17 enfoques para una cuarentena

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Dic 9, 2020

De Mercedes Morán a Kristen Stewart: “Hecho en casa” recopila una serie de cortos, realizados de modo artesanal, a partir del aislamiento social.

En soledad o en convivencia, el confinamiento implicó un abrupto cambio en la vida de la mayor parte de la humanidad desde que el Covid 19 comenzó a desplegarse ocasionando la declaración de la pandemia, por parte de la Organización Mundial de la Salud, el 11 de marzo último. La experiencia de llevar adelante la cotidianeidad entre las paredes del hogar, extendiéndose no mucho más allá de un balcón, un patio, una terraza o un parque cercano, desafió hábitos, alteró emociones y marcó el desafío de narrar lo extraño. Las miradas han sido diversas, aunque los relatos más bien similares. De esa forma se podría resumir la propuesta fílmica del chileno Pablo Larraín (autor de “Jackie” y “Neruda”, ambas películas de 2016) al recopilar 17 cortometrajes bajo el título “Hecho en casa” (Homemade, 2020) que, dadas las actuales circunstancias de la industria audiovisual y hasta de un modo lógico, se inscribe en la paleta del coloso del streaming Netflix.

La idea de compilar diferentes perspectivas sobre una misma temática encuentra dos antecedentes en “Paris, je t’aime” (filme francés de 2006) y su hermano estadounidense “New York I love you” (de 2009). Si aquellas podían contar la idiosincrasia, los matices, los claroscuros y las maravillas de las dos grandes ciudades, la serie de pequeñas historias guionadas, realizadas, montadas y editadas en condiciones de aislamiento constituye una novedad y, en paralelo, un reflejo en sí mismo de lo que implica el año que aún no finaliza. ¿Cómo pensar la cuarentena sin teléfono celular, sin chat, sin videollamada, sin computadora, sin drone, sin internet? Y ¿cómo hablar de la vivencia que impuso la peste sin aludir a la paciencia, la exasperación, el enojo, la angustia, el ingenio, el desorden, la intimidad, la rutina, el temor y la enfermedad?

Los enfoques que ofrecen realizadores y realizadoras de distintas latitudes se posicionan de forma particular en la comedia, el mensaje político, el drama, la poesía y la ciencia ficción, entre otros géneros y recursos. En este sentido, no pocos apelan al comportamiento de sus hijos e hijas, una cuestión que merece un análisis propio habida cuenta de lo que ha supuesto la vida para las infancias en condiciones de encierro doméstico. En lo que refiere al humor, sobresalen lo hecho por Paolo Sorrentino, quien desde la ficción reúne al Papa Francisco y la reina Elizabeth II en el Vaticano y los vincula en un diálogo más que atractivo. También se anota el que protagonizan Mercedes Morán y Jaime Vadell, sobre un adulto mayor confesando su amor a antiguas novias en un asilo y mediante videollamada, desde Santiago de Chile bajo la dirección del mismo Larraín. En igual sintonía se puede hallar la separación de una pareja que, de modo obligatorio, convive en un departamento y se vincula mediante el chat, dirigido por Rungano Nyoni, en Lisboa.

Uno de los cortos que mejor logra representar la sensación del aislado solitario es la obra del actor Sebastian Schipper, quien desde Berlín, muestra a un hombre en varias facetas y etapas, desde su desayuno diario hasta el corte de cabello hogareño, desde tocar la guitarra, trabajar frente a la notebook, hasta la cena repetida.

Con el buen uso del primer plano y el rostro predominante de Kristen Stewart, en Los Ángeles, una chica sufre por la imposibilidad de conciliar el sueño mientras una voz le indica qué hacer. La misma ciudad es el ámbito donde se desarrolla el relato de Ana Lily Amirpour, el cual muestra cómo una joven recorre con su bicicleta calles que, de forma inusitada, forman una postal tan peculiar como universal. Pareciera que pocas cosas pueden paralizar la capacidad de percepción como el espacio público sin movimiento. Un virus lo logró.

El visionado de los 17 cortometrajes de forma consecutiva arroja disímiles valoraciones en función de la calidad narrativa, pero no deja de unificar un significado en cuanto al aprendizaje que conlleva la pandemia para la condición humana. El reto audiovisual de “Hecho en casa” es ilustrar una situación extraordinaria y de alcance mundial, como una suerte también de retrato testimonial de época. El reto para los y las mortales del planeta es construir una realidad diferente al momento histórico previo a la pandemia. Menudo reto para quienes, en una multiplicidad de opiniones, han puesto en tensión términos como solidaridad, empatía, libertad y reclusión.