Un documento de científicos del Conicet expresa preocupación por los incendios en los humedales por sus efectos en la flora, la fauna, los suelos, el agua y los seres humanos. Instan a la convocatoria de especialistas y a la participación de distintos actores sociales para abordar el problema.
Científicos del Instituto Nacional de Limnología (INALI, CONICET-UNL) elaboraron un documento en el que manifestan estar "preocupados por la magnitud de los incendios que vemos a diario en nuestra región y en todo el país", en refencia a las quemas de las islas. El texto busca describir los graves problemas que se generan cuando los incendios, mayoritariamente intencionales y acentuados por la gran sequía, se vuelven ingobernables.
Los especialistas no desconocen las razones de las quemas, de hecho enumeran algunas, como la actividad ganadera, el control de mayores incendios o el manejo de plagas. Incluso, consideran que "la prohibición de las quemas de todo tipo y bajo toda circunstancia no siempre es la mejor opción y existen experiencias de quemas prescriptas y controladas incluso en áreas naturales protegidas de Argentina". Pero señalan que "Los problemas graves se generan cuando estos incendios, acentuados por intensas sequías, se vuelven ingobernables, como está ocurriendo actualmente en gran parte de nuestro país, afectando a los ambientes, su biota y la salud humana".
Mientras en el Congreso avanza con el proyecto de Ley de Humedales, los cientígicos piden que "se convoque a especialistas en la temática para abordar junto con otros actores sociales este problema de manera participativa y eficiente".
El daño
El texto enumera todo tipo de efectos como resultado del fuego desatado en las islas. En extractos:
• Los incendios de pastizales y bosques provocan la disminución de los niveles de infiltración y retención de agua en el suelo y producen una pérdida del carbono almacenado en la vegetación y del carbono y nitrógeno en las capas superficiales del suelo. Estas pérdidas pueden demorar más de una década en ser recuperadas.
• Los incendios en humedales, como los que están ocurriendo en las islas del río Paraná y el río Salado, impactan negativamente sobre la calidad del agua.
• Facilitan el reemplazo de especies nativas por exóticas que crecen o se adaptan más rápidamente que las nativas, es decir, toda una modificación de la biodiversidad.
• Dependiendo de la composición mineral y el tipo de vegetación, las temperaturas resultan letales para los organismos de los primeros centímetros de suelo (invertebrados y otros microorganismos).
• Muchos invertebrados terrestres, así como anfibios, reptiles e incluso algunos mamíferos no escapan a las llamas o al calor y mueren durante el incendio y muchos de los que sobreviven, mueren posteriormente por la pérdida de su hábitat, refugios, recursos tróficos, aumento de la depredación, etc.
• En pequeños cuerpos de agua puede ocurrir un aumento rápido de la temperatura y producirse la muerte de peces durante incendios catastróficos. Los sedimentos liberados por las quemas también pueden disminuir el éxito reproductivo de los peces.
• Dentro del humo se formarán muchas sustancias capaces de generar daño agudo (corto plazo) o crónico (largo plazo) sobre la salud humana. Estos gases tóxicos pueden ser irritantes y asfixiantes, siendo los más importantes el monóxido de carbono, cianuro, amoniaco, benceno, formaldehído, óxidos nitroso y nítrico. El hollín y las partículas líquidas ayudan a la propagación de los tóxicos en el organismo.
• Si bien la población en general puede sufrir consecuencias, los más afectados serán ancianos, niños, personas con enfermedades respiratorias previas (asma, enfisema, EPOC, etc.), fumadores, inmunodeprimidos, embarazadas y enfermos cardíacos.