Argentina ya aplicó una dosis de vacuna contra el Covid 19 a 13.389.726 personas. Con esa cantidad de dosis, 184 territorios del mundo, incluyendo países como Bélgica, Hungría, toda la Escandinavia o los ejemplares de Chile e Israel habrían superado el 70% de la población vacunada.
¿Cómo medir la eficacia de una campaña de vacunación? ¿Es lo mismo vacunar para Estados Unidos, que inventó varias vacunas y posee las patentes, que para Argentina, que es uno de los ocho países del mundo que interviene en la fabricación de dos vacunas diferentes? ¿Qué pasa en los países que no producen ninguna vacuna y que no trabaron acuerdos por fuera del fondo de la ONU, el COVAX? ¿Cómo se mide la distribución mundial de un bien escaso, cuya manufactura es limitada?
Esa última pregunta es una de las claves. Argentina lleva aplicando una dosis de vacunas a 13.389.726 personas. ¿Eso es mucho o es poco? De cara a los objetivos de inmunizar al menos parcialmente a la población, recién estamos a mitad de camino. Es casi el 30% de la población que ya recibió una dosis. Pero Argentina no es dueña de las vacunas: compra o produce bajo patente. Apenas un puñado de países centrales, China, Estados Unidos, Rusia, Alemania, Inglaterra, India, detentan las patentes y la mayor capacidad de producción.
Las vacunas no se reproducen como el virus. Se hacen pocas, bajo contratos que mal se cumplen. Hacerse de vacunas, si no se es fabricante, es un desafío mayor porque se reparte una cantidad limitada de un bien que es el más demandado en la historia de la humanidad. Todos queremos lo mismo y hay muy poco.
Entonces, señalar que Argentina ya aplicó una cantidad de dosis que para 184 territorios del mundo equivaldría a haber inmunizado su población muestra el tamaño de la campaña de vacunación del país. Actualmente, según los datos de Our World in Data, sólo Gibraltar, Malta, las Malvinas, la Isla de Man, las Seychelles, Santa Elena y las Islas Caimán superaron el 70% de la población vacunada.
A la inversa, si ya hubieran conseguido las más de 13 millones de primeras dosis que consiguió Argentina, habrían superado el umbral del 70% países como Austria, Bélgica,
Bolivia, Bosnia Herzegovina, Cabo Verde, Camboya, Chile, Chipre, Costa Rica, Cuba, Dinamarca, Ecuador, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Gabon, Gambia, Groenlandia, Hungría, Irlanda, Israel, Líbano, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Paraguay, Portugal, República Checa, Senegal, Serbia, Siria, Suecia, Suiza, Uruguay, entre otros. Así se ve en el mapa.
Chile e Israel suelen ser postulados como ejemplos en la campaña de vacunación, pese a que el hermano transandino utilizó vacunas de menor poder de inmunización y de que Israel hizo un contrato leonino con Pfizer. Para el caso, con las primeras dosis aplicadas en Argentina, Chile ya habría vacunado al 70,04% de la población. Hoy está en el 61,4%. Israel ya tendría a su población vacunada una vez y media: no llegan a ser nueve millones de habitantes. Al 15 de junio, Israel había vacunado con una dosis al 63,4% de su población.
Considerando a los países centrales de Europa se nota mejor la diferencia. Austria le dio una una dosis al 47,5% de su población, Bélgica al 49,3%, Dinamarca al 48%, Eslovaquia al 35%, Hungría al 55%, Irlanda al 35,7%, Noruega al 36,4%, Países Bajos al 45,3%, Portugal al 44,9%, República Checa al 43,1%, Suecia al 41,6%, Suiza al 43,4%. En todos los casos son porcentajes mejores que el de Argentina, pero ojalá ellos hubieran logrado conseguir más de 13 millones vacunas: ahora ya estarían llegando al primer paso para lograr la inmunidad de rebaño.