ANUARIO 2021 | Pese al lobby empresarial, ahora Argentina cuenta con una ley para saber qué comemos.
En noviembre el gobierno nacional promulgó la Ley 27.642 de Promoción de la Alimentación Saludable, conocida como Ley de Etiquetado Frontal, que establece la incorporación, en el frente de los envases de productos ultraprocesados, de una etiqueta con forma de octógono negro y letras blancas que advierta el exceso de nutrientes críticos para la salud, como azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías.
El objetivo es combatir enfermedades no transmisibles como la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos. La última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (2019) da cuenta de que menos del 15% de la población comprende la información nutricional de los envases. Señala también que en los sectores más vulnerados hay exceso de peso y desnutrición oculta.
Otro dato, aportado por el medio Bocado, es que la elección de un comestible es un acto de impulso que lleva un promedio de 8 segundos. En los últimos años, las grandes corporaciones alimenticias se volcaron más fuertemente al mercado latinoamericano, después de haber alcanzado su techo en los países desarrollados. En el hemisferio norte alrededor del 50% o 60% de la alimentación son ultraprocesados, mientras que en Latinoamérica la incidencia es de entre el 10% y el 30%, según Fabio da Silva Gomes, asesor regional en Nutrición de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En diálogo con Pausa, la nutricionista Florencia Jacobi afirmó que “el marketing de los ultraprocesados está dirigido principalmente a los niños y niñas, quienes están expuestos a más de 60 publicidades semanales de diferentes productos de bajo valor nutricional: en los medios de comunicación, y dentro de los establecimientos educativos y recreativos. Donde hay un kiosco, hay un afiche de alguno de estos productos”.
Cómo votaron los diputados santafesinos la ley de etiquetado frontal
La norma determina que los productos que contengan edulcorantes o cafeína tendrán que informar que su consumo no se recomienda en niñas y niños. Por otra parte, establece la prohibición de emitir publicidad comercial -dirigida a niños, niñas y adolescentes- de productos con sellos de advertencia y determina que los productos que tengan más de un sello de advertencia no podrán incluir dibujos animados, personajes, figuras públicas o regalos en su comercialización.
Pese al lobby de empresas como la azucarera Ledesma, el Congreso finalmente sancionó una ley largamente reclamada.