ANUARIO 2021 | Un año signado por las balaceras, los ataques intimidatorios y los crímenes por encargo.
Con 231 homicidios en 345 días, el departamento Rosario sigue siendo el epicentro de la violencia letal. Las estadísticas indican que 2021 será el tercer año con más cantidad de asesinatos en lo que va del siglo, solo superado por las olas de crímenes registradas en 2013 y 2014.
La crisis se explica a partir de la compleja trama de narcotráfico, lavado de activos, protección extorsiva y emprendedurismo del sicariato que caracteriza a la ciudad del sur provincial, enclavada en el principal complejo de puertos públicos y privados por donde salen hacia el exterior la producción local y –es cada vez más evidente– las drogas que circulan por nuestro territorio, el verdadero nodo logístico del narcotráfico en el cono sur.
Un informe reciente del Observatorio de Seguridad Pública de Santa Fe –que compila datos del Ministerio de Seguridad y del Ministerio Público de la Acusación– indica que uno de cada tres homicidios ocurridos en Rosario durante 2021 fueron por encargo: una conclusión estadística que debería encender todas las alarmas de los organismos de seguridad pública.
El poder de fuego de las bandas narco, aunque desarticuladas en forma parcial, se observa en cada allanamiento realizado en los penales donde cumplen condenas los cabecillas. El caso más ilustrativo es el del jefe de Los Monos, “Guille” Cantero, a quien le secuestran dos teléfonos fijos desde los cuales se comunicaba con sus lugartenientes.
La circulación descontrolada de armas de fuego, la creciente industria del sicariato y la compleja trama de blanqueo de activos provenientes del narcotráfico sumieron a Rosario en una espiral de violencia cotidiana que no se resuelve con slogans. Una ciudad sin calma, sin paz y sin orden.