Un estudio evaluó la transparencia de los principales compromisos ambientales de 25 prestigiosas corporaciones multinacionales, entre ellas Amazon, Google, Ikea y Nestlé. Las promesas "no son lo que parecen" y, en la mayoría de los casos, "no se pueden tomar al pie de la letra", asegura el informe.
Las promesas de cero emisiones y descarbonización de algunas de las mayores empresas del mundo "no son lo que parecen" y, en la mayoría de los casos, "no se pueden tomar al pie de la letra", asegura un informe elaborado por las organizaciones sin fines de lucro NewClimate Institute y Carbon Market Watch.
El análisis, publicado la semana pasada, evaluó la transparencia de los principales compromisos ambientales de 25 grandes corporaciones multinacionales y les otorgó una calificación de "integridad". Se enfocó en factores como el seguimiento y divulgación de las emisiones, los objetivos de reducción, el progreso y su transparencia e integridad en estas y otras áreas de su acción climática corporativa.
Los investigadores encontraron que las promesas en este ámbito suelen ser ambiguas. El objetivo de "cero emisiones netas" y "neutralidad de carbono" en realidad equivale a reducciones a muy largo plazo —la mayoría dentro de décadas— y de solo un 40% como máximo. "Se engaña a los consumidores y a los responsables de la toma de decisiones haciéndoles creer que las empresas están haciendo todo lo posible para abordar su impacto climático", afirma Gilles Dufrasne, de Carbon Market Watch.
De acuerdo con Thomas Day, autor principal del estudio, la presión sobre estas compañías para que actúen sobre el cambio climático las ha llevado a "exagerar en sus ambiciones" y caer en errores. "Estas empresas se salen con la suya publicitando sus afirmaciones ecológicas engañosas mediante una variedad de trucos de lavado ecológico, utilizando lagunas, omitiendo datos, eligiendo fechas de inicio cuando sus emisiones eran más altas y creando sus propias medidas falaces de acción climática", añade el informe.
En concreto, solo Maersk, Deutsche Telekom y Vodafone hacen lo indicado para alcanzar una reducción del 90-95 % de sus emisiones según sus plazos establecidos. Sin embargo, solo el plan del conglomerado de trasporte y energía Maersk obtuvo la calificación de "integridad razonable". Sus considerables inversiones en tecnologías emergentes para descarbonizar muchas de sus principales fuentes de emisión y el hecho de ser pionera en combustibles marinos alternativos fueron algunas de las razones, explica la coautora Silke Mooldijk.
Por otro lado, 10 corporaciones, incluidas Amazon, Google, Volkswagen e Ikea, recibieron una calificación de integridad "baja", mientras que las 12 restantes, entre ellas Nestlé, BMW Group y Unilever, fueron evaluadas como de integridad "muy baja". Ninguna de las participantes recibió una calificación de "alta integridad".
En este contexto, los expertos también encontraron preocupantes los objetivos climáticos a corto plazo, ya que la mayoría de esas empresas están camino a reducir solo el 23% de sus emisiones para 2030, una cifra muy por debajo de la necesaria para evitar los efectos más dañinos de la emergencia climática. "Las empresas deben establecer compromisos de reducción de emisiones más claros y ambiciosos a corto plazo, para los próximos 5 a 10 años", propone Thomas Day y su equipo.
"Las empresas más grandes del mundo tienen la enorme responsabilidad de estar a la altura del desafío al que nos enfrentamos. Hoy no lo están haciendo, y es hora de que los Gobiernos intervengan para regular los reclamos corporativos y poner fin a la publicidad engañosa", concluye Dufrasne.