Mientras continúa el proceso de reforma de la Constitución, Chile elige presidente. Los dos favoritos son Gabriel Boric, por la izquierda, y José Kast, un admirador de Bolsonaro. El oficialismo, lejos de tener chance. Los sondeos indican que habrá segunda vuelta.
La revuelta social en octubre de 2019, la pandemia en 2020, una reforma Constitucional en curso, un presidente en proceso de juicio político por lavar guita en un paraíso fiscal y, ahora, un proceso electoral que dejará en la Casa de la Moneda a una coalición política sin antecedentes en la gestión pública. Chile vive años de agitación, hoy es uno de sus días decisivos. Los chilenos irán al cuarto oscuro y encontrarán siete candidatos en la papeleta. Dos son los que destacan, ninguno está en condiciones de ganar en la primera vuelta.
Por un lado está Gabriel Boric, lo más cercano a Salvador Allende con chances de ganar una elección. Por el otro lado está José Antonio Kast, alguien que convierte en progresista a Sebastián Piñera. Chile está en un proceso radical de polarización. Por ley, hace 15 días que no se publican encuestas. Los últimos sondeos situaban a Kast con cerca del 25% de las preferencias y a Boric rondando el 20%. Muy lejos, en un cuarto o quinto puesto, se encuentra Sebastián Sichel, el candidato del gobierno.
La lista de candidatos comprende a Boric (CS – Apruebo Dignidad), Kast (Partido Republicano), Yasna Provoste (DC – Nuevo Pacto Social), Sebastián Sichel (IND – Chile Podemos Más), Eduardo Artés (Unión Patriótica), el incombustible Marco Enríquez-Ominami (Partido Progresista) y Franco Parisi (Partido de la Gente). En Chile es necesario superar el 50% de los votos para ganar en primera vuelta, algo que, se presume, no sucederá. El domingo 19 de diciembre tendría lugar la segunda vuelta, con una boleta con los dos nombres que más votos obtengan.
Domando al facho
El oficialismo mira la elección desde lejos. Sebastián Sichel, que fue funcionario de Piñera, alcanzó su postulación por ser algo así como el más progre de la alianza gobernante. Rápidamente perdió apoyo del oficialismo, que viene en picada desde 2019. “Pasé de ser la persona que querían que participara porque venía de la centroizquierda, porque era bueno mostrar diversidad, a ser supergolpeado por las mismas razones”, señaló Sichel al comieno de la campaña.
Kast se comió los votos de la derecha reinante. Defiende abiertamente la gestión del dictador Augusto Pinochet y se opone a cualquier política de ampliación de derechos. Ha declarado públicamente su admiración por Jair Bolsonaro y su afinidad por Javier Milei, el panelista devenido en diputado nacional por el voto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Para Kast “nuestro mensaje es claro: creemos en la defensa y promoción de los derechos inalienables que Dios nos entregó, entre ellos la Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad. Creemos en el respeto riguroso y universal del Estado de Derecho y en el deber intransable del Ejecutivo de asegurar su respeto por parte de todos”. En castellano eso significa aborto ilegal, propiedad privatizada y represión estatal. Esos lineamientos fueron sintetizados en un mamotreto del que Kast se siente orgulloso. “Este programa presidencial, incluye una serie de reflexiones, posicionamientos y más de 800 propuestas en diversas materias y áreas de la administración pública y de la función gubernativa”, indicó.
En un debate de candidatos, Boric dejó al descubierto qué dice el programa de Kast, en un momento que tiene que ser recordado como una de las más feroces escenas de doma en la historia de la televisión.
Comparar los programas es la base de un voto informado. Elijamos avanzar y no retroceder. pic.twitter.com/9JBR7BO2zJ
— Gabriel Boric Font (@gabrielboric) November 16, 2021
Boric arrancó su campaña poniendo el eje en lo que en nuestro país, por aproximación, sería algo así como el federalismo. “Queremos dar una señal de descentralización superfuerte, de inclusión, de que el país somos todos y todas, de que nos la vamos a jugar desde los territorios para cambiar Chile”, declaró Boric desde Punta Arenas.
“Nuestro plan de gobierno tiene cuatro perspectivas transversales que recorren cada una de nuestras propuestas hacia la búsqueda de justicia social y desconcentración del poder: feminismo, transición ecológica justa, descentralización y garantía del trabajo decente“, señala el programa del diputado por Magallanes.
Afirma que su programa “fue escrito por miles de manos en mesas que se llevaron a cabo a lo largo y ancho de todo el país, donde a partir de un documento base, vecinos y vecinas, personas del mundo independiente, docentes, dirigencias y organizaciones sociales, expertos y expertas y partidos políticos se reunieron para, discutirlo, nutrirlo, priorizarlo y modificarlo. No son las ideas de unos pocos, sino que es un programa abierto a la comunidad, colaborativo y participativo”.