“Historia de la provincia de Santa Fe” es una producción de ATE que, a través de cinco libros, guías didácticas y 12 documentales, pone el foco en los sectores populares, desde la colonia hasta el año 2015.
La movilidad social ascendente o, en algunos casos, descendente marca las historias de vida de personas y familias. Esos devenires personales se insertan en movimientos y etapas más lejanas o más cercanas en el tiempo, desde los pueblos originarios hasta las olas inmigratorias. Y esas experiencias pueden ser leídas y comprendidas de la mano de “Historia de la provincia de Santa Fe”, la producción gestada por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de Santa Fe que cuenta con cinco libros, guías didácticas y una serie de 12 documentales ficcionalizados. La empresa de reconstruir esa historia, desde la época colonial hasta 2015 requirió de un arduo trabajo historiográfico que se planteó el objetivo de poner sobre relieve al “sujeto popular”. Vale decir, la meta se enfocó en “visibilizar o resignificar la problemática de los sectores populares o subalternos. En esa búsqueda, hicimos hincapié no solo en las luchas de esos sectores, sino también en las políticas públicas reconociendo esas demandas”, comentó el coordinador general de la colección, Jorge Raúl Fernández.
Se trata, en suma, de hilar “una historia que también refleje y explicite las tensiones sociales en vez de ocultarlas; de centrar la mirada en los conflictos, en las banderas y en los aportes de los sectores populares en la inclusión”, acotó.
Ahora bien, ¿por qué ATE decidió abocarse a realizar esta producción? “Porque la construcción de las identidades históricas, de la cultura y de la Nación es obra también y, fundamentalmente, de los trabajadores. Los trabajadores no solo debemos estar sujetos a la extracción de plusvalía, sino ser actores concretos en la producción de todo tipo, más allá de los bienes y servicios”, fundamentó Jorge Hoffmann, secretario general de la entidad. De forma paralela, “Santa Fe es una pequeña nación –continuó– incluso en el contexto del mundo, que como territorio jugó un rol determinante en lo fueron los albores de nuestra patria. Somos latinoamericanos, somos argentinos y somos también santafesinos”. De esa forma, sobresalen hechos como la injerencia del puerto de Santa Fe durante la época de la colonia, así como el rol determinante de la provincia en la independencia y el hecho de haber sido cuna de la Constitución, entre otras cualidades que insertan a la región más allá de sus propias fronteras. “Santa Fe merece contar su propia historia. A los trabajadores y trabajadoras nos resulta natural que tengamos el derecho de contribuir a una mirada de la historia de la provincia”, sintetizó Hoffmann.
Ante la consulta sobre los cimientos conceptuales que guiaron el trabajo, Fernández indicó que se apeló a “la pluralidad de voces y a miradas historiográficas diversas” con el fin de “acercar la historia al gran público”. “No es que la historia son los notables, o los caudillos o los líderes populares, sino que todos hemos sido actores. A la disciplina histórica la fortalece acercarla a quienes fueron, son y serán sus protagonistas”, planteó.
Los libros en cuestión abarcan diez períodos históricos y se dividen en cinco tomos. Para su armado cooperaron más de 40 académicos, investigadores y docentes “pertenecientes a diversas generaciones, con una mirada global”. A su vez, la idea de las guías didácticas se propuso alentar el “pensamiento crítico” e “interpelar al propio texto y a la realización audiovisual con respecto a cómo son los procesos de acumulación y distribución de la riqueza en Argentina y en la provincia de Santa Fe y cómo hay que interpelarse sobre determinados relatos históricos tradicionales”, subrayó Fernández. La elaboración de estas guías estuvo a cargo de las docentes Florencia Kreiserman y Eugenia Rizzo. En ese orden, el coordinador resaltó la tarea de diseño y diagramación de todas las publicaciones que potencian el contenido haciendo uso de recursos como infografías, vocabularios, reflexionarios, curiosidades e ilustraciones.
La decena de cortes históricos requirió articular “largas trayectorias académicas y de investigación” con “jóvenes historiadores e investigadores con mayor mirada en lo micro”. La premisa no fue otra que “volcar el saber de un modo accesible a los ciudadanos y ciudadanas. Esto no significa deteriorar la disciplina histórica, sino acercarla a la comunidad para que complete ese saber”. Bajo estos preceptos, la periodización guarda relación con los momentos nacionales para optimizar la didáctica.
