La dirigenta gremial Natalia Ocampo destaca que bajo el mandato de Néstor Kirchner se sentaron “las bases de nuestro proyecto nacional, popular, feminista y latinoamericano”.
Por Natalia Ocampo (*)
Dicen que todos podemos decir dónde estábamos y qué hacíamos en los momentos hitos de la historia o, mejor dicho, de nuestra propia historia. En la mía, Néstor fue una marca grabada a fuego. “Vengo a proponerles un sueño” fue la chispa que encendió mi militancia política-gremial. Había alguien que estaba diciendo con claridad y fuerza todo eso que yo quería, que miles de jóvenes queríamos. Hoy me enorgullece decir que ese discurso fue mucho más allá de una cuestión textual. Concretó todos y cada uno de los enunciados, fue un plan de gobierno, sentó las bases de nuestro proyecto nacional, popular, feminista y latinoamericano. Quien nos indicó que es posible poder hacer el bien sin mirar a quien.
¡Y cómo olvidar el día que bajó los cuadros! Nos devolvió al camino de la sanación histórica, de la justicia por nuestros 30.000, sus Madres y sus hijos e hijas. Por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Y aquel día del anuncio del fin de la deuda externa nos devolvió a la senda de la soberanía. Aunque suene paradójico, Néstor fue el retorno al futuro, a la esperanza, a creer que el futuro era aquí y ahora. Que Argentina era un lugar para vivir, para militar, para transformar y ya no uno del cual huir. Puedo decir como un verso aprendido de memoria dónde estaba y qué hacía el día que su corazón se detuvo y con el suyo, el de todos nosotros. Pero cuando se siembra esperanza, cuando se enciende la llama de la militancia como él lo hizo en nosotros, se cosecha futuro y coraje. Néstor es y será siempre, como dice Galeno, ese fuego loco que quema, y nosotros seremos su mar de fuegos.
(*) Gerenta Anses UDAI Santa Fe Norte. Secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad Asociación Bancaria.