La docente Eliana Ramos es precandidata a concejala de la ciudad por Barrio 88. Mano a mano con Pausa, compartió su recorrido militante, su análisis sobre la actualidad de Santa Fe y su crítica a las lógicas de las organizaciones partidarias tradicionales.
Barrio 88 competirá en las elecciones del 12 de septiembre con una lista encabezada por la militante y docente Eliana Ramos. Eliana creció en el seno de una familia trabajadora de barrio Los Hornos. Cuenta que su interés por la política viene de su infancia: "Desde chica en mi casa se habló mucho de política. Vivimos una situación económicamente incómoda. Mi papá fue militante de la Juventud Peronista, en el barrio siempre fue una persona muy solidaria y vi eso como un ejemplo a seguir". "Él nos decía siempre que la bronca no sirve para nada si no la vehiculizamos hacia acciones positivas que nos permitan transformar lo que no nos gusta", relata. A días de los comicios, la candidata de una fuerza política joven en la ciudad comparte con este medio cómo ve la ciudad y por qué quiere ser concejala.
Ramos tiene 38 años, es profesora de historia egresada de la UNL. Da clases en el nivel secundario, en la educación para adultos y en la facultad de Ciencias Biológicas. Tiene dos hijos de cuatro y dos años. "Mucha gente me conoce por mi trabajo docente y eso le da un poco de esperanza de que este recambio genere cosas nuevas. No alcanza con ser mujer, con ser joven y con ser honesta. También hay que estar preparados y saber moverse dentro de los espacios institucionales para que las políticas que proponemos lleguen a las vecinas y vecinos", dice la candidata a concejala.
Sus primeros pasos en la militancia vienen del movimiento estudiantil: a principios de la década de 2000 participó de la organización Estudiantes al Frente, de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral. En esa época fue consejera estudiantil. Además, participó en los inicios del proyecto Cruzar la ruta: una iniciativa de vinculación del estudiantado con el barrio La Vuelta del Paraguayo, que con el tiempo se convertiría Proyecto Revuelta.
"Siempre me interesó participar en un espacio político pero los veía muy ajenos a darles la oportunidad a una persona que no viene de la política o de una familia con participación política activa", dice Eliana. Y agrega: "Cuando surgió la posibilidad de construir Barrio 88, no lo dudé".
—¿Cómo fue ese proceso de construcción?
—Empezó muy desde abajo. Habremos sido un grupo de no más de diez personas, entre jóvenes estudiantes y vecinalistas, que en la coyuntura Macri-Scioli de 2015 veíamos que no había un proyecto político para la ciudad de Santa Fe que nos conforme. Los debates políticos se daban en el plano nacional o analizando la coyuntura nacional. Es importante sentar postura en relación a lo que pasa a nivel nacional, pero también lo es empezar a discutir cómo se traduce eso en función de las características de la ciudad de Santa Fe. Necesitamos políticas que estén pensadas para esta ciudad porque tiene actores particulares, una geografía particular y problemáticas propias. Esa vacancia nos impulsó a armar un proyecto político que piense nuestra ciudad y que proponga a partir de una lectura específica de lo que pasa en Santa Fe.
En 2019, con 25 mil votos, Barrio 88 logró por primera vez una banca en el Concejo Municipal. Asumió entonces Guillermo Jerez; en esas elecciones, Ramos fue candidata a intendenta. "Llegamos justo con el inicio de la pandemia. Comenzamos con mucha escucha y aprendiendo mucho sobre la dinámica institucional. También con mucho respeto hacia el Ejecutivo porque entendíamos que teníamos que ser una oposición responsable en la medida en que asumir una gestión en tiempos de pandemia era algo muy complejo", cuenta Eliana.
Sin embargo, una mirada crítica sobre la institución del Concejo y sobre su vinculación con el Ejecutivo local no tardó en llegar. "Vimos un Concejo Municipal que se transformó en caja de resonancia de la grieta a nivel nacional. Vimos discusiones estériles, que reproducen discursos de odio. Ese no es el camino: deja de lado las discusiones que son centrales para la ciudad", piensa la candidata.
