A casi un año de decretarse la cuarentena y frente a la conmemoración de un nuevo Día de la Mujer, la UNL sostiene su reclamo y compromiso para trabajar por los derechos de las mujeres.
En el marco del 8M, la UNL reafirmó su apuesta al debate y abordaje de las políticas públicas, entendiendo que la emergencia sanitaria no solo expuso las problemáticas de salud, sino que impactó especialmente en las vidas de las mujeres y disidencias. “Según datos de CEPAL, las mujeres en América Latina hemos retrocedido más de una década en cuanto a participación laboral a causa de la pandemia del Covid 19, una situación que claramente se ve reflejado en la ocupación y las condiciones laborales y que va a requerir de políticas públicas que contribuyan a su recuperación”, remarcó Adriana Molina, directora del Programa de Género de la UNL.
El contexto de emergencia sanitaria, propició el aumento en la brecha entre mujeres y hombres de niveles de desempleo y precarización laboral. De acuerdo con los datos brindados por la Dirección de Economía, Igualdad y Género de la Nación, hoy las mujeres asalariadas ganan casi un 30% menos que los hombres. De la estadística se destaca que muchos de los denominados trabajos esenciales están feminizados: las mujeres son la mayoría de las enfermeras, maestras, trabajadoras de la industria alimenticia y responsables de comedores comunitarios.
“Las mujeres estuvimos al frente de la emergencia sanitaria, en los hospitales y centros de salud, pero también en las políticas de cuidado. No todas tenemos las mismas situaciones y las consecuencias han impactado mayormente a las mujeres con trabajos informales y en situación de pobreza” destacó Molina que además se refirió en particular a las situaciones de violencia doméstica. “El eslogan 'Quedate en casa' implicó para muchas mujeres la convivencia permanente con su agresor”. En ese sentido, las llamadas a la Línea 144 aumentaron un 18% en promedio diario durante el aislamiento preventivo y obligatorio, en relación con el mismo lapso de tiempo anterior”.
Desde el inicio de la pandemia, la UNL desde el Programa de Género de la Secretaría de Extensión Social y Cultural y el Observatorio de Violencias de Género de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales impulsaron acciones para abordar las problemáticas de género y violencias hacia las mujeres y el colectivo LGTBIQ.
En ese sentido, se elaboraron materiales destinados especialmente a organizaciones sociales y socios territoriales y se abrió un aula virtual para poder compartir diferentes materiales, capacitar a funcionarios públicos, profesionales y activistas sociales y barriales. Además, se trabajó junto con gobiernos locales, monitoreando de modo cualitativo el acceso a la justicia en el contexto de emergencia sanitaria. En esa misma línea, se desarrolló una encuesta a la población travesti - trans de la ciudad de Santa Fe en conjunto con la Secretaria de Género e Igualdad de la Provincia. Se realizó también, el monitoreo de las políticas de denuncia y asistencia ante situaciones de violencias por motivos de género implementadas en el marco del Covid 19.
Con el objetivo de mantener los vínculos con la sociedad y trabajar en el empoderamiento de las mujeres y disidencias, se llevaron adelante charlas online y gratuitas a cargo de docentes de esta casa de estudios y especialistas; las mismas, abordaron diferentes temáticas ancladas en el marco de la cuarentena desde la perspectiva de género. Por otro lado, para responder a las demandas propias de la comunidad universitaria se sostuvo el funcionamiento del Protocolo contra la violencia de género brindando a docentes, personal de gestión y estudiantes, contención y asesoramiento frente a las situaciones que atraviesan. En ese sentido, además, se profundizó el acompañamiento a estudiantes trans de la universidad con el fin de aportar al sostenimiento de sus trayectorias educativas.
“Desde la Universidad, vamos a seguir trabajando para contribuir a la generación de políticas públicas que promuevan la igualdad de derechos y una vida libre de violencias generando acciones positivas para la transformación social y cultural”, finalizó Molina.