Un informe privado indica que 9 de cada 10 países cerrarán el año con las cuentas en rojo y la economía mundial caerá 6% por el coronavirus. “La gobernanza post pandemia requerirá una estrategia económica y política junto a una inserción internacional que contemple estos desafíos”.
La pandemia de coronavirus cambió al mundo tal cual lo conocíamos, generó una crisis económica internacional sin precedentes que dejará secuelas a nivel global y local. El planeta enfrenta una recesión sólo comparable a la que se produjo con la Segunda Guerra Mundial pero también el mundo se encuentra atravesando importantes transformaciones en los modos de producción y consumo, con una aceleración pronunciada en los procesos de automatización y digitalización de las economías.
Un informe de la Unión Industrial Argentina (UIA), en el cual se proponen una serie de medidas para la “nueva normalidad”, realiza un análisis del impacto mundial de la pandemia.
Según el estudio, el PBI mundial se contraerá un 6%, el comercio internacional arrojará un rojo de entre el 13 y el 32% y 9 de cada 10 países tendrán una caída del PBI en este año. Es la primera vez desde 1870 que tantos países registran una disminución de su PBI per cápita.
Por todos estos datos, es que el informe de la UIA concluye que se está frente a la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial, conflicto bélico que ocurrió entre 1939 y 1945.
En tanto que las proyecciones para los países que reciben la mayor cantidad de las exportaciones argentinas tampoco son alentadoras. Brasil, el principal socio comercial del país, caerá un 6,9% por la pandemia. Mientras que Estados Unidos tendrá una merma de 7,3%, China del 2,6% y Europa del 9,1%.
“La ‘nueva normalidad’ implica un gris entre apertura total y cuarentena, donde se convive con el virus evitando un rebrote. Para reanudar la producción sin riesgo, es fundamental una apertura planificada que tenga en cuenta los factores de riesgo y cumpla con los protocolos sanitarios”, consideró la UIA.
“Hasta que se encuentre una vacuna el proceso implicará: menor nivel de actividad económica en, general; menor actividad turística ante la reducción de la circulación; necesidades de readaptación productiva en los distintos eslabones de la cadena de valor”, remarcó.
“La pandemia plantea un desafío mayúsculo a la economía nacional. A la crisis sanitaria, se suma una crisis mundial sin precedentes, incertidumbre y trastocamientos en las relaciones comerciales y en las cadenas globales de valor, junto a grandes desafíos al orden mundial”, analizó el informe.
El nuevo panorama mundial arroja una debilidad del multilateralismo, que se refleja en la mayor intensidad de la disputa entre Estados Unidos y China, el incremento de los nacionalismos y los proteccionismos comerciales y un debilitamiento de la OMC con el consiguiente avance de acuerdos bilaterales. Pero también el escenario genera una mayor fragilidad en la región, con mercados expuestos frente a exceso de producción de grandes centros industriales, un vacío de liderazgo regional y la desindustrialización en Brasil.
Es por ello que el informe concluye que “la gobernanza post pandemia requerirá una estrategia local tanto económica como política, junto a una inserción internacional que contemple estos desafíos y promueva las exportaciones”.
La UIA consideró que “las características del contexto actual aceleran los procesos de automatización y digitalización de las economías, generando una fuerte competencia entre países por ocupar espacios clave y de liderazgo en los segmentos más dinámicos de estas industrias”.
“Las nuevas tecnologías serán grandes aliadas de la producción en la post-pandemia”, establece el informe y destaca en ese sentido la explosión del comercio electrónico que “llegó para quedarse” y “profundizará cambios en hábitos de consumo”, así como el “desarrollo de nuevas soluciones digitales a problemas del día a día”. El teletrabajo también se considera en este punto, con el “crecimiento de la demanda de servicios profesionales a distancia”.
“Las dificultades que plantea el covid-19 para las economías ha dejado atrás el paradigma de austeridad como recomendación de política económica. Muchos de los países se encuentran llevando adelante ambiciosos paquetes de estímulo para contrarrestar la crisis y este fenómeno se ha vuelto un hecho generalizado. Esto es importante en América Latina, donde las dificultades serán aún mayores y los efectos sobre la pobreza se harán notar fuertemente”, detalló el informe.
En lo que refiere a la política tributaria, fiscal y financiera para paliar la crisis, el paquete económico consolidado destinado por la Argentina representa apenas un 5% del PBI. El país está muy por debajo porcentualmente de lo destinado por otros países centrales (Alemania 28%, EE.UU. 28%, Francia 19%) pero también de la región (Perú 15%, Brasil 10%, Chile 6,7%).
Con información de El Ciudadano