El Ministerio de Trabajo comparó la pérdida de empleo registrado en Argentina y otros países de América, en el marco del brote mundial de coronavirus. Las políticas de cuidado del trabajo tuvieron un impacto positivo. De todos modos la crisis sigue siendo muy profunda.
“Entre febrero y mayo la caída del empleo asalariado registrado del sector privado fue del 19,2% en Canadá, de 13,8% en Estados Unidos, de 12,2% en Chile y de 7,5% en Brasil. En este marco, la Argentina es el país de los seleccionados donde el empleo asalariado del sector privado presenta la menor caída”. Ese es el dato principal del último informe del Ministerio de Trabajo, que calcula en 2,5% la contracción del trabajo privado registrado en ese mismo período. Ese porcentaje corresponde a cifras desestacionalizadas; el cálculo con las cifras estacionalizadas –con la variabilidad de cada época tomada en consideración– arroja una caída del 3,72%. Como se mida, es una cifra calamitosa pero, en la comparación, queda claro que podría ser mucho peor.
Con la excepción de Canadá, los países escogidos para la comparación fueron o son férreos defensores de sostener la apertura de las actividades económicas más allá de cualquier razón sanitaria. El resultado final es más pérdida de trabajo y mayor cantidad de muertos por millón de habitantes a causa del Covid 19: Estados Unidos tiene 498 muertos por millón de habitantes, Canadá llega a 244, Brasil a 482, Chile a 530 y Argentina a 102.
“Desde la perspectiva de los flujos laborales, las acciones desplegadas se orientaron a preservar el nivel de empleo apelando a la contención de las desvinculaciones de personal”, destacan desde la cartera de Trabajo. Según los especialistas, las principales medidas que sirvieron para mitigar el impacto del brusco parate fueron el decreto antidespidos, las suspesiones colectivas que sostuvieron el salario y el pago del 50% de las remuneraciones a través del programa de Asistencia de emergencia al Trabajo y la Producción, los famosos ATP.
“La estrategia consistió en restringir la capacidad de las empresas de realizar despidos a cambio de un sensible recorte del costo laboral para los sectores en crisis, con escasa o moderada afectación en el salario de bolsillo de las y los trabajadores, teniendo en cuenta el contexto adverso. De este modo, se preservaron puestos de trabajo, evitando desvinculaciones que se producirían en un contexto de caída abrupta del nivel de actividad y apuntalando la sustentabilidad económica de las empresas. En este sentido, la medida inédita de prohibir los despidos sin justa causa y por las causas de falta o disminución de trabajo y fuerza mayor (establecido en el decreto 397/2020) forma parte de un esquema articulado de políticas, integrado por el salario complementario que brinda el programa de Asistencia de emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) y las suspensiones colectivas, en el marco del acuerdo firmado entre la UIA y la CGT, a través del cual se sostiene como mínimo el 75% del salario neto”, dice el informe.
El impacto está puesto en cifras: “En mayo de 2020, el programa ATP contribuyó a pagar los salarios de casi 2 millones de trabajadores dependientes de 230 mil empresas, número que representa el 43% del total de las empresas empleadoras privadas. Asimismo, en mayo, alrededor de 740 mil asalariados se encontraban suspendidos (un 12% del total del empleo asalariado privado)”.
El informe producido por la Subsecretaría de Planificación, Estudios y Estadísticas muestra que con la llegada de las progresivas aperturas que comenzaron en mayo, “el empleo asalariado registrado en empresas privadas se mantuvo prácticamente estable, mostrando una variación mensual de -0,1% (variación que representa 6 mil trabajadores menos). La dinámica laboral observada en mayo contrasta con las importantes contracciones verificadas en los meses de marzo y abril, cuando regía en casi todo el territorio nacional el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO). En efecto, en marzo el empleo asalariado privado cayó un 0,7% en términos mensuales (41 mil trabajadores menos); mientras que en abril, se verificó la reducción más importante, que fue de -1,7% (102 mil trabajadores menos)”.
El ATP continúa administrándose a la empresas en todo el país. El 24 de julio se anunció la continuidad del programa, que alcanza a las empresas cuya facturación continua siendo negativa, teniendo en cuenta el periodo entre junio de 2019 a junio de 2020. Las empresas de sectores no críticos percibirán la asistencia de un valor único de 1,5 salarios mínimos, vitales y móviles para todo el país y en el caso de los sectores considerados críticos, el salario complementario será de un tope de dos salarios mínimos, vitales y móviles.
Por otro lado, la asistencia que continuará hasta el mes de diciembre será para empresas de hasta 800 trabajadores y para empresas que forman parte de sectores críticos como es el caso del turismo, gastronomía, salud, deporte y cultura.
Respecto del decreto antidespidos, a mediados de julio se ratificó su continuadad hasta mediados de septiembre.