Argentina consiguió la Copa América por un sólido trabajo grupal, donde la unidad colectiva fue el punto más destacado para volver a festejar. Los liderazgos de dos santafesinos, Scaloni y Messi, el rendimiento y las nuevas propuestas de juego nos hacen ver un futuro alentador.
El 4 de julio de 1993 Argentina había levantado la última Copa América, en aquella oportunidad superó a México por 2 a 1 en Ecuador. Pasó Carlos Menem dos veces por la presidencia; pasó Fernando de la Rúa; pasó el diciembre de 2001 y todos los presidentes en una semana; pasó Eduardo Duhalde; pasó Néstor Kirchner, pasó Cristina Fernández dos veces, se fue, volvió, está Cristina; pasó Mauricio Macri; llegó Alberto Fernández y también el Covid-19. “Pasaron cosas”, diría el líder de la derecha nacional.
Mientras Argentina celebraba en Ecuador con el equipo de Basile, en Rosario Lionel Messi jugaba a la pelota con sus seis años recién cumplidos. Lionel Scaloni, con quince años, iba y venía de Pujato a Rosario para llegar a la Primera de Newell´s dos años más tarde.
Julio Grondona hacía mucho que estaba al frente de AFA y le quedaba mucho más; Diego hacía rato que era Diego, pero todavía no le habían cortado las piernas en el Mundial de EEUU. Te fuiste un rato antes Diego, pero déjame creer que armaste todo para que en menos de 24 horas le ganemos a Brasil, salgamos campeones en el Maracaná y los ingleses pierdan la final de la Eurocopa en Wembley.
Volvimos a ser campeones terrenales, en nuestro continente, con Messi en la cancha, contra Brasil en un Maracaná casi vacío, pero en el Maracaná al fin. No sé si pasará a la historia como un segundo “Maracanazo”, fue muy fuerte lo de Uruguay en 1950, fue con casi 200.000 brasileños en las tribunas y fue en la final de un Mundial. Más allá de los sellos periodísticos que se le quieran poner, lo del 10 de julio de 2021 en el estadio Maracaná fue muy importante y ya está en la historia del deporte argentino.
La palabra importante se agiganta por tres motivos: 1) Argentina volvió a ganar un título después de 28 años. 2) Messi, más cerca del final de su carrera, logró el tan ansiado título con la selección mayor. 3) El logro fue ante Brasil en el mítico Maracaná.
Balance y DT
Todo lo ansiado, el rival y el escenario del logro acaparan la foto de la historia, pero la obtención de la Copa América 2021 deja varios disparadores a ser tenidos en cuenta.
Uno de los primeros puntos a destacar es el DT. Lionel Scaloni, que formaba parte del cuerpo técnico de Sampaoli, luego del Mundial de Rusia 2018 decidió quedarse en la Selección, AFA lo designó junto a Pablo Aimar como entrenadores de la Sub 20 y a los pocos meses como DT interino de la mayor. El interinato duró 6 amistosos, los buenos resultados y actuaciones provocaron que lo ratifiquen hasta el final de la Copa América 2019. También en territorio brasileño el seleccionado fue de menos a más, llegó hasta semifinales y perdió 2 a 0 con el local (ese día tuvo un muy buen rendimiento futbolístico).
Tapia, el presidente de AFA, y Menotti, director de selecciones, decidieron ratificarlo en el puesto. El joven entrenador se ganó la confianza de sus jugadores con otra seguidilla de buenos rendimientos y resultados (Alemania, Brasil y Uruguay entre otros). Esa confianza fue clave para lo que vendría después.
Las Eliminatorias en pleno desarrollo (segundo puesto) le dieron más rodaje a la nueva generación de jugadores por la que se jugó Scaloni. Los nuevos y una parte de “la vieja guardia” se complementaron de muy buena manera. El muchacho de Pujato (sur de Santa Fe) los convenció de sus sistemas de juego y los convenció de que el equipo es lo importante. Los que no lo entienden se pueden quedar en un estudio de televisión deseando derrotas albicelestes, aunque no la pueden decir a viva voz.
Scaloni es el fútbol moderno, el que sintetiza las tres filosofías futboleras argentinas de los últimos 40 años: Bilardismo, Menotismo y Bielsismo. En “La Scaloneta” encontramos el juego asociado que pregona el menotismo, la mística bilardista y la intensidad ofensiva bielsista.
Scaloni es el que le puso el pecho a la Selección cuando todos criticaban y nadie se quería hacer cargo. Scaloni renovó sin tirar todo a la basura, se quedó con esa parte de la generación anterior que todavía podía rendir (y rindió). Scaloni pertenece a esa clase de entrenadores que no confronta para convencer, convence a los que tiene que convencer, a sus seleccionados. Scaloni no cuenta con un fútbol argentino que tiene a sus mejores exponentes en los clubes top de Europa, pero tiene a muchos que están en los de segunda línea, suficiente para armar un conjunto competitivo. Armó un equipo con espíritu y acción de equipo. Ese equipo provocó que Messi pueda jugar libre, sin tener que ser el “salvador”. Por si faltaban muestras de qué es jugar en equipo alcanza con repasar el partido en el Maracaná.
