El diputado del Frente de Todos, Carlos Heller, afirmó que "Nosotros no elegimos este camino, no estamos proponiendo más financiamiento, estamos renegociando el Stand By acordado en el 2018 y cuyos plazos son visiblemente incumplibles". Es verdadero.
El acuerdo de 2018 establecía una serie de pagos prácticamente imposible de afrontar para Argentina. El esquema de pagos original imponía pagar 3820 millones de dólares durante el año 2021, 18.062 millones durante 2022, 19.156 millones durante 2023 y otros 4.914 millones durante 2024, totalizando 45.952 millones entre capital e intereses en apenas tres años y medio.
Para tomar dimensión, lo lógico es comparar estos valores con los dólares generados durante el período por la actividad comercial argentina, es decir mirar el saldo de la Balanza Comercial (que mide las exportaciones e importaciones de bienes). En un año de precios internacionales elevados y cantidades crecientes como fue 2021, pero sin muchas importaciones, el saldo de esta balanza fue positivo en 14.692 millones. Esto es, aún si se hubiera destinado absolutamente todo el excedente comercial del año al pago con el FMI, sin dejar ni un dólar para otro destino, no habría alcanzado a pagarse lo comprometido en 2018.
Esto es más llamativo aún teniendo en cuenta que el año inmediatamente anterior a la firma del acuerdo, es decir 2017, este saldo fue negativo. Es decir, en el momento de la firma del acuerdo no parecía haber ningún tipo de planificación respecto de la forma del pago, salvo reendeudarse hacia el futuro, como había sido la tónica de los dos primeros años de ese gobierno.
El nuevo esquema propuesto establece pagos más dilatados a lo largo del tiempo. Los pagos inician en el año 2026 y terminan en 2034. En los años de mayor cantidad de desembolsos (2028 a 2032) los montos están en el orden de los 6800 millones de dólares anuales, es decir aproximadamente un tercio de lo que se había comprometido a pagar en el acuerdo original durante 2022 y 2023.
*Por Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía