La maternidad y la ruralidad contaminada se cruzan en “Distancia de rescate”. La película se basa en la novela homónima de Samanta Schweblin.
La niña se encuentra en la pileta, con los pies colgando del borde. Transcurre el verano en una casa de campo donde el sol se impone con suma luminosidad. A varios metros, se encuentra la madre. Amanda piensa en la lejanía y la cercanía que mantiene, desde su lugar, hasta donde se encuentra la pequeña, su hija, Nina. Entre una y otra media un hilo invisible, que las liga. Es la distancia de rescate ante un eventual peligro, ante lo malo que pueda suceder y la reacción que la madre pueda tener para evitar el daño. Cuando ese hilo se corta, sobreviene el desastre y nada vuelve a ser como antes. Tal es el punto de partida y el nudo argumental de Distancia de rescate, la recientemente estrenada película en Netflix, basada en la novela homónima de la escritora argentina Samanta Schweblin (2014).
Con la tensión dramática que roza el misterio, el suspenso y hasta la perturbación (propia de un thriller, pero no tanto del género del terror), el filme reúne la dirección de la peruana Claudia Llosa, las actuaciones de la española María Valverde (Amanda) y de Dolores Fonzi (Carola) y a la propia Schweblin como coguionista. Ya con este entramado, el lenguaje cinematográfico respeta el sentido sustancial de la obra literaria –hasta su estilo estético– debido a la construcción de una sólida amalgama entre las interpretaciones actorales, la creación de los climas entre los personajes, el preponderante rol que cumple la naturaleza y los detalles. Justamente, son los detalles los que Amanda debe apreciar cuando David, el hijo de Carola, la interroga (con voces en off) para reconstruir lo sucedido previo al final. El hilo conductor de la narración se apoya en un ida y vuelta entre pasado y presente, en repasar cada uno de los hechos desde la llegada de Amanda y Nina a ese sitio rural hasta el desenlace de la historia. En ese ámbito rural, además, se corre un riesgo vinculado a la contaminación y la toxicidad que la obra de Schweblin bien retrata.
Al observar el curso de la trama, la interacción entre las protagonistas cobra la relevancia que toda novela requiere; es decir, una serie de hechos cambian sus vidas. Por un lado, Amanda representa a una madre que vela por su hija y aguarda que su marido, de viaje, se una al grupo familiar en esas vacaciones programadas. Por el otro, Carola ya no reconoce a David como su hijo. No es el mismo desde que el agua de un arroyo lo transformó por completo (aunque la curandería, los brebajes y los yuyos hayan menguado el impacto). Carola, ahora, es otra madre.
Sin ser un relato de inmediata y fácil interpelación para el público, esta versión cinematográfica de Distancia de rescate se destaca por los planos que se detienen en los rostros, tanto como en aquellos otros que dan cuenta de un ámbito natural bastante alejado de una postal idílica. En suma, es una realización en la que los sellos personales de la escritora y de la directora son factibles de advertir en una unión efectiva. En otras palabras, el traspaso de lo literario a la pantalla grande, en este caso, está más que logrado, aun corriendo los límites de la realización audiovisual. Lo notable, en todo caso, es el estremecimiento que suscita la intriga narrativa de manera firme y constante. De hecho, esa particularidad se expresa en maternidades que no responden a estereotipos (por el contrario, maternar es un duro equilibrio entre proteger y, a la vez, soltar), en el poder simbólico y material del agua (ya sea en un balde, un charco o un lago) y la fisonomía de un pueblo dañino, de una ruralidad afectada por los químicos que abona al misterio y al temor en estado activo. Por lo demás, con el predominio de los personajes femeninos, el filme cuenta con los maridos de Amanda y Carola (Guillermo Pfening y Germán Palacios, respectivamente) en un segundo plano, pero no por eso ausentes. Ellos están. Sin embargo, vivencian la historia de otra forma en circunstancias donde ni todo es claro ni todo es oscuro, por lo tanto, los juicios morales no encuentran mayores márgenes para su dictamen.
Ficha técnica
Distancia de rescate, 2021.
Duración: 93 min.
País: Perú/Chile/España/Argentina/Estados Unidos, 2021
Dirección: Claudia Llosa
Guión: Claudia Llosa, Samanta Schweblin. Novela: Samanta Schweblin
Música: Natalie Holt
Fotografía: Óscar Faura
Reparto: María Valverde, Dolores Fonzi, Guillermo Pfening, Germán Palacios, Emilio Vodanovich, Marcelo Michinaux, Guillermina Sorribes Liotta, Cristina Banegas.
Productora: Coproducción Perú-Estados Unidos-Chile-España; Paradise Falls Peru, Gran Via Productions, Fabula, Wanda Films.
Distribuidora: Netflix