Greenpeace monitoreó imágenes satelitales entre el 15 de marzo y el 31 de octubre. La provincia más depredada es Santiago del Estero. Le siguen Salta, Formosa y Chaco. Avance de la frontera agropecuaria a costa de la biodiversidad. En 30 años, se perdió el equivalente a Entre Ríos.
Desde el inicio de la cuarentena 48.656 hectáreas fueron desforestadas en las provincias de Santiago del Estero, Salta, Formosa y Chaco. El conteo corresponde a la organización Greenpeace, que realiza un monitoreo sistemático a través de la comparación de imágenes satelitales.
“Entre el 15 de marzo y el 31 de octubre se perdieron 200 hectáreas de bosques por día”, graficó la organización ambientalista en un comunicado. En una escala temporal más amplia, los datos tienen el mismo dramatismo: la Argentina está entre los 10 países que más desmontaron en las últimas tres décadas. Es decir, se perdieron cerca de 8 millones de hectáreas de bosques. Una superficie que equivale a la de la provincia de Entre Ríos.
La deforestación es evidente: este martes, entre las primeras imágenes difundidas del satélite argentino Saocom 1B figuraban la de los desmontes en Salta.
“Es completamente inadmisible que, frente a la emergencia sanitaria, climática y de biodiversidad que estamos sufriendo, se siga deforestando. Los gobiernos no pueden seguir siendo cómplices de este ecocidio y deben ponerle un freno a la ambición destructiva de algunos empresarios agropecuarios”, afirmó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.
Santiago del Estero fue la jurisdicción con mayor pérdida de bosques nativos durante el Aspo, con 19.673 hectáreas desmontadas. Le siguió Salta, con 12.863, Formosa (10.011) y Chaco (6.109). Esas cuatro provincias “concentran el 80% de los desmontes del país” motorizados por “el avance de la frontera agropecuaria, por ganadería y soja”.
“Más desmonte significa más cambio climático, más inundaciones, más desalojos de comunidades campesinas e indígenas, más desaparición de especies en peligro de extinción y más enfermedades. Destruir bosques es un crimen que debe prohibirse y penalizarse”, advirtió Giardini.
Greenpeace reclama a los gobernadores de Santiago del Estero (Gerardo Zamora), Salta (Gustavo Sáenz), Formosa (Gildo Insfrán) y Chaco (Jorge Capitanich) que decreten la emergencia forestal y prohíban los desmontes en sus provincias.
Enfermedades, epidemias y deforestación
Greenpeace asegura que la deforestación descontrolada es un factor que aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades por la pérdida de bosques y el deterioro ambiental. “Está permitiendo que los seres humanos entren en contacto con poblaciones de fauna silvestre portadoras de virus, bacterias y otros microorganismos a los que, generalmente, las personas no habían estado expuestas”, señala la organización. Y concluye que el resultado es un incremento de las llamadas enfermedades zoonóticas (que proceden de los animales).
La ONG afirma que alrededor del 30% de los brotes de enfermedades como el virus Nipah, Zika y el Ébola están relacionados con el cambio de uso de la tierra. Sigue que, en la Argentina, la deforestación (y sus consecuencias, como las inundaciones), el agronegocio, la falta de acceso al agua potable y la pobre asistencia alimentaria agravan la situación para muchas familias que necesitan ayuda humanitaria.
Greenpeace señala que el avance de la frontera agropecuaria aumenta la destrucción de bosques y los conflictos territoriales entre pueblos originarios y empresarios, que compran fincas en territorio indígena ancestral y las deforestan, en su mayor parte para ganadería intensiva y cultivo de soja transgénica.
Los pueblos originarios, en esa dinámica, sufren una reducción drástica en sus posibilidades de obtener alimentos, medicinas y maderas para sustento y mantenimiento de su forma de vida.
Con información de www.elciudadanoweb.com