Para Fernández, la singularidad de esta producción se inscribe en que “hay que comprender que los esfuerzos individuales a veces son factibles para todos y a veces no. Y esto depende de los modelos políticos, económicos, sociales y culturales. No queremos hacer una historia provincial alejada de la historia nacional. Pero tampoco pretendemos construir una obra en la que la historia de la provincia sea un apéndice de la historia nacional”, sostuvo.
En la pantalla
El realizador Mauricio Minotti es quien condujo los documentales ficcionados. Ya con experiencia en el campo de la historia como lo testimonian sus trabajos para Canal Encuentro, su tarea en esta oportunidad partió de dialogar con los investigadores y académicos para identificar hitos y definir “qué se quiere decir con esos hechos, desde qué punto de vista se quiere comunicar”. “En este caso, uno de los temas fundamentales es el sujeto pueblo. No es una historia de líderes, de próceres, sino que el pueblo es protagonista. Lo otro, que nos atraviesa hace 200 años, es la distribución de la riqueza en nuestro territorio”. “Lo que necesita el audiovisual es trasladar conceptos o hechos históricos a acciones. Así se llega a contar, como en el capítulo uno de esta serie, 400 o 500 años de historia”, resumió.
Para cumplir con el cometido, se apeló a la ficción “porque es una apoyatura de los personajes y de poder contar cosas que ocurrieron. Usamos la ficción para contar hechos que fueron reales con personajes que quizás no existieron –amplió Minotti–, pero que dicen verdades de esa época. De esa forma se mezcla la ficción y el documental. La docuficción es un formato amable con el espectador. Esa mezcla entre archivos, actores, recreación de época; lo hace atractivo y, a la vez, entretenido”, resaltó sobre la producción que demandó la participación de más de 200 actores, actrices, extras y personal técnico.
Al valorar el ensamble de los textos y la serie documental, Minotti consideró que se trata de un “hecho histórico”. “Es un proyecto muy completo. Mi deseo es que se aproveche desde todos los sectores, en comunas, pueblos y ciudades. Ojalá el sistema escolar lo tome, lo use y lo debata. Estos materiales están para debatirlos. En lo personal, es un hecho que me llena de orgullo. Es un punto muy alto en mi carrera. Me emociona mucho ser parte de esto”, resaltó.
Los 12 capítulos se podrán encontrar en el portal de ATE, así como la versión digital de los libros y las guías didácticas.
Nuestra cultura
Esta mega producción se inserta en la colección de Bienes Culturales de ATE que comenzó en 2009 con la idea de difundir “nuestra cultura, tanto en la provincia, como en Argentina y también en Latinoamérica”, destacó Hoffmann. Así se han editado libros, CD, películas y demás piezas dedicadas que recuperan las obras artísticas de relevancia para el patrimonio nacional y local, como ha sido la digitalización de toda la obra de Fernando Birri. La historia de la provincia de Santa Fe es la 47° entrega.
“Ya llevamos distribuidos alrededor de dos millones de bienes culturales desde el comienzo del programa”, destacó el dirigente y acotó: “Después de más de una década, este servicio que presta el sindicato está incorporado como cultura, pero también como derecho de los trabajadores y las trabajadoras”.
Etapas históricas
Jorge Fernández explicó de qué forma se dividen los períodos históricos:
La Experiencia Colonial, 1810 a 1852;
1853 a 1912, la República liberar, oligárquica o elitista;
1912 a 1930, Ley Sáenz Peña, la República liberal democrática;
1930 a 1943, la restauración conservadora o Década Infame (“con la peculiaridad en Santa Fe de la restauración de la Constitución de 1921);
1943 a 1955, “aquí nos encontramos con dificultades en la investigación porque es un período que ha sido silenciado. Hay muy poca información o la información tiene que ver con un supuesto desorden en el grupo gobernante, o sea el peronismo”;
1955 a 1976, “investigadores e investigadoras hacen aportes importantísimos que recuperan determinadas luchas populares, incorporación de jóvenes y trabajadores a las luchas nacionales y populares y un análisis importante del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo en la zona de Santa Fe”.
1976 a 1983. Terrorismo de Estado “particularizado en la provincia de Santa Fe, con nuevos aportes documentales”.
1983 a 2001 y 1983 a 2015. “Lo más difícil porque hemos sido actores. La tarea de coordinación le corresponde a Hugo Ramos, quien asume hasta el riesgo profesional de escribir sobre lo que está muy cercano, usando entrevistas”.