La propuesta tiene como fin regular los principios, objetivos, derechos, deberes, estrategias, instrumentos y acciones para la adaptación y mitigación de las consecuencias del cambio climático en nuestra ciudad.
La concejala Valeria López Delzar (Creo-FPCyS) presentó un proyecto de ordenanza para establecer una política pública de respuesta al cambio climático en la ciudad de Santa Fe. Se prevé que la misma incluya reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mitigar los impactos adversos del cambio climático sobre los sistemas sociales y los ecosistemas mediante -por ejemplo- la reducción del uso de combustibles fósiles en el ámbito municipal, en favor de la utilización y producción de energías limpias y renovables.
En su articulado el proyecto propone la creación de un Gabinete Municipal de Cambio Climático que tendrá como funciones diseñar e implementar un Plan Municipal de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático. Además, deberá evaluar y monitorear las políticas locales al respecto; contribuir a la transición hacia las energías renovables; promover la educación climática y energética municipal; promover el desarrollo científico y tecnológico local en relación al este tema, entre otras.
Finalmente, la ordenanza promueve la celebración de acuerdos de colaboración con universidades y otras instituciones. También crea un Estímulo a la Investigación Climática y Energética en el ámbito local a través de un programa de investigación para financiar proyectos materia de cambio climático.
Reducir la emisión de gases
Las principales consecuencias que se pretenden mitigar mediante este proyecto son el aumento general de la temperatura media, los "eventos meteorológicos extremos" como la intensificación de las precipitaciones, mayor frecuencia de inundaciones, sequías recurrentes y prolongadas y la mayor duración de las olas de calor que asedian a nuestra ciudad y el área metropolitana.
“El modo de producción vigente ha generado una enorme degradación sobre la naturaleza, en un planeta en el que somos huéspedes cada vez más dañinos e ingratos. Este modo de producción mercantiliza la naturaleza y compromete cada día más los ecosistemas y con ello el bienestar y calidad de vida humana. No vamos permitir que el mercado continúe hipotecando nuestras vidas y las de nuestros hijos, nietos y generaciones por venir” — señaló López Delzar.
Según datos publicados por la provincia en 2018, el 49,3% de los gases de efector invernadero corresponde al sector energético basado en la producción y consumo de combustibles fósiles. El 43% corresponde a la agricultura, ganadería, silvicultura y otros usos del suelo. En menor medida, el sector correspondiente a los residuos aporta el 5,2 % y las industrias, el 2,5 %. Todo ello se traduce en un total de 23,4 millones de toneladas de CO2 y otros gases.
Al respecto, el proyecto propone la elaboración de un Inventario Municipal de Gases de Efecto Invernadero, un Ordenamiento Territorial y Climático Municipal, un Atlas Municipal de Vulnerabilidad frente al Cambio Climático, la Evaluación de Impacto Ambiental Climática, entre otros.