Las fuerzas políticas de Santa Fe ensayan sus primeros movimientos hacia los comicios de 2023. El peronismo ya tuvo sus primeros lanzamientos. La oposición avanza a paso firme, liderada por la UCR. El Frente de Frentes parece acercarse.
A menos de un año del cierre de listas, la política santafesina entró en modo electoral. En la primera quincena de marzo los principales frentes de la provincia comenzaron a delinear sus estrategias de cara a los comicios en los que se renovarán todos los cargos electivos. Será un proceso espinoso signado por la inseguridad y la crisis económica que mantiene al 40% de los argentinos bajo la línea de pobreza, índice que trepa al 50% en el Gran Santa Fe. En ese contexto, generar una esperanza de futuro no parece fácil y, sin embargo, allí se cifra buena parte del proceso que se desarrollará en 2023.
Ruido en los oficialismos
La incipiente recuperación de algunos indicadores económicos –entre ellos, el trabajo privado registrado– todavía no alcanza para cambiar el humor social después de dos años largos de pandemia. Ese factor golpea a todos los oficialismos, empezando por el gobierno nacional.
La primera evaluación sobre el manejo de la pandemia ocurrió en las elecciones intermedias de 2021. Mayoritariamente, la población le dio la espalda al gobierno. Los movimientos que ensayó la Casa Rosada a partir de la amplia derrota en las primarias no fueron suficientes para modificar los ánimos.
Con ese telón de fondo, el gobierno provincial empezó a tomar distancia del presidente Alberto Fernández, cuya imagen está en caída libre desde hace al menos un año y medio, cuando comenzaron las discrepancias políticas en torno a las restricciones y otras medidas vinculadas a la contención de la pandemia.
El gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, había marcado sus primeras diferencias con la Casa Rosada a mediados de 2020 durante la discusión por Vicentin. Luego se opuso al cierre temporal de la exportación de carne y ahora, en los últimos días, cuestionó las medidas económicas orientadas a frenar el aumento de los precios de los alimentos, como el cierre del registro de exportaciones de harina y aceite de soja. En cada uno de esos conflictos, Perotti se paró del lado del sector productivo y su posicionamiento es leído, a nivel nacional, como un distanciamiento respecto de las políticas nacionales.
En ese contexto, no sorprendió a nadie el lanzamiento de la precandidatura a gobernador del actual diputado provincial Leandro Busatto, apoyado por el ex ministro de Defensa de la Nación Agustín Rossi. La Corriente Nacional de la Militancia presentó la precandidatura en un plenario realizado el 12 de marzo en la sede del PJ. Allí, el legislador provincial trazó la línea gruesa de lo que será el discurso del rossismo respecto de la gestión de Perotti: “Hago un llamado a que los compañeros y las compañeras que tienen responsabilidad de gestión en la provincia tomen conciencia de que el esfuerzo, la militancia y el sacrificio de cada uno de los que formamos parte del peronismo, independientemente de cada línea interna, fue el resultado que les permitió ocupar un lugar de privilegio”.
La disputa interna entre Perotti y Rossi salió a la luz en las intermedias de 2021 y marcará a fuego el año preelectoral en la provincia. El sector de Perotti se impuso con comodidad en aquella interna, pero la posterior derrota a manos de Juntos por el Cambio en las generales de noviembre volvió las cosas a foja cero. El gobernador eyectó de su gabinete a los funcionarios que responden a Rossi y el presidente hizo lo opuesto: les devolvió espacios de gestión superado el traspié electoral.
El diputado nacional Roberto Mirabella ya recorre la provincia en busca de sustento político para su candidatura. Asoma como el sucesor “natural” de Perotti y se muestra alineado con el mandatario santafesino en cada uno de los cuestionamientos al gobierno nacional. A diferencia del rossismo, que lee la campaña en Santa Fe como un episodio inseparable de la próxima campaña nacional, en la Casa Gris apuntarán a “provincializar” una elección que se realizará en forma anticipada respecto de la presidencial.
Los movimientos preliminares del PJ santafesino pusieron en marcha el año preelectoral. Por ahora, se suman las incógnitas: ¿cómo incidirá el gobierno nacional en la estrategia provincial? ¿Qué rol jugará el espacio de María Eugenia Bielsa? ¿Hacia dónde se inclinarán los senadores, los intendentes y los presidentes comunales del PJ? Las respuestas irán saliendo a la luz a lo largo de 2022.
A un paso de la Casa Gris
Por primera vez desde la recuperación de la democracia, la UCR santafesina está en condiciones reales de llegar al gobierno provincial. No ya como “furgón de cola” del socialismo dentro del Frente Progresista, sino como la fuerza que lidera –en los hechos– la versión local de la coalición Juntos por el Cambio.