Con Scaloni está el famoso recambio que se le reclamaba a la Selección, ahora los futbolistas argentinos saben que hay un cuerpo técnico que trabaja y los observa a todos, incluso a los que el radar común del fútbol no los puede detectar. ¿O alguien tenía al arquero Martínez, al mediocampista Rodríguez o al defensor Molina?
A Scaloni le siguen exigiendo títulos previos y gran experiencia. En el terreno local Gallardo o Domínguez demostraron que pueden darle un aire fresco al fútbol y ser ganadores sin que hayan llegado a River o Colón con la chapa de técnicos campeones. En esa misma línea, ¿por qué el DT de Pujato no podría ejecutar un proyecto renovado a la altura del seleccionado argentino?
Scaloni sabe de la exigencia que genera estar con el traje de DT de la AFA, vale recordar que la celeste y blanca fue su camiseta por muchos años, ya que pasó por las selecciones juveniles y por la mayor, salió campeón del Mundial de Malasia 1997 con la Sub 20 y llegó hasta cuartos de final en el Mundial de Alemania 2006. Y como entrenador en AFA ya hemos hecho el repaso desde 2018 hasta hoy. Y a no olvidar un detalle, Scaloni es la cara de un cuerpo técnico con enorme pertenencia a ese escudo que tiene dos estrellas, Scaloni es Walter Samuel, Roberto Ayala y Pablo Aimar.
O sea, le sobran horas de vuelos para explicar qué significa pilotear la Selección Argentina. Le dieron el avión y llegó a destino, como hacía casi tres décadas que otros entrenadores no llegaban.
La base está
El otro punto es la base y el futuro de Argentina. Muchos creían y pregonaban que el seleccionado nacional estaba a años luz del europeo, y desplegaban sus palabras mientras miraban a la tarde la Eurocopa y a la noche la Copa América. Seguramente hay cinco o seis selecciones del viejo continente que podrían estar entre las ocho mejores en Qatar 2022 y podrían volver a disputar una final entre ellas, como viene sucediendo, pero es una falsedad absoluta afirmar que hay una enorme distancia entre un equipo como el inglés y el nuestro, por citar un ejemplo de una de las selecciones finalistas de la Euro 2021.
La mención a Europa no es casual, en esas selecciones están los rivales a los que apunta Argentina, ahí está el conflicto a superar en cada Copa del Mundo. Mirando hacia el año que viene el seleccionado debe aceitar su fútbol, mantener una base intocable para el Mundial (17,18 jugadores) y fortalecer con buenos resultados para ganar en confianza y no sufrir en la clasificación con destino a Qatar.
El recorrido hasta la Copa América, el fútbol desarrollado en Brasil y la dosis de confianza que da un título tan esperado deberían potenciar un trabajo que tiene futuro, algo que no existió después de la gran actuación en Brasil 2014 (subcampeones).
Hoy Argentina cuenta con la tranquilidad de un cuerpo técnico estable, que ya tiene tres años de trabajo, con miles de horas de análisis de sus jugadores y con un sistema de juego tan flexible como ganador. Se puede ganar atacando, defendiendo, teniendo la pelota, cediéndosela al rival y metiendo al límite de lo permitido, y todo eso en un mismo partido. Así de flexible puede ser esta nueva Argentina, tan brillante como Messi, tan metedora como “Cuti” Romero, tan fina como Lo Celso, tan segura como “Dibu” Martínez y tan determinante como Di María.
Hay base porque cada uno sabe cuál es su rol, desde el DT, pasando por Messi y hasta los que le tocaron quedarse afuera de la Copa América.
Es Lionel
Otro punto es Messi. Mientras que esté en su nivel siempre hablaremos del rosarino. Messi sigue teniendo ese brillo que lo conserva en las alturas de los mejores de la historia, aunque su físico ya no pueda con los defensores en un pique largo, pero puede en la gambeta corta y en la enorme inteligencia para asociarse en el juego.
En la asociación futbolística y en ese conejo que puede sacar de la galera está el trabajo que hizo el equipo para que se sienta uno más, y no el que tiene que ponerse la capa de superhéroe. Muchos dicen que fue “otro Messi”, yo creo que siempre tuvo la misma generosidad y buen fútbol para aportarle al seleccionado, quizás fue “otro equipo” que lo hizo sentir más Lionel que Messi, como lo vimos adentro y afuera de la cancha.
Si el Lionel futbolista se conserva y el Lionel que dirige no se desvía en su plan de equipo, el futuro cercano de la Selección tiene un bello horizonte.