"Por otra parte vimos un Ejecutivo Municipal que, si tiene un plan de gobierno, no lo comparte con el Concejo y que presta muy poca atención a los proyectos elevados desde el cuerpo legislativo", agrega. En ese sentido, alude a la presentación de diversos proyectos de Barrio 88 no fueron tratados: la creación del mercado social de alimentos, de las mesas de seguridad barrial, del sistema municipal de cuidados. "Incluso el Registro Municipal de Cannabis Medicinal, habiéndose votado por unanimidad, no fue reglamentado", cuestiona Ramos.
Tras la crítica, la joven militante resume la apuesta: "Para nosotros la situación es preocupante pero seguimos sentados en esa banca porque 25 mil personas nos llevaron a ocupar ese lugar". En la misma sintonía que el concejal Jerez lo expresó a este medio en una nota publicada el pasado 14 de julio, Ramos sintetiza: "Vamos a seguir ahí y vamos a tratar de ser más en el Concejo para que nos escuchen y nos den las respuestas que buscamos".
Al momento de definir por qué apoyar la propuesta electoral de Barrio 88 en las urnas, Ramos va al hueso: "Encarnamos una fuerza política que apuesta a la transformación de la ciudad de Santa Fe, a que ningún barrio se quede afuera; que apuesta al diálogo y a la escucha, a la planificación de una ciudad mejor para todas y para todos".
"Ofrecemos soluciones con un nuevo enfoque, que tiene que ver con reinventar la política, dejar de lado intereses personales y ponerse manos a la obra para que todos esos proyectos que escuchamos ahora en campaña electoral se hagan realidad", argumenta. Y subraya: "Para que el Concejo Municipal deje ser un espacio que entrega reconocimientos y que alguna vez los reconocidos sean los dirigentes políticos por hacer las cosas como dicen que las van a hacer".
Camino a la banca
Ramos encabeza la lista Puede ser distinto, de Barrio 88. En 2019, representó a su organización como candidata a intendenta. Comenta que, entre una elección y otra, es más notorio el enojo de la gente con la política tradicional y analiza los desafíos que dejó la pandemia.
—¿Cómo ves la ciudad hoy?
—Es una ciudad que se va reconfigurando a partir de la pandemia. Desde mi punto de vista, la pandemia significa un cambio de época donde hay un montón de conductas individuales y colectivas que transforman cómo habitamos cotidianamente nuestra ciudad. En ese sentido muchos de los problemas que Santa Fe venía arrastrando, hace bastante tiempo, empeoraron. La situación a nivel nacional y provincial está muy vinculada a una crisis económica muy grande que afecta a los pequeños y medianos productores. También vemos un recrudecimiento de las situaciones de violencia hacia las mujeres y las disidencias. Por otra parte tenemos una ciudad con un sistema sanitario muy golpeado por la pandemia, donde nos tenemos que empezar a preparar para los casos cada vez más numerosos de poscovid. Frente a esto, veo una dirigencia política que, una vez más, ofrece algunos parches para intentar solucionar estos problemas; medidas que a la gente no la conforman y la cansan. Veo una política muy desconcentrada, envuelta en luchas de poder que no tienen que ver con resolver los problemas urgentes de la ciudad de Santa Fe. En ese sentido creo que es una oportunidad histórica para que la política recupere su capacidad de liderar situaciones contingentes críticas, para que la incertidumbre no sea tal, para que la gente pueda creer en algo. Eso se logra con mucho trabajo, con mucho consenso, habilitando espacios para la discusión, explicando, dando cuentas. Pero no veo que nada de esto esté ocurriendo en este momento. Para nosotros es muy preocupante.
—¿Por qué querés ser concejala?
