Con los hospitales desbordados, las restricciones leves y demoradas no son suficientes para frenar el violento avance de la segunda ola de contagios de coronavirus.
Los signos de agotamiento del sistema de salud, ante la segunda ola del Covid, están a la vista de todos: esta semana el gobierno nacional montó un hospital de campaña frente al Cullen, para tratar de descomprimir una situación que va directo al colapso. El virus ataca a personas cada vez más jóvenes y el daño que genera es mayor al de la primera ola. El personal del sector salud está desbordado –a pesar de los refuerzos– y la incertidumbre crece día a día a medida que se acerca el invierno.
El mes de abril empezó con un finde largo de turismo bajo en restricciones y culmina con cifras récord de contagios y de muertes. Lo peor es que, a diferencia de la primera ola, nadie arriesga a vaticinar cuándo será el pico y ni siquiera hay consenso en cuanto a la evolución de la pandemia en el mediano plazo. Pero en un punto coinciden los especialistas: lo peor aún no llegó.
La ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, advirtió que mayo, junio y julio serán los meses “de más riesgo” para el sistema de salud: “Si no bajamos la transmisión, el sistema se desbordará”, remarcó la funcionaria, a la vez que afirmó que “no se puede decir cuándo será el pico”.
Las medidas de restricción que entraron en vigencia el 9 de abril en todo el país y que se profundizaron el 16 en el AMBA y una semana más tarde en la provincia de Santa Fe son demasiado moderadas y llegaron tarde. Desde antes de Semana Santa hubo advertencias sobre los riesgos que asomaban; no es casual que en los días posteriores se haya disparado en forma exponencial la curva de contagios.
Por el aumento de casos, abren un nuevo centro de testeos Covid
La saturación del sistema de salud se observa en los hospitales y sanatorios, pero también en la fría estadística oficial. El 8 de abril, cuando se anunciaron las primeras restricciones, nueve departamentos de la provincia eran considerados de “alto riesgo epidemiológico” según los parámetros del gobierno nacional: Rosario, La Capital, San Cristóbal, Iriondo, Belgrano, Caseros, Constitución, San Lorenzo y San Justo. Dos semanas después, el 21 de abril, ya eran 14 departamentos: se sumaron Castellanos, General López, Las Colonias, San Jerónimo y San Martín.
El mismo fenómeno se repite a nivel nacional: en el primer corte, 85 departamentos de todo el país estaban en situación de “alto riesgo”; en el segundo ya eran 159 departamentos, lo que implica un aumento del 87% en solo dos semanas. El semáforo pasó del amarillo al rojo con una velocidad mucho mayor a la de la primera ola de contagios.
Ascensor y escalera
Para la ministra Vizzotti, “lo que está pasando ahora es que la curva de contagios es muy empinada, vertical. Eso es lo que pone en riesgo de desborde al sistema de salud. Está en muchísima tensión y se generan acciones para reprogramar cirugías no urgentes y ampliar las camas de terapia intensiva. Mayo, junio y julio son momentos de más riesgo. Lo vimos en el hemisferio norte y lo vimos en Argentina el año pasado”.
Mientras la segunda ola de contagios amenaza con llevarse puesto al sistema de salud, en la segunda quincena de abril decayó el ritmo de vacunación tanto a nivel nacional como en la provincia de Santa Fe. Casi como una analogía perfecta de la inflación y los salarios, se puede afirmar que la pandemia va por ascensor y las vacunas por escalera. En esa doble encrucijada –reforzar el sistema sanitario y acelerar la campaña de vacunación– se cifra el principal desafío del Estado en todos sus niveles.
Cirugías suspendidas
En la provincia de Santa Fe, el Ministerio de Salud anunció el lunes 26 que todas las cirugías programadas en el sector privado se suspenden por 30 días –excepto urgencias y oncología–, debido a la saturación de las clínicas y sanatorios. En el sector público ya estaban suspendidas desde el 1º de abril. “No vamos a poder atender si seguimos en esta tendencia”, se sinceró la ministra Sonia Martorano.
Al momento de ese anuncio, la ocupación de camas llegaba al 90% en promedio en toda la provincia. “Estamos al límite del recurso humano. Tenemos colegas de 30 años haciendo tres guardias por semana y hay gente de la misma edad que está pidiendo poder salir a tomar una cerveza”, comparó la ministra.
