Aumento de la pobreza: entrevista a Verónica Burete, vecina de Playa Norte y militante de la ONG Manzanas Solidarias.
—¿Cómo llegamos a esto?
—La pobreza tiene razones políticas. A un adolescente se le complica por la situación que pasa terminar la escuela. Imaginate que, después de terminar esa escuela, la secundaria, tiene que buscar trabajo. Y en ese trabajo te piden experiencia laboral. ¿Qué experiencia laboral, si viene de la escuela? Ese problema te lo traes a tu casa. Y eso trae más pobreza. Terminaste la secundaria con la ilusión de tener un trabajo, ¿y qué pasa con ese joven? Ese joven termina en la calle, siendo trapito, yendo con un carrito a cirujear. El pibe se enamora de una piba, con esa piba tiene un gurí y con ese gurí viene otro problema. Te dan la Asignación (Universal por Hijo), pero eso no te soluciona el problema. Tiene que salir a laburar más, sale, trabaja más horas de las que tiene que trabajar, es explotado y así se va generando la pobreza en todos los barrios. También porque sos de un barrio humilde no te dan trabajo, o te dan trabajo y te explotan porque se creen que si sos de un barrio humilde sos ignorante y no te das cuenta de las cosas. Vos sabés que, sin esos trabajos, no tenés para darle de comer a tus hijos y agachás la cabeza. Y así se va causando la pobreza. Como también los políticos que mienten, que dicen que van a solucionar los problemas, y estamos esperando todavía…
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—¿Qué faltó hacer durante la pandemia?
—Faltó que la gente del Estado baje a caminar a los barrios. Entendemos que estábamos en pandemia, pero era necesario. También hubo muchos chicos que fueron maltratados por causa de la pobreza. Los niños tenían hambre. Los padres no podían salir a traer el pan. El Estado se hizo a un lado y dejó a la población sola. Con un IFE cada tanto no se iban a solucionar los problemas. Dieron eso e hicieron como que ya está, como si no hubiera más pandemia. El Estado abandonó al barrio, el municipio, la provincia, la Nación, abandonaron a los niños, a las familias, a las mamás que se quedaban solas con los niños, manteniendo las criaturas y no podían salir a trabajar. Imaginate que, supuestamente, tenés que tener no sé qué cantidad de plata para no ser pobre [68.359 pesos para un hogar de cuatro personas en agosto de 2021] y el presidente, con 10 mil pesos de un IFE, ¿pensaba solucionar el problema de la pobreza en la pandemia? Para mí, ellos tendrían que haber bajado a los barrios y caminarlos: asistentes sociales, doctores, la gente de niñez, caminar los barrios y preguntar. Preguntar a las organizaciones, a un centro de salud, a las escuelas. Preguntar. Preguntar cómo estaban las familias, si se necesitaba ayuda.
—¿Por qué se llegó a esto?
—De lo que yo veo en el barrio, el punto que tienen que empezar a tocar los gobiernos respecto de la pobreza es el tema de la droga, de las adicciones. Ya no estamos más hablando de jóvenes y adultos, sino de niños de 10, 11 años. Si no es pastillas, es el papel satinado, el alcohol. Ese punto tiene que ser tocado por el gobierno: la pobreza y las adicciones. Si una mamá no tiene nada, los nenes se van con los pibes de la esquina. Y si no tienen nada, le dan un poco para mover, y ahí ya tiene una monedita y para consumir. En la clase media también se está viendo, no sólo en la villa.