En una operación militar que avanzó sobre la mitad de la provincias en apenas nueve días, los talibanes están a punto de tomar Kabul y recuperar todo Afganistán para su orden teocrático ultra reaccionario. Tras 20 años, en mayo Estados Unidos había iniciado el retiro final de su fuerza de invasión.
La "guerra contra el terrorismo" iniciada en 2001, también llamada por los analistas pro bélicos norteamericanos como la "guerra larga", suma otro capítulo con la inminente recuperación de Afganistán para los talibanes, la fuerza teocrática que Estados Unidos había ido a desalojar hace 20 años, como represalia posterior al atentado a las Torres Gemelas. Estados Unidos y el Reino Unido evacuaron sus embajadas en la capital Kabul, único estado bajo control de las fuerzas oficiales. Los talibanes avanzaron prácticamente sin freno durante los últimos dos meses, a la par que las fuerzas estadounidenses terminaban su retiro final, ante el fracaso histórico de la invasión militar.
Combatientes talibanes rodearon la capital de Afganistán y ya negocian con el gobierno la transferencia del poder. Los talibanes tomaron casi todo el norte de Afganistán la semana pasada, pese a los miles de millones de dólares gastados por Estados Unidos y la OTAN para entrenar a las fuerzas afganas. Tomaron el control de más de la mitad de las provincias de Afganistán en apenas nueve días.
“Ninguna nación ha unificado nunca Afganistán. Ninguna nación. Hay imperios que han ido allí y no lo han conseguido”, dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el 8 de julio desde la Casa Blanca. El país invasor había iniciado el retiro definitivo de la tropa invasora en mayo, en un proceso cuya fecha final era el 31 de agosto. El avance talibán fue siguiendo los pasos de esa retirada, en un país que estuvo 20 años invadido con el sólo objetivo de aniquilar esa fuerza teocrática ultra reaccionaria.
"Un año o cinco años más de presencia militar estadounidense no habría marcado ninguna diferencia cuando el ejército afgano no puede o quiere defender su país", afirmó Biden. Toda la región inició un proceso de desestabilización brutal desde que el imperio americano tomó la decisión de vengar el atentado a las Torres Gemelas por medio de continuas invasiones.
El vocero talibán Suhail Shaheen dijo a la cadena de noticias qatarí Al Jazeera que los combatientes del grupo se mantenían en las márgenes de Kabul a la espera del resultado de negociaciones en curso con el gobierno del presidente Ashraf Ghani, en pos de una transición pacífica.
Mientras tanto, Estados Unidos envió cinco mil soldados para ayudar a asegurar la evacuación de emergencia de los empleados de la embajada y de miles de afganos que trabajan con las fuerzas norteamericanas. El Reino Unido anunció el despliegue de 600 militares para ayudar a los británicos a abandonar el territorio afgano. Rusia, en cambio, dijo que mantendrá a su personal en el país.
El Ejército Nacional Afgano está en completo desorden y fue derrotado en todo el país. Perdió cinco de sus siete cuarteles generales. El gobierno oficial tiene control total sólo sobre Kabul, tiene bajo asedio o disputa otras tres capitales y perdió en manos de los talibanes las 30 capitales restantes.