El municipio eliminó más de 60 basurales en la ciudad; sin embargo, aún falta mucho.
Una ciudad limpia, con políticas concretas de desarrollo sustentable, es una de las deudas que tiene la Municipalidad de Santa Fe, sobre todo con los vecinos y vecinas de los barrios postergados. En el cordón oeste de la ciudad, por ejemplo, es común ver la falta de cloacas, luminarias o asfalto, a lo que se suma la problemática de los microbasurales urbanos. “Cada microbasural tiene razones múltiples y diferentes”, sostiene Edgardo Seguro, secretario de Ambiente del municipio. Según relata el funcionario, desde que asumieron la gestión, en diciembre del año pasado, su cartera identificó 200 microbasurales dispersos en toda la ciudad. Además, cuando la gestión del ex intendente José Corral terminó, dejó una deuda con las empresas recolectoras de residuos por 550 millones de pesos y una de 117 millones con la empresa que gestiona el relleno sanitario.
Sobre las razones de por qué se generan los microbasurales a cielo abierto, Seguro advierte que “la mayor parte de las veces es porque tienen un servicio deficiente de gestión de residuos. Las empresas o no están pasando o están pasando con una frecuencia menor a la recomendada en un determinado barrio. Cuando uno va a esos lugares se encuentra con una infraestructura deficiente. Por lo general, allí se han formado núcleos urbanos en forma desordenada, que han dejado pasillos donde es imposible entrar para las empresas prestadoras. Entonces la forma de resolverlo no siempre es aumentando la frecuencia de ese servicio, sino cambiarlo a uno diferente”.
—Los microbasurales a cielo abierto coinciden con los barrios más desiguales de la ciudad. ¿Ustedes lo ven de esa manera?
—Sí, correcto. Coinciden incluso con los barrios que están designados por el área de Nación de Desarrollo Social como barrios vulnerables. Las problemáticas, en cada lugar son diferentes. Hay algunos sectores donde al camión le es imposible entrar por cables bajos, falta de infraestructura, inexistencia de calles. Estas características coinciden con toda la periferia del oeste de la ciudad, Alto Verde y algunos sectores del norte. A estas problemáticas la estamos abordando con otros mecanismos, que son las micro empresas sociales de higiene urbana. Son asociaciones que trabajan en levantar todo este residuo que queda en lugares impenetrables para las empresas, y lo sacan a una ruta segura donde las empresas de recolección formal lo levantan. Entonces empezamos a coordinar el trabajo de estas asociaciones con el trabajo formal, permitiendo una mejor higiene dentro de estos lugares donde antes no se podía entrar. De esta manera, hemos eliminado en seis meses más de 60 microbasurales, de los 200 detectados.
—¿Cuál es la respuesta de los vecinos?
—Hay sitios recuperados que se han vuelto emblemáticos. Si ese sitio en la conciencia ciudadana no cambia de uso, vuelve a ser un basural. Las asociaciones que te mencionaba, junto con nuestras áreas municipales, están transformando esos lugares poniendo árboles, plantas, cambiándole el objeto. Y los vecinos han tenido una muy buena respuesta, entonces siempre que los eliminamos, no se han vuelto a hacer basurales. Es la diferencia con el sistema anterior.
—¿Qué papel juega el relleno sanitario? ¿Es sustentable?
—El relleno sanitario es la tecnología adoptada por la provincia de Santa Fe y por la Argentina como una forma adecuada y segura para disponer de los residuos que no pueden ser reciclados. Como nuestras mismas leyes nos imponen, uno tiene que trabajar muchísimo en la recuperación de materiales, para que la indisposición sea cada vez menor. La ciudad de Santa Fe, por muchísimos años, por tener uno de los rellenos sanitarios formales más grandes de las grandes ciudades del país, no se dedicó a la etapa de separación, clasificación y recuperación de materiales. Eso lo vuelve insostenible. Por lo tanto, lo que nos pidió el intendente (Emilio Jatón) es trabajar fuerte en la etapa de recuperación y clasificación; en la concreción de plantas que permitan la recuperación de materiales. Lamentablemente con la pandemia, el material reciclable que hoy se recolecta en la ciudad los lunes y jueves es un material muy mezclado y tenemos que empezar a pensar en alternativas sostenibles para recuperar ese material seco. Por otro lado, comenzamos a trabajar con el plan ambiental EcoBarrios. Este consiste en que, en algunas zonas de la ciudad, empezamos a hacer una recolección diferenciada, en contra turno con la recolección nocturna, que es en la que sacamos material mixto, muy mezclado. De esta manera, se están recuperando muchísimas más toneladas secas que llegan a la planta con un mejor rendimiento de recuperación. En la medida en que podamos abarcar mayores tramos de la ciudad, va a ir aumentando la recuperación de la planta. Por otro lado, hay que advertir que siempre queda una fracción importante que es material no recuperable. Entonces, el relleno sanitario es más que necesario. Es casi el corazón del sistema. Sin eso un sistema de recolección integral no funciona. Hay que mencionar que gran parte de los residuos que no son reciclables se pueden compostar. Por eso estamos trabajando en el diseño de una planta de compostaje. Es una planta importante y costosa, así que estamos trabajando en el proyecto y en la búsqueda de financiamiento. La idea es que año a año se puedan incluir más etapas de recuperación y menos de disposición. Eso es lo que vuelve más sostenible el sistema. Pero es inevitable tener un relleno sanitario. Siguen existiendo en Europa, en Estados Unidos. Así que tenemos que mantener el relleno sanitario, pero que cada vez ingresen menos residuos.
