Ritmos latinoamericanos en “Fauna”, el primer disco de Candela Fernández.
La apertura del álbum es con su homónimo “Fauna”, el único tema compuesto en época de pandemia que es el que mejor expone, al entender de su autora, el leitmotiv de los casi 16 minutos totales: “Si bien trabajé cada canción como un universo distinto, porque son todos los que me interesa explorar, después le fui encontrando un hilo conector que termina siendo, para mí, un diálogo entre lo analógico y lo electrónico”. Podríamos decir entonces que Fauna se armó con ritmos latinoamericanos, con instrumentaciones tradicionales pero también aprovechando instrumentos digitales, cada vez más tradicionales, como los sintetizadores y looperas.
Lo primero que suena, y bien agitado, es el bajo de Juan José Mulé que apenas hace media vuelta hasta que la voz de Candela empieza, también en un tono algo provocador, a pararse de mano. Las postales de los animales volviendo a las ciudades en tiempos de aislamiento humano y el feminismo llevando millones a las calles, en sus sendas similitudes, fueron dos situaciones que la inspiraron para esta canción: “Ahora ya no tengo por qué sentir miedo/está la fauna corriendo/Vos creías que podías/Evitar este medrar/Somos flores que se fueron/De tu inerte latifundio”.
Las atmósferas logradas por bandas como Sigur Rós y Low Roar fueron algunas de las motivaciones sonoras que tuvo en cuenta a la hora de estructurar las piezas, cuyas búsquedas más bien instrumentales se complementan con una dedicación rigurosa a la producción de las voces. Acompañada en coros por Cintia Bertolino, en “Mudanza” las dos se combinan en un ida y vuelta increíble, de ensueño, angelical, surreal, con serio peligro de dejarnos al borde del trance místico.
En “Madrecita”, salimos a pasear por Cuzco al ritmo de un carnavalito colorido, sintiendo el resplandor cálido del verano en la piel. Compuesta poco después de la disolución de su primera experiencia de banda (Candela en Majúma), la cantante consigue transmitir con su voz y a través de los versos la fragilidad de alguien que elabora una pérdida y la ternura de quien mira una postal cotidiana con amorosa nostalgia: “Ay madrecita/las flores de tu puestito son las más lindas/lo dice mi corazón, que ahora está/enredadito”. Las participaciones de Nicolás Serrano en trompeta, Guillermo Almirón en trombón y Agustina Cortez en saxo le dan cuerpo y engalanan esta canción hermosa.
A la derecha de Candela estuvo sentado el experimentado Franco Bongioanni cumpliendo funciones en producción, programación, sintetizadores, guitarras y coros. En “Baguala”, el cierre de Fauna, Bongioanni, Fernández y Valentín Gatti (baterías), interpretan lo que prácticamente funciona como un epílogo y una transición hacia el próximo disco, coreando al unísono que esto “ya no me divierte…”.