—Desde Barrio 88 entendimos la importancia de empezar a construir cotidianamente otra forma de hacer política. Yo les decía a los compañeros el domingo en el acto de presentación de nuestra lista que nosotros no fuimos tocados por una varita mágica y que por eso somos distintos. Esa práctica política transformadora se construye cotidianamente y asumiendo la responsabilidad de los roles que queremos tener en este juego. Porque si, en este caso yo, quiero ser concejala de la ciudad de Santa Fe es para aportar una forma de hacer que vengo construyendo en Barrio 88 hace cinco años: estudiando, para tener bases sólidas de cada uno de los proyectos que presentamos; escuchando a los vecinos, escuchando a las universidades, escuchando a las organizaciones sociales. Hay un montón de espacios que tienen recorrido y experiencia en el análisis de los problemas estructurales de nuestra ciudad. Cada vez que entregamos un volante nos sentamos con el vecino y le explicamos qué está en juego, por qué no prometemos nada, qué puede y qué no puede hacer el Concejo Municipal. Tenemos una forma de hacer política que tiene mucho que ver con la planificación, con pensar el corto, el mediano y el largo plazo porque los proyectos tienen que tener una solvencia técnica que se ajuste al objetivo que queremos cumplir. Por último, sabemos de autogestión y autofinanciación; eso nos da un valor muy grande porque hemos gestionado todos los recursos de los que disponemos y con muy poco hemos hecho cosas muy grandes. Por lo cual creo que con los recursos del Estado podemos llegar a hacer cosas muy interesantes para la ciudad.
"quiero ser concejala de la ciudad de Santa Fe para aportar una forma de hacer que vengo construyendo en Barrio 88 hace cinco años: estudiando, para tener bases sólidas de cada uno de los proyectos que presentamos; escuchando a los vecinos, escuchando a las universidades, escuchando a las organizaciones sociales".
—¿Por ejemplo?
—Una de las cosas que muestra una solución creativa y colectiva a un problema que tiene nuestra ciudad es una cooperativa de adoquines que estamos armando. En el verano nos volvimos locos buscando la fórmula para fabricar adoquines con plástico reciclado y arena. Armamos un prototipo que fue analizado por la Universidad Tecnológica Nacional, que nos dio el visto bueno. Este es el inicio de una economía circular que hay que empezar a poner en marcha. En este caso estamos cuidando el medioambiente a partir de la recuperación de residuos, estamos generando puestos de trabajo si la cooperativa de adoquines crece cada vez más. Finalmente, con esos adoquines podemos empezar el proceso de urbanización de los barrios de la ciudad, que es uno de los proyectos que más nos interesa llevar adelante. Si desde un partido político podemos llevar a cabo estas soluciones creativas, con las herramientas del Estado o de un Concejo Municipal que potencie a las organizaciones sociales que recuperan los residuos, otros proyectos para el desarrollo urbano de los barrios pueden dar muy buenos frutos.
—¿Qué otras propuestas tiene Barrio 88 para la ciudad?
—Además de esta que mencionaba, queremos seguir trabajando con el eje de seguridad. Es un problema que nos afecta a todos: la ciudad de Santa Fe tiene índices muy altos en esta materia. Si bien nosotros identificamos que la inseguridad está relacionada con la desigualdad económica, no podemos descansar en esa afirmación y creer que no se puede hacer nada hasta que no se resuelvan los problemas económicos. Sí creemos que se puede avanzar en algunas medidas. Nosotros proponemos las Mesas Barriales de Seguridad. Es un proyecto que está presentado en el Concejo Municipal de Santa Fe y vamos a seguir peleando para que se escuche porque es una instancia que abre espacios de discusión dentro del barrio, que interpela a las vecinas y vecinos. Sobre todo, a quienes son referentes dentro de los barrios para pensar estrategias comunes, para pensar corredores seguros, para pensar quiénes y cómo habitamos el barrio y qué estrategias podemos tener para vivir en un barrio más seguro.
“Puede ser distinto”
La lista de Barrio 88 es encabezada por Ramos. En segundo lugar, acompaña Juan Cruz Valdez, vecino de Santa Rosa de Lima e integrante de la organización Lazos, que trabaja con jóvenes del barrio, en emprendimientos productivos y de capacitación. Sigue en la lista Sofía Armhedt, integrante de Barrio 88, ingeniera y asesora en la banca del partido en el Concejo Municipal. En cuarto lugar está Pablo Almirón, participante de la Mesa del Orgullo.
También integra la lista Gladis Jara, mujer qom, vecina de Las Lomas y traductora bilingüe: es la primer mujer de esa comunidad originaria que integra una lista para el Concejo de Santa Fe. "También fue candidata por Barrio 88 en 2019 y en ese entonces tuvo que pedirle permiso al cacique para poder participar de la lista. Esta vez lo decidió ella sola", cuenta Ramos. "Es una mujer que está acostumbrada a romper cadenas y es un orgullo que integre nuestra lista", destaca.
