A nival nacional, el 94,3% de la población mayor de 50 años ya inició su esquema de inoculación y el 89,8% lo completó.
La Argentina recibió más de 94 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus desde el inicio del plan estratégico de inmunización que impulsa el Gobierno, con lo que logró que el 94,3 por ciento de la población mayor de 50 años haya iniciado su esquema de inoculación y que el 89,8% lo haya completado, según informes oficiales.
La llegada constante de vacunas y el avance en los esquemas de inoculación permitieron que se flexibilizaran las medidas restrictivas a la circulación y la concentración de personas al constatarse la incidencia positiva de la vacunación en el número de internaciones, mortalidad y tensión en el trabajo de médicos y enfermeros, como también en la ocupación del sistema de salud.
“Hay stock suficiente para completar los esquemas de quien haga falta y los refuerzos a toda la población”, repite por estos días la ministra de Salud, Carla Vizzotti.
Esta situación llevó a la Casa Rosada a donar vacunas Astrazeneca a países como Mozambique, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Vietnam, Dominica, Angola, Kenia, Bolivia y el Caribe central.
Esas donaciones, en algunos casos, coincidieron con la detección en Sudáfrica de la variante Ómicron, lo que reactualizó el debate sobre el acceso desigual a las vacunas que divide a los distintos continentes –con África como principal perjudicado– para proteger a su población: la Argentina llevó así al plano de lo concreto los principios tantas veces esgrimidos que apelan a la “solidaridad y fraternidad” entre los pueblos.
Del total de vacunas recibidas en el país tras el inicio de la pandemia, 14.683.210 corresponden a Sputnik V (10.125.655 del componente 1, y 4.557.555 del componente 2), mientras que 5.688.125 son Sputnik V, pero producidas en la Argentina por el laboratorio Richmond (1.179.625 del primer componente y 4.508.500 del segundo).
En tanto, a la vacuna desarrollada por la empresa AstraZeneca le corresponden 26.524.900 dosis (580.000 de Covishield, producida en la India; 1.944.000 recibidas por el mecanismo Covax; 21.248.500 de AstraZeneca y Oxford cuyo principio activo se produjo en la Argentina; 2.202.800 donadas por España, y 549.600 por Canadá).
Además, 31.672.800 dosis corresponden al laboratorio chino Sinopharm (30.000.000 del contrato bilateral y 1.672.800 recibidas a través del mecanismo Covax); 3.500.000 a Moderna que fueron donadas por el gobierno de Estados Unidos; 1.704.000 a la empresa sino-canadiense CanSino, y 10.654.020 a la multinacional estadounidense Pfizer.
Desde el inicio del plan de vacunación, el Ejecutivo apeló principalmente a la aerolínea de bandera, Aerolíneas Argentinas, para el traslado de vacunas, tanto desde China (Sinopharm) como desde Rusia (Sputnik V, componentes I y II), con operativos que pusieron en determinado momento hasta cuatro aviones en el sire simultáneamente.
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Aerolíneas también se ocupó del traslado de vacunas desde España y Estados Unidos, producto de donaciones de los respectos gobiernos.
En total fueron transportadas por la línea de bandera, en 24 vuelos desde Rusia, 12.213.375 dosis de Sputnik V, pero además se realizaron 17 vuelos desde Beijing en los que llegaron 12.875.200 dosis de Sinopharm; más dos vuelos desde Memphis, Estados Unidos, con 3.500.000 dosis de Moderna y un vuelo desde Madrid, con 400.000 dosis de AstraZeneca.
Vacunas de origen nacional
Mientras tanto, en 2022 comenzarán los ensayos clínicos de varias vacunas contra el coronavirus desarrolladas en el país y desde el Ejecutivo se anticipó que probablemente en el segundo semestre haya una vacuna o más disponibles para ser utilizadas masivamente en el país.
De todos los proyectos en desarrollo, el más avanzado es el de la vacuna “ARVAC-Cecilia Grierson” de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), cuyos ensayos clínicos comenzarán el 2 de enero.
Tres de los cuatro proyectos de vacunas que se están llevando adelante en el país, son desarrollados por entidades públicas y privadas mientras que una de ellas es desarrollada en su totalidad por actores públicos.
Entre ellas está Argenvac221, desarrollada en conjunto por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y el Conicet, con la colaboración de las facultades de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN) y de Farmacia y Bioquímica (FFyB) de la UBA; el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI); el ANLIS-Malbrán, la empresa GHON y los Laboratorios Químicos S.R.L., ANLAP y Sinergium.
Por otra parte, la vacuna Sputnik Light también fue autorizada para su uso de emergencia por el Ministerio de Salud: se trata del primer componente de la Sputnik V que se aplica como monodosis y es desarrollada por el Centro de Investigación Gamaleya de las afueras de Moscú, Rusia.
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En relación a los próximos pasos, y ante la aparición de la variante Ómicron, ya se ha empezado a inmunizar con refuerzos a las personas “inmunocomprometidas” como también a los mayores de 50 años que recibieron la vacuna de origen chino Sinopharm.
Los especialistas, no obstante, alertan que “es posible” que haya que actualizar los inmunizantes, y al mismo tiempo llamaron a “estar alertas” ante la posibilidad de un rebrote de casos durante el verano en la Argentina.
Con información de Télam