Un estudio del INTA, pagado a través de un bingo vecinal, halló once plaguicidas distintos en aguas y suelos de la localidad bonaerense. Está comprometida la provisión de agua potable. La Justicia ordenó repartir bidones de agua a la población. Mientras, el intendente quiere reducir la distancia de fumigación a cero metros.
Una síntesis del modelo de producción agropecuaria a partir del uso masivo de agrotóxicos se expresa en la localidad rural bonaerense de Lobos, donde el intendente, que fue presidente de la Sociedad Rural, pide autorización por ordenanza para que se fumigue sin límites mientras los vecinos hacen colectas para pagar estudios de suelos y aguas, cuyos resultados terminaron siendo calificados como “alarmantes”: el agua subterránea con la que se nutre la red tiene 45 veces la cantidad permitida del 2-4 D.
Hace tiempo los habitantes de Lobos había comenzado a detectar patologías típicas de los pueblos fumigados, como los problemas glandulares. Con el paso de los años, se fueron juntado, con la ayuda de organizaciones ambientalistas, para enfrentar lo que es un poder instituido del ámbito rural, tanto que el intendente es productor y propuso al Concejo Deliberante que se reduzca a cero el límite agronómico para las fumigaciones. Haciendo las delicias del chamuyo de la responsabilidad empresaria y las buenas prácticas, la directora de la Comisión de Ambiente de Lobos, María Inés Abib, aseguró que el tema de los agroquímicos era similar a los antidepresivos: “Son peligrosos sólo si no se regulan”, dijo en diálogo con la emisora local FM Encuentro.
Lo cierto es que en Lobos el agua potable se capturaba de un pozo con 50 metros de profundidad que tenía 45 veces el mínimo permitido por la Unión Europea del agrotóxico 24D, un disruptor endócrino –afecta el sistema glandular– y un agente cancerígeno reconocido como tal por Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. Ese fue uno de los resultados de un estudio realizado por el INTA Balcarce, que tuvo que ser financiado por los propios vecinos intoxicados, que armaron un bingo para pagar los reactivos de laboratorio, tras fracasar en sucesivos reclamos presentados ante autoridades municipales.
Había agrotóxicos en todas las muestras de la zona urbana y rural de Lobos, en el agua corriente, en el suelo de jardines y plazas, en el aire, en el agua de lluvia, y en los cursos de agua y la laguna de Lobos. Había 11 plaguicidas distintos en el agua subterránea, que se usa para consumo humano. Había 10 plaguicidas distintos en el agua de lluvia encharcada en la plaza principal, con predominancia de la atrazina, el fipronil y el 24D. Había seis plaguicidas en los árboles, contaminados por el agua y el vapor. Había cinco plaguicidas, con predominancia del glifosato, en el patio y los juegos de la escuela N°3 y en el suelo de la plaza principal. En los arroyos y canales que llevan agua a la laguna de Lobos había 12 plaguicidas, en sus sedimentos predominaba el glifosato, el 24D y el clorpirifos.
“Descubrimos una realidad más escalofriante de la que pensábamos. Nos alarmó muchísimo encontrar agroquímicos no solo en la parte rural, sino también en la plaza central de Lobos. Donde buscamos, encontramos agroquímicos y sentimos que no se le está dando la importancia que requiere algo de este calibre”, contaron los biólogos y vecinos de Lobos Paula Rabinovich y Damián Lencina a IP Noticias.
Ante los resultados, los vecinos presentaron un amparo en la Justicia, que fue resuelto en los Tribunales de La Plata el 16 de julio con una intimación a la Municipalidad para que garantice el derecho al agua potable, su saneamiento, y un abordaje a la contaminación de agrotóxicos. En concreto, se deberán repartir bidones de agua potable en todos las escuelas, clubes y centros de salud y en las casas de todos los vecinos que firmaron el amparo que provocó el fallo. Además, se pide la tutela en la salud de la población y que se hagan estudios sobre agua en localidades cercanas. La resolución ordenó también la intervención de la Defensoría del Pueblo, que ya le reclamó a la Municipalidad y al Concejo Deliberante de Lobos que tomaran todas las medidas necesarias para frenar la aplicación de agrotóxicos. También ordenó la Justicia que la provincia y el municipio realicen controles periódicos, varias veces al año, del agua.
En el amparo, los firmantes hicieron una solicitud más: que se establezca un límite de 1095 metros para las fumigaciones que rodean el casco urbano, las escuelas rurales y los cursos de agua de todo Lobos. Una medida equivalente ya tuvo curso en Pergamino.