Coincidencia en el diagnóstico
Desde Igualdad y Participación elaboraron un Mapa Colaborativo de basurales a cielo abierto y microbasurales. Es una herramienta que permite geolocalizar la dispersión de residuos en el espacio público enviando una foto con ubicación o dirección física al WhatsApp de la asociación “Red Cicladores”, creado por este partido. En ocho semanas, Igualdad y Participación recibió más de cien denuncias de basurales y microbasurales, por parte de vecinas y vecinos de diferentes barrios de la ciudad. Desde la agrupación coinciden con el municipio en que, si bien la dispersión es pareja en todo el territorio urbano, el cordón oeste y noroeste son los más afectados.
Al respecto, Joaquín Azcurraín, referente de Igualdad y Participación, aseguró que: “La primera lectura errada que suele hacerse de esto es que la gente es sucia, tira la basura en cualquier lado, y si hay algo que deja en evidencia este Mapa Colaborativo es que la basura es un problema en aquellos barrios en donde el servicio de recolección es un desastre. En la medida que no evolucionemos hacia un modelo de gestión de residuos más eficiente y sostenible, en la medida en que el Municipio no garantice el ingreso de los camiones recolectores en todos los rincones de la ciudad, esto va a seguir pasando”.
Por un barrio sin basura
La organización villera La Poderosa que trabaja en barrio Chalet, desde hace seis meses gestiona una cuadrilla de limpieza de basurales y microbasurales, dispersos en distintos lugares del barrio. “Cuadra por medio hay un basural en el barrio”, relata Virginia Gómez, integrante del equipo de la organización que trabaja de lunes a viernes de 8 a 12. Además de las tareas de limpieza, La Poderosa se encarga de intervenir estos espacios con bancos y tareas de rellenos del terreno, para que puedan ser habitables para los vecinos. “Somos un equipo de ocho personas. Cuatro mujeres y cuatro varones. De esta forma, nos dividimos el barrio y salimos cuatro y cuatro, en distintos días”, explica Virginia.
—Como vecina del barrio, ¿cómo ves el problema de la basura y la recolección?
—El tema de los basurales y que la Municipalidad no entra al barrio es un problema histórico. Las empresas Cliba y Urbafe tienen un trabajo reducido, porque entran a la zona que hay asfalto y después el resto del barrio que no está asfaltado está separado de la recolección. Es por eso que se generan los microbasurales, que están cuadra por medio en el barrio.
—¿Qué esperan como vecinos y como La Poderosa que haga la Municipalidad?
—Nuestra cuadrilla hace lo mejor posible. Por otro lado, se espera que la municipalidad cumpla con los días de recolección. Porque hay veces que tenemos las bolsas acumuladas en nuestros puntos de recolección y los camiones no pasan. También creemos que cuando hay conflictos de la gestión municipal, eso nos afecta a nosotros con el tema de la basura. Pero lo más importante es que los vecinos de Chalet están conformes y contentos con nuestro trabajo. El barrio se ve más limpio. Vos entrás por J.J. Paso, y ves que Chalet está en otras condiciones, distinto a lo de antes. Y los vecinos ayudan también. Van dejando su montañita de basura para que nosotros la juntemos. También cuando estamos trabajando nos convidan agua fresca. Siempre están atentos. Logramos trabajar en equipo entre todos. Y que estén conforme con la Cuadrilla de Limpieza de la Poderosa, nos deja muy contentos.