La entidad educativa y artística reclama hace tiempo un edificio propio, pero aún no obtiene respuestas.
“Sin escuela no hay actores ni profesores”, resumen, con vocación didáctica, quienes integran la comunidad de la Escuela Provincial de Teatro (ETP) N° 3200. La escuela comenzó en noviembre una campaña en las redes y en las calles para visibilizar el estado de emergencia de la institución, que no tiene certezas sobre dónde iniciará el cursado en 2022.
“El arte es trabajo”, “La educación artística es un derecho” y “¿A quién llaman cuando necesitan actores para spots publicitarios?” son otras de las consignas. El jueves 11 hubo una movilización, convocada por el Centro de Estudiantes de la ETP, desde donde invitan a la comunidad artística local a adherir a través del hashtag #UnEdificioParaLaETP y a sumarse a una próxima caravana que se convocará en diciembre.
El reclamo es doble: se pide el edificio propio, pero también, a corto plazo, un espacio adecuado para recibir el año que viene a ingresantes y estudiantes de la Tecnicatura en Promoción Sociocultural y el Profesorado de Teatro. Hoy la ETP tiene todo su mobiliario, archivos e insumos en 1° Junta 2549, una planta alta donde funciona desde hace siete años, con un anexo en el Complejo Educativo Cultural de la Escuela Sarmiento.
En septiembre, al momento de regresar a la presencialidad, el Consejo Académico decidió no retomar el cursado en 1º Junta, por falta de espacio y por problemas estructurales del edificio: hay fallas en la loza del techo y los días de lluvia literalmente cae una catarata en el salón principal.
Las clases teóricas siguen en modalidad virtual y algunas clases prácticas se realizan en el Centro Cultural Provincial Francisco “Paco” Urondo. Se trata de una comunidad educativa de alrededor de 300 personas, entre estudiantes, docentes, directivos, asistentes escolares y administrativos.
Por la construcción
En los últimos siete meses, la Escuela presentó dos expedientes en la Subsecretaría de Educación Artística del Ministerio de Cultura de la Provincia con propuestas de edificios para alquilar, uno de ellos ideal por su ubicación, a la vuelta de la Plaza San Martín, que necesitaba de una serie de inversiones. Ambos fueron desaconsejados por la inspección técnica del Ministerio de Educación. Luego llegó la propuesta de compartir espacio con la Escuela N° 25 Luis María Drago, que no fue aceptada por la ETP, por la dimensión de los espacios que se compartirían y la ubicación, entre otros factores. “Las carreras de la Escuela tienen ciertas especificidades, y compartir con una primaria no es lo ideal, ya tenemos la experiencia de la Sarmiento”, explica Nadine Jofre, presidenta del Centro de Estudiantes de la institución.
Desde 2015, por una resolución interministerial del Ministerio de Educación y el entonces Ministerio de Innovación y Cultura, la ETP cuenta con un predio propio ubicado en San Jerónimo 1933, donde antes funcionaba la ex Escuela Alem. “Es nuestro espacio, pero nunca se invirtió nada, ni siquiera está pavimentado”, señala Nadine, y agrega que el miércoles 24 de noviembre hubo un incendio en una parte del predio. “Hoy nos preocupa que los estudiantes que están próximos a recibirse tuvieron que cursar teatro de manera virtual, ¡rarísimo!, por eso la causa es de todo el estudiantado, de docentes, ex alumnos, directivos, ingresantes, de toda la comunidad”, destaca Nadine.
La subsecretaria de Educación Artística del Ministerio de Cultura, Bárbara Zapata, afirma: “estamos buscando un inmueble acorde para alquilar, como primera opción, para que los estudiantes tengan la posibilidad, cuanto antes, de cursar presencialmente en un edificio digno”. Lo cierto es que es complicado conseguir un lugar adecuado para alquilar, que como mínimo, tiene que cumplir las mismas condiciones que debería tener cualquier institución educativa, espacios amplios, buena ventilación, instalación eléctrica completa y salidas de emergencia, entre otras condiciones.
Las necesidades son múltiples y el conjunto hace que sea cada vez más necesario el edificio propio. Con la construcción, además, la ETP podría acceder a instalaciones específicas a la educación teatral, al igual que otras escuelas de teatro, como las de Rosario, que cuentan con escenario y platea, y espacios de la dimensión adecuada para que en las clases y ensayos puedan entrar en acción los cuerpos en escena y desplegarse en actividades lúdicas y expresivas.