El objetivo de las nuevas medidas es poner todo el sistema de salud a disposición de la emergencia desatada por la segunda ola de la pandemia. Estudiantes de Medicina de la UNR y la UNL se sumaron en las últimas semanas a la atención del Covid. “Realmente estamos en una emergencia sanitaria. El límite del aumento de camas es finito y ya llegamos al máximo”.
—¿Van a haber más restricciones? –le preguntaron a la ministra.
—Por lo menos es necesario que se cumplan las restricciones.
—¿Qué nos trajo hasta acá?
—Estamos en una pandemia, es lo que pasa en el mundo. Es un virus muy contagioso y muy agresivo. Las radiografías y tomografías muestran un daño tremendo. Y hay un cambio: ahora afecta a la gente joven. Dentro de los ámbitos de trabajo no se producen los contagios; se producen cuando se socializa.
Más testeos
En la ciudad de Santa Fe las autoridades sanitarias abrieron un nuevo centro de testeos en el edificio del viejo hospital Iturraspe que permitirá realizar 200 análisis diarios. El nuevo dispositivo se suma a los que ya funcionan en el hospital Sayago, en el Mira y López y en el Cemafe. La decisión se tomó ante el aumento de las consultas recibidas en el 0800 de la provincia y por el incremento acelerado de los nuevos contagios.
Un estudio asegura que cerrar escuelas es la segunda medida más eficaz para reducir contagios
En el Ministerio de Salud estiman que se podrían duplicar la cantidad de testeos que se hacen hasta ahora. “En estos momentos se realizan cerca de 250 testeos diarios en el Cemafe; en el Sayago y el Mira y López el promedio es de 50 testeos por día”, señaló Rodolfo Rosselli, director de la Región Santa Fe de Salud.
Como en la guerra
El martes 27 llegó a Santa Fe un hospital militar reubicable aportado por el Ministerio de Defensa de la Nación. Lo montaron frente al hospital Cullen con el objetivo de ampliar las capacidades sanitarias ante el avance de la pandemia del coronavirus.
En el hospital militar, que fue donado a la Argentina por el gobierno de los Estados Unidos, se realizarán tratamientos médicos, vacunación, testeos de Covid, pero además se derivarán allí a pacientes de bajo riesgo para poder disponer de más camas en el edificio del Cullen.
El lunes 19, los médicos del hospital Cullen, a través de su director Juan Pablo Poletti, les habían pedido a las autoridades de la provincia que se refuerce la infraestructura del sistema de salud. El Cullen, del mismo modo que el hospital Iturraspe, está funcionando casi al 100% de su capacidad desde mediados de abril.
Covid en las escuelas
Más cantado que Despacito: desde que reabrieron las escuelas, aumentaron los contagios de coronavirus en niños y niñas. El fenómeno se observa en todo el país, pero con mayor fuerza en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires, el foco geográfico de los contagios.
Según un informe de la Defensoría Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes de la Nación, los casos nuevos de coronavirus en niños y niñas, desde el inicio de las clases presenciales, aumentaron un 468% a nivel nacional, una proporción que se eleva hasta el 547,8% en la ciudad de Buenos Aires y hasta el 582,6% en el AMBA.
Hubo un fuerte aumento de contagios en niños y niñas desde el inicio de las clases
“La situación crítica epidemiológica pone en el centro del debate la presencialidad en las escuelas. Es necesario que esta discusión se desarrolle en un marco de respeto por los derechos de la niñez y la adolescencia por sobre cualquier otro interés”, indicaron desde la Defensoría.
Como caso testigo, hicieron hincapié en la situación del AMBA: al inicio del ciclo lectivo, el 17 de febrero, había 46 contagios detectados en niños en la ciudad de Buenos Aires, cifra que aumentó hasta 256 el pasado 12 de abril (un incremento del 547,8%); en toda el Área Metropolitana el incremento fue de 582,6%: los contagios subieron de 144 casos registrados el 17 de febrero a 839 a mediados de abril.
A nivel nacional, comparando las mismas fechas, los contagios en niños, niñas y adolescentes tras la apertura de las escuelas pasaron de 343 a 1606, lo que significa un aumento del 468%, agrega el informe de la Defensoría.
Los estudios científicos coinciden con las estadísticas sanitaria. Un informe reciente publicado en la revista Nature asegura que cerrar las escuelas es la segunda medida más eficaz para reducir los contagios. La primera es suspender todo tipo de encuentros sociales y familiares, dado el relajamiento de los cuidados que se registra en esos ámbitos.