Los triunfos del radicalismo en las primarias y en las generales de 2021 pusieron a sus principales referentes en condición de disputar las principales candidaturas. Sin amparo del gobierno nacional y con Mauricio Macri alejado del centro de la escena, el PRO santafesino quedó debilitado a tal punto que el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta –uno de los presidenciables– no rehúye a ninguna foto con los referentes de la UCR provincial.
Se van perfilando dos ejes dentro de la coalición que condujo, con mucha más pena que gloria, los destinos nacionales entre 2015 y 2019. Por un lado, Carolina Losada, Dionisio Scarpin y Mario Barletta, los ganadores de la elección intermedia, en un armado ideado por el actual diputado provincial Julián Galdeano. Por otro lado, el sector antes conocido como NEO –y hoy denominado Evolución en línea con el movimiento porteño de Martín Lousteau– que tiene al ex ministro Maximiliano Pullaro y a los senadores Felipe Michlig y Lisandro Enrico como principales referencias.
En Juntos por el Cambio todavía no hay candidaturas lanzadas, pero todos se mueven como si ya estuvieran en campaña. Losada, Scarpin y Barletta –con una penetración muy potente en los medios de alcance nacional– pusieron en marcha la Mesa Juntos por el Cambio Santa Fe y en la presentación pública ya trazaron sus objetivos: “Venimos a asumir la responsabilidad que nos dieron los santafesinos en las últimas elecciones: trabajar juntos para construir una alternativa de futuro, un modelo superador de la gestión actual”.
Con menos exposición mediática pero férreas relaciones políticas, Pullaro también se lanzó a recorrer la provincia y busca sacar rédito de la expansión territorial de la UCR. El ex ministro de Seguridad –que aún debe lidiar con los pobres resultados de su gestión– hizo notar que su espacio político gobierna en más de cien localidades de la provincia y ya habla como candidato, aunque todavía no se lanzó formalmente: “La UCR participó de tres gestiones provinciales y dirige decenas de intendencias y comunas. Ante el fracaso del gobierno de Perotti, resulta evidente la necesidad de plantear una alternativa superadora. Sabemos gestionar, tenemos la experiencia y estamos construyendo una alternativa”.
Pullaro es el “niño mimado” de los dirigentes nacionales de Juntos por el Cambio que buscan dar vuelta la página negra del macrismo: Lousteau y Rodríguez Larreta. Como ocurre en cada proceso electoral, el eje Nación-provincia determina comportamientos políticos, pero eso no necesariamente se traduce en las urnas. Sin ir más lejos, en 2019 Macri ganó en Santa Fe, pero su candidato a gobernador –José Corral– salió tercero. Una consecuencia esperable del desdoblamiento de las elecciones.
¿Frente de frentes?
Desmembrado tras la fuga masiva de la UCR hacia Juntos por el Cambio, el Frente Progresista no logra reponerse de la derrota de 2019. Hoy es apenas un pálido recuerdo de otra época. Liderado por el Partido Socialista y con unos pocos radicales “leales”, la coalición progresista se debate entre seguir su propia ruta hacia la testimonialidad o sumarse al armado de un frente amplio no peronista (Frente de frentes, en la jerga de la política santafesina) con todos los sectores que integran Juntos por el Cambio.
Los socialistas de Fuerza del Territorio –el sostén político del intendente de Santa Fe, Emilio Jatón, y de su colega de Villa Gobernador Gálvez, Alberto Ricci– no se resignan a entrar en la polarización, aunque tampoco cierran las puertas: en un plenario realizado el último fin de semana en Colastiné, reclamaron a los líderes partidarios que “cualquier construcción contenga sí o sí la opinión de las juventudes, las mujeres y disidencias, intendentes, jefes comunales y militantes de base”.
El intendente rosarino Pablo Javkin, otro de los emergentes progresistas de las elecciones de 2019, no desecha la idea de un frente amplio para enfrentar al peronismo y no tiene problemas en abrir su despacho a los dirigentes de Juntos por el Cambio que quieren visitarlo. Asediado por la violencia criminal que sacude a Rosario desde hace al menos una década, Javkin busca incidir en la discusión provincial con demandas lógicas que reflejan los problemas de su ciudad. En los últimos meses volvió a instalar el debate por la autonomía municipal y ahora le pidió a la Legislatura una autorización especial para conducir a la Policía en Rosario. Todavía no es candidato a gobernador, pero empieza a moverse en ese sentido.
Las primeras cartas están en la mesa y las elecciones de 2023, a la vuelta de la esquina.