“Siempre me sentí un poco devaluado en mi masculinidad por no ser heterosexual. Fueron los feminismos los que me permitieron comprender que no era un problema individual, ni mi problema, sino un sistema social que había que cambiar para ser más libres y más felices”. Esa fue una de las razones que acercaron a Luciano Fabbri a los estudios de género y a los activismos feministas, primero; y a las masculinidades después. En diálogo con Pausa reflexionó sobre la incomodidad que generan los feminismos al sacudir el poder machista.
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