Cerca de 200 personas posaron desnudas para el fotógrafo estadounidense Spencer Tunick. El objetivo es crear consciencia sobre la desaparición del Mar Muerto, que se retrae cerca de un metro por año.
Entre Israel, Cisjordania palestina y Jordania está el Mar Muerto, un lago muy salado y hundido de unos 80 kilómetros de largo y un ancho máximo de 16 kilómetros, que está presente en las crónicas de los orígenes de Occidente (y eso que es mucho más chico que nuestra cordobesa Mar Chiquita) y que se está secando por el uso intensivo de agua que hace Israel y por evaporación simple como resultado del calentamiento global. Cerca un metro por año avanza la costa, el espejo de agua tenía 1050 kilómetros cuadrados y estaba a -390 metros respecto del nivel del mar y hoy tiene unos 605 kilómetros cuadrados y esta hundido 430 metros bajo el nivel del mar.
Allí, y por tercera vez, el fotógrafo estadounidense Spencer Tunick convocó unas 200 personas para hacer una instalación fotográfica y una declaración ambientalista, invitado por el Ministerio de Turismo de Israel. Tunick explicó que las personas fueron pintadas de blanco para evocar a la esposa de Lot, quien en la huida de Sodoma miró hacia atrás y se convirtió en sal.
Diez y cinco años atrás, Tunick había hecho otras series de fotos en el mismo lugar, con el mismo objetivo ambientalista.