Cuatro mapas para comprender dónde se hizo fuerte cada espacio políticos. Juntos por el Cambio recupera viejos bastiones. El Frente Amplio Progresista no triunfó en ninguna seccional. El Frente de Todos recupera algunas pocas seccionales históricas.
Hace cuatro años, Emilio Jatón triunfaba en las generales del Concejo Municipal con cerca del 40% de los votos. Ayer la lista del Frente Amplio Progresista, que no fue al interna, cosechó apenas el 10% de las preferencias, ante un electorado fragmentado en la enorme oferta de candidaturas, que llegó a otorgarle a un outsider como Juanjo Piedrabuena el cuarto lugar en las preferencias y que hizo entrar para las generales a un señor que nos quiere trasladar a la quinta dimensión.
Sin haber puesto toda la carne en el asador porque no iba a interna, en ninguna seccional ganó el FAP, cuyo volumen de votos osciló entre el 8% y el 11%, con mejores performances en los barrios, sobre todo la costa, y caída muy significativa de votos en el centro y algunas zonas en las que había triunfado en 2019, como las seccionales de la Costanera y el centro urbano de la ciudad (las seccionales 7, 9 y 11). A la inversa, Juntos por el Cambio recuperó todas esas seccionales y volvió a hacerse muy fuerte en sus bastiones: el centro, Candioti y Constituyentes, lugares donde llegó a superar los 40 puntos de preferencia. De la mano de Adriana Molina, pintaron la ciudad de amarillo, incluso en Barranquitas.
El peronismo se llevó la mítica seccional 10 –Las Flores– pero por demasiado poco. Sólo en Alto Verde y en Santa Rosa de Lima –donde llegó a ganar hasta en la elección de diputados de 2017– superó el 30% de los votos. Bajísima performance para el Frente de Todos, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de listas, la inversión en campaña y la presencia de precandidatos conocidos en la ciudad.