El gobierno de Portugal volverá a exigir el uso de mascarillas, los certificados y los test obligatorios en espacios cerrados y sancionará a las compañías aéreas que desembarquen pasajeros sin pruebas de covid a partir del 1 de diciembre.
La cuarta ola de coronavirus y las peligrosas nuevas variantes aparecidas en las últimas semanas, ya tienen en alerta a buena parte de los países europeos. Hasta el momento, las noticias hablaban de situaciones delicadas en lugares con tasas bajas de vacunación, como Austria y Alemania, pero el panorama está mutando tan rápidamente que estados como Portugal, país de la Unión Europea con más población vacunada con la pauta completa (87%), también volverán a replegarse para evitar que la cuarta ola les pegue de lleno.
Según consigna el diario El País, a partir del 1 de diciembre Portugal volverá a entrar en el “estado de calamidad” (el nivel más alto de respuesta que permite la ley ante situaciones de catástrofe), que aumenta las restricciones de accesibilidad a lugares cerrados para tratar de frenar el constante aumento de contagios (la incidencia acumulada asciende a 263 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días).
Sin embargo, lo más llamativo del paquete de medidas presentado este jueves por el primer ministro, el socialista António Costa, son las que se decretarán para la primera semana de enero de 2022, que pretenden evitar que “se pueda aproximar al trágico enero de 2021″. Para esa semana, el Gobierno ha decretado el teletrabajo obligatorio en todas las empresas, el cierre de bares y discotecas y la suspensión de la vuelta a las aulas. El regreso de la actividad escolar, que estaba previsto para el lunes 3 de enero, ahora se aplazará hasta el lunes 10.
La “semana de contención”, como la ha denominado el primer ministro, tratará de frenar la circulación del coronavirus tras un periodo de intensa vida social y familiar como son las fiestas navideñas. El Gobierno ha optado por proteger la actividad económica en un país muy dependiente del turismo y no impedir los viajes ni las celebraciones, aunque Costa ha apelado a la responsabilidad personal y animó a los portugueses a realizarse test antes de sus reencuentros familiares. “Los portugueses saben que su propio comportamiento controla la evolución de la pandemia, además de la protección farmacológica de la vacuna. Obviamente cuando hay menos restricciones, hay mayor responsabilidad individual”, ha indicado el primer ministro.
Gracias a la vacunación, la situación de partida no es comparable al momento crítico que el país vivió tras las fiestas del año pasado, pero el aumento de contagios, hospitalizaciones y muertes de los últimos días tampoco permiten seguir como si nada pasara. Las nuevas medidas para combatir la expansión de casos establecen la vuelta del uso obligatorio de mascarillas en espacios cerrados; los certificados de vacunación para acceder a restaurantes, hoteles, eventos y gimnasios; y testeos necesarios para entrar a las residencias de mayores, los hospitales y los grandes acontecimientos deportivos o culturales sin butacas asignadas.
Las pruebas también serán un requisito para quienes viajen a Portugal en avión. En este punto, Costa fue muy crítico con las compañías aéreas, a las que acusó de no verificar si los pasajeros entran en el país con certificado de vacunación o test. “Es una obligación de las compañías que solo permitan el embarque de personas con pruebas y hemos visto que no lo han cumplido y por eso vamos a introducir sanciones de hasta 20.000 euros por cada viajero desembarcado sin test”, ha explicado Costa.
El mandatario señaló que la gran cobertura de vacunación está permitiendo “salvar vidas” y causando “dolencias menos graves”. Comparó la situación de este jueves (3.150 nuevos contagios, 691 hospitalizaciones, 103 ingresos en UCI y 15 fallecimientos) con la registrada el 25 de noviembre de 2020 (5.290 casos, 3.251 hospitalizaciones, 517 internamientos en UCI y 71 muertes). “Hemos aprendido lo suficiente a lo largo de estos dos años para saber qué podemos hacer y qué no debemos hacer. Por eso confío en que todos evitemos lo que no debemos hacer. Es la primera condición para conseguir contener esta pandemia y hacer que estas medidas sean suficientes para contener el actual crecimiento”, indicó el primer ministro.