Continúan las demoliciones de los abandonados monoblocks de Acería

Unas 30 familias que vivían en el ruinoso complejo Fonavi del oeste de la ciudad fueron relocalizadas en nuevas viviendas. Las tareas de derrumbe y reconstrucción comenzaron en 2017. El viernes se demolió uno de los monoblocks quedan doce por voltear.

Muy mal construidos de entrada, los monoblocks de Acería están ruinosos y sus habitantes se ven obligados a la relocalización. El viernes 26 se demolió uno de los 22 monoblocks originales del barrio, que fueron entregados sin terminación de obra y a las apuradas. Las 30 familias que habitaban esta construcción recibieron las llaves de sus nuevas viviendas.

Durante más de tres horas, maquinarias de gran porte llevaron adelante la demolición del monoblock 14 del barrio. “Ahora sólo restan otros doce por demoler”, indicó el director Provincial de Vivienda y Urbanismo, José Manuel Kerz.

Kerz señaló que “estas demoliciones son parte de la intervención integral que hacemos desde la DPVyU, y en sí mismo, es un espectáculo raro porque estamos acostumbrados a construir y no a destruir. Luego de la demolición, se retira el escombro y se acondiciona el terreno para no generar riesgos a los vecinos. Y en ese lugar se harán nuevas viviendas en un futuro”.

El proyecto contempla obras de infraestructura para dotar de servicios al nuevo barrio como red eléctrica de media y baja tensión alumbrado público, agua potable, desagües cloacales, apertura de una calle con estabilizado granular y cordón cuneta.

Kerz precisó: “Estamos trabajando para mejorar la calidad de vida de nuestras familias, y esto se realiza en el marco de reubicación de las familias residentes en este monoblock, a quienes ya le entregamos las llaves de una nueva vivienda. Por eso, con esta obra realmente le cambiamos la forma de vida, ya que le garantizamos una vivienda digna y también el hábitat, que es toda la infraestructura que estamos realizando para mejorar el barrio".

Nacer abandonado

El Fonavi está apenas a siete cuadras al oeste de Blas Parera al 7900. Como corresponde a un barrio desamparado, comienza del otro lado de la vía del tren y sólo tiene un acceso asfaltado (que no es directo) por Canónigo Viñas. El camino rápido corta a Blas Parera al 8300 y es por Berutti. La sinuosa calle es un centro comercial: los locales, uno al lado del otro, ofertan en la vereda sus mercancías y los carteles se agolpan. Cruzando la vía se llega a Cafferata y se hacen dos cuadras al sur.

Los departamentos del Fonavi Acería se estrenaron en 1987, pero la enorme mayoría de sus residentes no viven allí desde entonces: las ventas se fueron sucediendo a medida que el hábitat se revelaba como imposible. No hay gas natural, no hay cloaca ni buena agua de red: se contamina en las cañerías del complejo y en sus tanques, que resisten enclenques. La mampostería se cae, hay rajaduras y problemas en el sistema eléctrico, las escaleras son una trampa. Los pozos negros a veces rebalsan y saturan la tierra.

El complejo nunca tuvo final de obra. En su momento, durante la crisis previa a la hiperinflación de los 80, fue abandonado por la constructora y se entregó la obra malhecha a los habitantes. En 2003, Acería sufrió la inundación del Salado, como otros Fonavi de la ciudad. En ese entonces, se cancelaron los saldos deudores para todos los habitantes de los complejos afectados mediante el decreto 971/03. Desde entonces, generalmente en vano, los vecinos reclamaron por mantenimiento u otro tipo de solución. Por las quejas, en noviembre de 2010 la Defensoría del Pueblo solicitó formalmente la intervención de la provincia. Y en marzo de 2011, desde Vivienda y Urbanismo se prometió derribar y reconstruir todo el complejo.

 

 

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