La propuesta electoral se completa con Rosario Lencina, Tomás Galluccio, Facundo Lovato, Gladis Sividini, Carlos Cáceres, María Carolina Baratti, Jesús Bustamante y Fiorella Dalla Torre.
¿Qué es lo que "puede ser distinto" para Barrio 88? La apuesta política, enunciada en el nombre de la lista, apunta a una transformación de las estructuras tradicionales de la política partidaria. "Entendemos que es momento de superar los intereses partidarios, que ya ni siquiera son intereses partidarios, son intereses de sectores dentro de los partidos. Es hora de empezar a trabajar de forma mancomunada para lograr el bienestar de la sociedad", afirma Ramos.
La candidata considera que "ninguno de los problemas estructurales que esta sociedad tiene lo va a resolver un partido o una gestión". En ese sentido, apunta: "Si queremos tener un proyecto de bases sólidas es necesario un trabajo desinteresado, porque la dirigencia política siempre está buscando un reconocimiento o ligar tal política con tal gestión, con tal candidato, con tal cara. Creo que tenemos que salir de ese juego porque no suma, a lo único que abona es a esta crisis de representación que se agudiza cada vez más".
"Entendemos que es momento de superar los intereses partidarios, que ya ni siquiera son intereses partidarios, son intereses de sectores dentro de los partidos. Es hora de empezar a trabajar de forma mancomunada para lograr el bienestar de la sociedad"
"Tanto los movimientos sociales como algunos sectores de la economía, de las cooperativas y el mutualismo han encontrado formas de organización que contienen a las personas y que satisfacen una demanda directa. La política no se pudo reinventar en ese sentido, sigue presentado juegos de poder y de partidos que ya ni funcionan como partidos porque vemos cómo los candidatos transitan de un espacio a otro sin ponerse colorados. Eso hace que la gente no se sienta contenida, que no tenga ganas de participar y que lo vea como algo totalmente lejano", analiza Ramos. "La política no ofrece lo otro, que es ver que algo positivo pasa y que en estas instituciones se gestan proyectos colectivos que cambian la realidad que no nos conforma", concluye.
Ramos sostiene que es momento de "trabajar en conjunto con los representantes de todos los espacios políticos y de otros actores sociales que son protagonistas de esta ciudad". Ese conjunto aglutina a los diferentes sectores económicos, a las organizaciones sociales, a las vecinas y vecinos de los barrios de la ciudad.
"El problema del transporte público y de la movilidad en Santa Fe no se va a resolver en cuatro años ni en una gestión; la recolección y el tratamiento de los residuos no se va a resolver en el corto plazo. Sí se puede ir avanzando en algunas medidas que se ajusten a un plan con objetivos más ambiciosos, y esos son de largo plazo. Pero insisto con esto: es necesario trabajar en conjunto y lograr ciertos consensos que excedan a la persona o el partido que esté en el Ejecutivo en ese momento", propone.
Las mujeres en la política
La sanción de la Ley de Paridad amplió los márgenes de participación electoral de las mujeres. Sobre este punto fue consultada Ramos, una de las precandidatas al Concejo local.
"Desde Barrio 88 hay muchas cuestiones en las que queremos seguir creciendo a paso firme y eso tiene que ver con la participación de las mujeres en este tipo de espacios", respondió la entrevistada. "Reconocemos que hay pocas mujeres participando efectivamente en la conducción política de Barrio 88 pero creemos que también hace falta empujar para lograr esto, este despertar de las mujeres que se ha hecho eco por ejemplo en la Campaña por la Legalización del Aborto, que esa potencia transformadora que tiene el movimiento se desplace hacia ocupar los lugares centrales donde se deciden un montón de cuestiones vinculadas al desarrollo de nuestra ciudad, de nuestra provincia y de nuestra nación", agregó.
Ramos describió como "un riesgo" aquellos espacios específicos de institucionalización de las problemáticas de género, en tanto signifiquen que "las mujeres queden por fuera de un montón de otros espacios que son clave" en los distintos niveles de gobierno. "Ese es uno de los desafíos", aseguró.
"Otro desafío es salir a interpelar a otras mujeres que no se sienten parte del movimiento, que no se vieron interpeladas por el feminismo, que no se sienten representadas y que sufren los efectos del patriarcado más que nadie", finalizó.