La diputada Blanca Osuna expresó respecto del préstamo del FMI que "Los fondos, evidentemente, según el curso de las investigaciones, tuvieron como destino la fuga de capitales y el beneficio a los sectores poderosos de la Argentina y ninguna inversión en beneficio del desarrollo y la economía". Es verdadero.
La Formación de Activos Externos es la información que se utiliza para poder aproximarse a la medición de la fuga de capitales de un país. Este dato refiere al monto total de las operaciones cambiarias destinadas al atesoramiento de divisas por parte de las personas y empresas. Si bien no expresa necesariamente la salida de estos capitales del país, sí se refiere a los dólares y otras divisas que salen de las reservas del Banco Central y que quedan por fuera del circuito económico. Es decir, que no se utilizan ni para consumir, ni para producir en el país. Durante la gestión de Cambiemos la formación de activos externos totalizó 86 mil millones de dólares.
El gobierno de Macri se inició con la apertura y desregulación cambiaria con el levantamiento del “cepo” en 2015. Esto facilitó el proceso de endeudamiento y fuga que se desarrolló entre 2016 y 2019. Sucintamente: se liberalizó el mercado cambiario y de capitales, de tal manera que se movilizaron capitales especulativos de corto plazo, que aprovecharon las elevadas tasas de interés en pesos –principalmente Lebacs– valorizaron sus capitales, que luego fueron fugados –en dólares– libremente por la desregulación cambiaria. Es lo que vulgarmente se conoce como bicicleta financiera. El endeudamiento en moneda extranjera, primero con los mercados financieros internacionales y luego a través del FMI, nutrió con los dólares necesarios para la formación de activos externos (fuga).
Entre enero 2016 y mayo de 2018 ingresaron 100 mil millones de dólares por endeudamiento en los mercados financieros por parte de Nación, provincias y privados y capitales especulativos. En el mismo período salieron 41 mil millones por Formación de Activos Externos. El proceso se aceleró en la segunda mitad del gobierno de Cambiemos. Mientras que el endeudamiento con el FMI implicó un ingreso de 44,5 mil millones de dólares, la fuga desde mayo 2018 a 2019 totalizó 45,1 mil millones de dólares. Esto quiere decir que todo el crédito del FMI se utilizó para financiar la fuga.