En ese sentido, la funcionaria relata que “no se hizo nada después de la resolución, nuestra gestión tiene la voluntad de construir el edificio, pero hay tiempos y cuestiones que nos exceden, casi desde que asumimos, en diciembre de 2019, se levantó una pandemia y las prioridades de obras públicas han sido las que tuvieron que ver con materia sanitaria”. La construcción tiene que hacerse desde cero, porque el inmueble existente “es un lugar venido abajo y sabemos que hay problemas con los vecinos, porque como todos los lugares desocupados es propenso a que alguien lo ocupe, a la noche o transitoriamente”, explica Zapata. Junto a la delegada de la Región IV de Educación, Mónica Henny, la subsecretaria tomó el compromiso de brindar un lugar alternativo dentro de las escuelas oficiales, en calidad de préstamo, como medida urgente para la ETP.
Zapata afirma que el edificio propio ya está incluido en el presupuesto 2022 y deben definirse las posibilidades concretas de financiación y la coordinación con la Dirección Provincial de Arquitectura e Ingeniería (DIPAI) del Ministerio de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat. En total, entonces, son tres los ministerios que tienen que dar respuesta al reclamo histórico de la Escuela, que reclama el derecho a la educación artística.
Desde el regreso de la democracia
“Soy el primer egresado de la escuela y hoy tengo el privilegio de ser el director”, cuenta, con orgullo, Abate. Explica que desde que tomo el cargo -por concurso en 2014- acompaña el reclamo por el edificio propio, porque desde el comienzo el inmueble de 1º Junta no estaba en condiciones para albergar una escuela. “Tiene problemas estructurales que se han ido agravado con el tiempo, lo que habla de la voluntad de la escuela de seguir a pesar de todo. Los reclamos han sido periódicos”, confirma.
La escuela funciona desde el regreso de la democracia, en 1984. Pasó por el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez, la Escuela Sarmiento, el Colegio Nacional Simón de Iriondo y luego retornó a la Sarmiento, ya hecha Complejo, con un anexo cruzando la Plaza San Martín, en donde hoy está Uh Lala. “Ha sido el semillero de artistas desde hace 40 años y prácticamente toda persona vinculada a lo teatral en la ciudad ha pasado por la Escuela”, describe Abate.
Centros culturales, grupos y proyectos como El Birri, La Treinta Sesenta y Ocho o el Taller Casa de Arte tuvieron sus orígenes en la ETP, cuyos estudiantes colaboran con la Escuela de Espectadores y el Festiclown, entre otras actividades públicas. La proliferación de proyectos y la diversidad de roles que desarrollan las y los egresados, en las artes, la cultura y la educación, se debe a que “la promoción sociocultural, que es la disciplina fundante de la Escuela, trabaja la concepción y el aprendizaje sobre y en el territorio”, explica el director. El Profesorado abrió en 2011.
La institución nació, recuerda Abate, de un “proyecto muy ambicioso de un gran subsecretario de cultura que tuvo la provincia, Jorge Guillén, realmente innovador para la época, la conformación de un Instituto Provincial de Arte, que reúna a teatro y el cine pero también la danza, el folclore y los saberes ancestrales”. El organismo (IPA) fue creado en diciembre de 1983, dentro del gobierno de José María Vernet, y recibió el nombre del gran poeta santafesino José Pedroni, quien inició el proyecto de Promociones Culturales siendo Director General de Cultura, antes de la irrupción de la dictadura.
Guillén falleció en 1985. El 21 de septiembre de 1990 el IPA fue dado de baja por un decreto del gobernador Víctor Félix Reviglio. Las escuelas ya existentes y las que se habían alcanzado a crear quedaron descentralizadas en Santa Fe, Rosario y Reconquista, después de años de falta de presupuesto y dificultad para acceder a los cargos docentes.
“En el comienzo de la democracia, era un estadillo cultural y si Jorge hubiera podido terminar su gestión, hubiera sido un enorme crecimiento para una provincia que tiene una gran actividad cultural y grandes referentes en todas las artes”, asegura Abate. Hoy, resalta, “más allá de nosotros, lo importante es la continuidad del trabajo de una escuela que ha contribuido a la cultura local y ha abierto muchos caminos y podría abrir muchos más si supiera, por ejemplo, qué dimensiones van a tener las aulas para saber qué matrícula puede tener el año que viene”.