Tras un exabrupto cometido por Horacio Verbitsky hoy a la mañana, en el que confesó recibir la Sputnik V por acomodo con el ministro de Salud Ginés González García, una retahíla de figuras cercanas al gobierno quedaron expuestas del mismo modo. El presidente pidió la renuncia del ministro.
El escándalo explotó y el jefe de Gabinete de la Nación, Santiago Cafiero, le comunicó a González García que el presidente Alberto Fernández, tomó la decisión de apartarlo del cargo. Con tono canchero, el periodista Horacio Verbitsky hoy por la mañana en la radio de El Destape dejó caer un relato en el que contó cómo, apelando a sus contactos, recibió la vacuna contra el coronavirus, implicando en un supuesto vacunatorio VIP a uno de los titulares del grupo Clarín, José Aranda. “Decidí vacunarme. Me puse a averiguar dónde hacerlo, llamé a mi viejo amigo Ginés González García, a quien conozco de mucho antes que fuera ministro, y me dijo que tenía que ir al Hospital Posadas”, comenzó su confesión el experimentado periodista.
La indignación avanzó con el correr de las horas. Ya está confirmado que también los diputados Eduardo Valdés y Jorge Taiana también recibieron la vacuna. Según La Nación, a partir de trascendidos, hicieron lo propio Hugo Moyano, su actual esposa, Liliana Zulet, y su hijo Jerónimo, de 20 años.
Una vacunación complicada
El avance de la vacunación viene lento. Argentina logró buenos acuerdos con diferentes fuentes de vacunas, sobre todo con Rusia, que se ha convertido en una de las proveedoras estelares a nivel mundial. Sin embargo, a la fecha recién se han suministrado una primera dosis en 414.958 personas y una segunda dosis en 253.696. En la última semana, apenas se aplicaron 46.935 primeras dosis y 30.087 segundas dosis. A este ritmo se tardaría 978 semanas en vacunar a todo el país.
La falta de vacunas es general en todos los países del mundo, cada uno lleva adelante su propia estrategia, tratando de acaparar la mayor cantidad de dosis posible. Se espera por la llegada de las vacunas prometidas por el Instituto Gamaleya, se había dicho que iban a llegar un millón por semana, las que en marzo corresponden al acuerdo con Oxford/Astrazeneca, y que se producen en nuestro país, y las correspondientes al fondo Covax de la Organización Mundial de la Salud. También hay un acuerdo por un millón de vacunas con la firma china Sinopharm.
La llegada de la "vacuna rusa" estuvo rodeada por un fuerte repudio de políticos y medios opositores, con una denuncia judicial presentada por la Coalición Cívica. El uso de la Sputnik V fue defenestrado duramente hasta que se conocieron los resultados de sus estudios de Fase 3 en la revista The Lancet. Mientras tanto, para sostener la confianza en la campaña de vacunación, diferentes figuras políticas se vacunaron públicamente, como el presidente mismo o el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. Por supuesto, la exhibición promocional de esos pinchazos dista muchísimo de los beneficios espurios que implica un posible y clandestino vacunatorio VIP.