La canasta básica total del Indec, el indicador a partir del cual se traza la línea de pobreza, aumentó un 42,2% en el último año: la inflación es más fuerte entre los que menos tienen. La línea de indigencia se traza en ingresos de $24.575 en un hogar de cuatro personas.
Durante febrero de 2021, la variación mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) con respecto a enero de 2021 fue de 3,6%, mientras que la variación de la canasta básica total (CBT) fue de 2,7%. La inflación total del mismo mes fue de 3,6%. La dinámica de precios sigue empujando a la población hacia la pobreza, pero por primera vez después de mucho tiempo, la CBT estuvo igual o por abajo de la inflación.
En el contraste interanual se nota esta brecha. Si bien la inflación global en la comparación entre febrero 2020 y 2021 es de 40,7%, las variaciones interanuales de la CBA y la CBT resultaron del 46,4% y 42,2% respectivamente. Es decir: los precios venían subiendo más en los bienes y servicios más esenciales, por encima del promedio general que representa la cifra del índice de precios al consumidor. El pico fue en octubre de 2020, cuando la CBA tuvo un alza de 6,6% y la CBT de 5,7%, mientras que la inflación fue de 3,8%.
En pesos, un adulte promedio necesita $7953 sólo para comer en el mes y $18.769 para no ser pobre. Cuando se calculan esas cifras para una familia de dos adultes y dos niñes los montos alcanzan $24.575 y $57.997, respectivamente. Es una cifra altísima si se considera que, según el Indec, el 90% de los hogares de Argentina –más allá de cuántos integrantes tengan– tienen ingresos de $40.000 o menos.