El diputado Enrique Estévez afirmó: "El pueblo no vio un peso de esa deuda puesta al servicio de sus necesidades, ni en rutas, ni en hospitales ni en escuelas. Sólo unos pocos se beneficiaron fugando ese dinero". Es verdadero.
La dinámica de las reservas y su caída durante la larga corrida contra el peso de 2018 y 2019 muestra cómo la deuda contraída con el FMI financió la fuga de capitales. Se puede observar en un gráfico.
Las líneas verticales que se ven en el gráfico en junio de 2018 (suben 15.000 millones de dólares), en octubre de 2018 (+5600 millones de dólares) y de en diciembre de 2018 (7600 millones) son las entradas del préstamo del FMI. También en diciembre de 2018 se contabilizaron como reservas 8765 millones de dólares por un swap con China. Los últimos desembolsos fueron en abril de 2019, donde se llegó al máximo histórico de reservas (casi 77.500 millones) y julio de 2019.
Casi inmediatamente después de cada una de esas subidas, se puede apreciar una dinámica de pérdida lenta (o no tanto) y sostenida de reservas, entregadas prácticamente sin criterio para los capitales que decidieron dolarizar sus activos y salir del circuito nacional.
Es decir, cada uno de los préstamos recibidos durante los (apenas) 13 meses que van desde junio de 2018 a julio de 2019 se diluyeron en la corrida que vendió los dólares sin criterio y, adicionalmente, estuvieron en contradicción con los estatutos del FMI que exigen cuidar esas reservas y preservar el valor de la moneda local.
*Por Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía