"Sobre todo angustia y agotamiento. Lo más difícil, a lo que nos confrontamos todos y todas, es a que esto continúe", dice Celina Pochettino, la directora de Salud Mental de la provincia. ¿Cómo se cuida a quienes nos cuidan?
Desde hace un año largo, trabajadores y trabajadoras de la salud, sobre todo en las terapias intensivas, repiten todos los días el mismo día. Para ellos, la pandemia son las mismas 24 horas de llegar, observar la saturación, poner un paciente boca abajo, intubar, sacar un óbito, escuchar de espaldas el llanto de una hermana, un esposo, una hija, un amigo, una madre, volver a intubar, observar la saturación, poner un paciente boca arriba, sostener una mano, extubar, pasar a sala general, intubar, sacar un óbito, escuchar de espaldas el grito de un hermano, una esposa, un hijo, una amiga, un padre, limpiarse, salir, volver a casa lleno de pandemia y esperar al otro día. Así todos los días, más que nunca y como nunca.
La repetición del dolor va destrozando de a poco la consistencia de la realidad. El sufrimiento psíquico del personal de la salud durante la pandemia –y en lo que vendrá– es un tema de atención para Celina Pochettino, la directora de Salud Mental de la provincia, que caracteriza los padecimientos actuales como una “situación de angustia, incertidumbre y agotamiento”. “Sobre todo angustia y agotamiento. Lo más difícil, a lo que nos confrontamos todos y todas, es a que esto continúe. Y es difícil lidiar ante esto, la continuidad de la situación crítica. La angustia, la culpabilidad de llevar un posible contagio a los familiares, la angustia de permanentemente tener que estar anoticiando situaciones como la muerte de los pacientes. Los equipos de salud acostumbran a lidiar con procesos de enfermedad y muerte, pero la persistencia, la cantidad, la intensidad, a la que nos está llevando la pandemia produce mayor aquejamiento. Diariamente los trabajadores y trabajadoras de la salud están confrontados y confrontadas con situaciones de tensión y de dolor. Es el escenario más difícil para cualquier ser humano. La pérdida, el dolor, la enfermedad. Por eso es tan importante permanentemente rediseñar el modo de acompañar los equipos, pensar en los descansos. Esto va exigir una continuidad en los cuidados”.
Pochettino explicó que por la pandemia se diseñaron estrategias especiales de cuidado. “Por un lado, un dispositivo de cuidar a los que cuidan. Un equipo de salud mental que está a disposición de los equipos de salud de la provincia y que se redefine y rediseña de acuerdo a lo que pide la pandemia y al que acude cualquier integrante de la salud. No es sencillo consultar para los trabajadores y trabajadoras. Hay que subrayar que a los trabajadores y trabajadoras de la salud les cuesta a veces ubicar su propio dolor, su propia afectación, y contar con otros. Cada servicio de salud mental en hospitales viene dándose estrategias de cuidado tanto para los propios equipos como para familiares, y para acompañamiento de los pacientes. Hemos iniciado rondas de trabajo con los equipos para intercambiar estrategias porque en cada lugar se han diseñado diferentes abordajes de la situación. Compartirlas es un capital muy interesante”.
—¿No aparece entre el personal de salud cierta demanda a la sociedad que no toma medidas de cuidado, que está en un bar a dos cuadras de un hospital?
—No hay miradas homogéneas, pero esa es una de las contradicciones con las que tienen que lidiar los equipos de salud. Hay mucho esfuerzo, situaciones graves y delicadas y, por otro lado, parte de la sociedad que no está en la misma sintonía. El desafío es tratar de transmitir a todos la importancia de los cuidados, la persistencia de los cuidados porque esto no ha terminado. Cuidarnos es un desafío colectivo, de esto se sale entre todos. No se sale desde un Ministerio de Salud, es un problema que tenemos como sociedad.
—A largo plazo, ¿qué estrategias plantean desde la Dirección?
—Creemos que la clave es el acompañamiento. Es muy importante decir que cualquier persona puede acompañar a otra, no solo los trabajadores y trabajadoras de la salud, cualquiera puede detectar si alguien está afectado. Todos podemos ser agentes de cuidado. Hoy la pandemia nos lleva a algo muy complejo, que es contradictorio con los cuidados de salud mental: nos obliga a distanciarnos para cuidarnos. Y la garantía de la salud mental son los lazos sociales, estar con otros. El desafío es cómo inventar las cercanías, inventar otros modos de estar cerca sin dejar de cuidarnos.