyecto de legalización del uso de cannabis con fines terapéuticos, brindando servicios de control de calidad de los productos que se elaboren de manera particular, en agrupaciones o de manera industrial”, explicó Cámara.
“Al contener sustancias psicoactivas los derivados del cannabis están considerados sustancias sujetas a control por parte de la ANMAT. Desde LCCM realizamos las gestiones pertinentes ante este organismo para acceder a la certificación que nos habilite como laboratorio y como grupo de investigación para trabajar con este tipo de sustancias y brindarle a la comunidad el servicio que necesita”, advirtió De Zan.
En el marco de sus políticas institucionales de investigación y compromiso con la salud pública, la FBCB va a poner a disposición del sistema de salud, de las distintas organizaciones sociales (civiles y profesionales) y de la comunidad en general, un servicio analítico que brindará información sobre la composición química de los aceites cannábicos que están siendo utilizados. Esto permitirá conocer qué es lo que se está consumiendo y garantizar un tratamiento seguro y efectivo en aquellas personas que, padeciendo determinadas patologías, necesitan usar el aceite de cannabis a los fines de aliviar sus dolencias y mejorar su calidad de vida.
Cómo se analiza
La caracterización básica de los productos mediante la determinación de la relación cannabidiol/tetrahidrocannabinol se lleva a cabo principalmente utilizando una técnica analítica llamada cromatografía gaseosa, que separa los compuestos de interés del resto de los componentes de la muestra y los puede identificar y cuantificar con certeza. Para establecer un perfil más completo de los productos y determinar compuestos minoritarios que no pueden ser medidos por cromatografía gaseosa, es necesario el uso de otra técnica analítica: la cromatografía líquida de alta eficiencia.
La plataforma que se implementará en el LCCM contará con procedimientos basados en ambas técnicas analíticas para la determinación de los compuestos activos mayoritarios y los minoritarios más relevantes, aplicables según los requerimientos, la demanda y el problema a resolver.
Además de la cuantificación de los activos, el control de calidad de los productos debe incluir otro tipo de ensayos como, por ejemplo, el contenido de solventes que se utilizaron para la extracción y que pueden resultar tóxicos si se encuentran en alta concentración, el contenido de metales pesados que pueden provenir de los recipientes que se utilizan durante la elaboración, y el contenido de agua que puede atentar contra la estabilidad del producto. Estos controles también se harán en el laboratorio de la FBCB.
“Es de suma importancia que los productores, distribuidores y consumidores de productos derivados de cannabis tomen conciencia de que se trata de un producto farmacéutico para el cual se debe garantizar su seguridad y eficacia, es decir que no sea tóxico y que tenga los activos en cantidad suficiente para lograr el efecto terapéutico deseado”, recalcó la Directora.