ANUARIO 2021 | Aumentos anuales de precios del orden del 50% impactan sobre los sectores más pobres.
La inflación aumentó 45,4% entre enero y noviembre de 2021 y trepó al 51,2% en la medición interanual (noviembre de 2021 contra noviembre de 2020). En el mismo período, el rubro alimentos y bebidas subió 44,2% y 50,5% respectivamente.
Los salarios privados registrados aumentaron este año, en promedio, un 41,3% y en el sector público un 45,1%, mientras que los privados no registrados (trabajadores informales) se incrementaron apenas un 20,5%, según el índice oficial de salarios que informa el Indec.
En un país dedicado casi por completo a la producción primaria, el aumento sostenido de los alimentos es un problema que el gobierno de Alberto Fernández prometió resolver y sólo profundizó. Argentina podría alimentar a una población diez veces mayor a la que tiene pero el 40% del país está bajo la línea de pobreza y el 10% ni siquiera tiene para comer.
La pandemia profundizó esta situación. Pero, ¿por qué es tan caro comer? La concentración del mercado y de las cadenas de comercialización explica buena parte del problema, agravado por las falencias del Estado en su rol de regulador.
La designación de Roberto Feletti al frente de la Secretaría de Comercio Interior de la Nación a principios de octubre fue la admisión tardía, por parte del gobierno, de que las políticas aplicadas en la primera mitad del mandato fracasaron rotundamente.
Mucho antes, en mayo, publicamos en Pausa un informe sobre inflación y salarios. La conclusión decía: “El Estado, en todos sus niveles, tiene por delante una tarea urgente: frenar la escalada irracional del precio de la comida. Es un deber irrenunciable, aunque más no sea por una cuestión de supervivencia política. No se han visto gobiernos que ganen elecciones cuando la gente no tiene para comer”. En las urnas, se terminó corroborando.
El 40,6% de los argentinos es pobre, cifra que sube al 50,5% en Santa Fe