Sellaron un acuerdo para implementar un cupo laboral trans del 1% en el Banco Nación. Pausa dialogó con el primer ingresante, Thomas Casavieja.
Por Victoria Stéfano
El 5 de agosto, en una reunión celebrada entre autoridades del Banco de la Nación Argentina (BNA) y el gremio de bancaries, promovida por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación y el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) se acordó un cupo del 1% de les trabajadores del ente para la población travesti-trans.
Ornella Infante, que encabeza la Dirección Nacional de Políticas contra la Discriminación del Inadi y ofició como promotora del acuerdo, comentó a Pausa los detalles del proceso que culminó con ese cupo histórico que vuelve a colocar a la Argentina a la vanguardia internacional en la ampliación de derechos a las personas trans. El BNA es la primera entidad en el mundo en implementar una medida con esas características.
“La posibilidad surgió luego de un diálogo que habíamos tenido desde la Dirección de Políticas y Prácticas contra la Discriminación, con el presidente del banco, Eduardo Hecker, donde le manifesté la necesidad de que, de una buena vez por todas, se cumpla con la ley de Identidad de Género en todos los trámites”, relató Infante, y detalló que durante toda la gestión macrista se la vulneró en su derecho a la identidad autopercibida, dispuesto en la ley de Identidad de Género Nº 26.743, en el acceso a su caja de ahorros y que eso abrió los primeros intercambios entre ambas instituciones sobre el cumplimiento de la normativa. Mencionó, además, que esos diálogos, “venían en sintonía con el caso particular de una santafesina, a la que también habían vulnerado su derecho a la identidad y otros tantos casos en los que trabajadores del banco, incluso, les habían roto la tarjeta de cobro a personas trans alcanzadas por el programa Potenciar Trabajo en las provincias”.
A partir de esas situaciones el BNA lanzó una circular, con la firma de su presidente, en la cual habilitaba el pago de los beneficios sociales, aunque el nombre en el DNI no coincida con la tarjeta pero sí concuerde el número de documento y el apellido, que es lo que otorga la continuidad jurídica para poder acceder a esa política. “Allí se visibilizaron las diversas violencias que atraviesa la población trans y las autoridades del banco se sensibilizaron de manera inmediata. Luego con La Bancaria sellaron este acuerdo”, comentó Infante.
Desde el gremio bancario se venía trabajando la propuesta de incluir el cupo trans en el reclamo paritario, pero no fue necesario, ya que desde el banco avanzaron en la adecuación de la base de datos registrales a las disposiciones de la ley 26.743, promulgada en 2012. Así se construyó la base del convenio.
La disposición coloca un piso mínimo de contratación a personas trans del 1% del total de trabajadores y trabajadoras del BNA en todo el país. “Todas las compañeras, compañeros, compañeres, que puedan rendir los exámenes, porque hay ciertos requisitos que se piden para el ingreso al banco, van a poder hacerlo y van a tener la posibilidad de ser empleados, empleadas, empleades bancarios como nunca habíamos imaginado”, señaló Infante. “El día del anuncio tenía muchos mensajes de Whatsapp de compañeras y compañeros que se imaginaban ya bancarios, y eso está muy bien: imaginarse en diversos lugares y no sólo en aquellos que históricamente nos limitaron a ocupar”.
El protagonista
Thomas Casavieja nació en Capital Federal, tiene 32 años y es un varón trans. Es estudiante de diseño gráfico y multimedia; militante del Frente Nacional por la Igualdad del Movimiento Evita y además es presidente de la organización social Capicúa Diversidad, con la que en la actualidad llevan adelante una campaña de asistencia alimentaria para compañeres trans de la Ciudad de Buenos Aires que se vieron sumamente afectados por la pandemia.
Thomas es el primer trabajador en ingresar al Banco Nación por el cupo y fue, además, uno de los redactores del acta que dio forma a la normativa dentro de la institución. Allí se desempeñará como auxiliar en el sector de prensa, aunque el día de la presentación oficial aclaró que su trabajo también será “acompañar la política del cupo, llevar adelante las capacitaciones y ver qué cuestiones se pueden mejorar”.
En diálogo con Pausa, Casavieja cuenta que expresó su identidad desde muy chico “y eso conllevó muchas dificultades, como tener que irme de mi casa, finalizar mis estudios con mucha dificultad y en otros tiempos que no son los del sistema educativo convencional. Eso también me llevó a ser un activista, y se convirtió en mi forma de cambiar el mundo y en mi forma de vida. La militancia en diversidad me dio no sólo las herramientas para transitar el mundo, sino mis amistades, que son hoy la familia que elijo”.
Sobre la construcción del acta que creó el cupo dentro del BNA, comentó que fue posible “porque existía la voluntad política tanto del presidente del Banco Nación, como del secretario general de La Bancaria, Sergio Palazzo”. Agregó que “dentro del acta, en su formalidad, lo que expresa es la cantidad de personas: ese porcentaje del 1%, en todo el país; esto suma algo más de 170 personas que tendrán la oportunidad de ingreso”.
Casavieja destacó que el acuerdo “pone en piso de igualdad a las personas trans en cuanto a la posibilidad de ingreso al banco; no es un beneficio, es simplemente una oportunidad, la oportunidad de ingresar, justamente porque las condiciones de idoneidad para el ingreso al banco siguen siendo las mismas, pero priorizando que sean personas trans, justamente porque el problema principal que tenemos las personas trans es en las entrevistas, no con la idoneidad”.
En este mismo sentido, explicó que “hay muchas personas que tuvieron la oportunidad de terminar sus estudios o de hacer incluso carreras universitarias o terciarias, pero que nunca tuvieron la oportunidad de presentarse para un trabajo de estas características y si se presentaban nunca tuvieron la oportunidad de ingresar, por eso es que hasta la actualidad el Banco Nación no tiene a ninguna persona trans trabajando, y esto no es porque las personas trans no se hayan presentado sino porque no existían políticas en este sentido”.
Para Casavieja, “lo fundamental de la construcción del acta de cupo es que fue redactada con el acompañamiento de personas trans”. Indicó que haber sido convocado para la redacción del documento es un honor para él, “sobre todo porque siempre que se piensan políticas públicas se tienen que pensar con la población, para que no fallen”.
Sobre los temas pendientes para la comunidad travesti-trans, dijo que “el Estado y la sociedad tienen muchas deudas y vamos, por supuesto, por una ley integral trans”. Acerca de este proyecto, mencionó que es mucho más abarcativa que la noción de cupo: “Creemos que las personas que aún no han cumplido 18 años y son personas trans, o sean mayores de 60 o 65 años, también tienen derechos, tienen necesidades, que durante muchísimos años se vieron vapuleadas por el Estado, por las empresas y por la sociedad, por eso los grandes saldos pendientes que todavía tenemos es la posibilidad de una vida digna”.
Para concluir, Casavieja señaló además que si bien la ley de Identidad de Género modificó sustancialmente la realidad de muchísimas personas, “todavía hay dificultades de acceso a la salud y la discriminación no se soluciona con una ley únicamente, necesitamos políticas públicas efectivas y sobretodo políticas públicas que estén pensadas por nuestra población para que tengan los resultados que esperamos”.