Un Héroe desde Irán y una de acción de Corea del Sur, las propuestas del Cine Club

En exclusiva para socies del Cine Club Santa Fe y suscriptores del periódico Pausa, las mejores películas para acompañar estos días de lluvia.

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Estas son las películas recomendadas por el presidente del CCSF, Guillermo Arch, para esta semana:

Asghar Farhadi forma parte de la tercera generación de cineastas iraníes que, tras la estela de Abbas Kiarostami, pusieron a la filmografía de ese país como una referencia a escala global. Su debut cinematográfico es ya del siglo XXI –su primera película es Bailando en el polvo del 2003- y fue escalando en prestigio hasta ganar el Oscar a la mejor película extranjera con Una separación en el año 2012, siendo la primer película iraní en obtener esa distinción. Esto sirve también como introducción para poner la atención en esa suerte de dialéctica que tiene toda obra que se precie, entre el color local y los problemas que podemos considerar universales, en una filmografía que se viene desplegando desde el interés que generaba por venir de una sociedad regida por normas demasiado ajenas a nuestro contexto -como lo es una teocracia-, y su progresiva inmersión en un mundo cada vez más globalizado. Y eso está muy presente en Un Héroe, que compartimos esta semana: el drama moral entre la mentira piadosa que justifica un bien inconmensurable con ella pero que lógicamente no se puede sostener sin sospecha, y la condena social en época de redes sociales, que conforman esa suerte de caja de resonancia de las manías paranoides de un infinito número de actores sociales anónimos que, en último término, produce la cultura de la cancelación. El héroe en cuestión entonces, deberá debatirse entre devolver unas monedas de oro encontradas o usarlas en provecho propio para saldar sus deudas, y en ese corto lapso de tiempo que supone la decisión también se siembra también la sospecha sus intensiones.

Con este film, Frahadi obtuvo el Gran Prix –el segundo premio más importante luego de la Palma de oro- en el festival de Cannes del año pasado, edición en la que también lo recibió Compartimento Nº6, que compartimos la semana pasada, en una doble premiación que no se daba desde hace 10 años.

 DeSvelado

Cuando parece que el eje del cine de acción policial asiático se ha trasladado de Hong Kong a Corea del Sur, nos encontramos con Raging Fire de Benny Chang, uno de los patriarcas de ese género cuando todavía eran una colonia británica. De allí salieron Ringo Lam, cuya City on fire de 1987 con Chow Yun-Fat fue calcada por Tarantino en Reservoir dogs; y Andrew Lau, cuya saga Infernal Affairs (2002-2003) con Andy Lau y Tony Chiu-Wai Leung fue calcada por Scorsese en The departed. Aquí nuevamente se trata de un juego del gato y el ratón entre un policía honesto y un ex compañero de fuerza más afecto a tomar atajos mediante la violencia y, como no puede ser de otra manera en Hong Kong, hay un 50 y 50 entre balazos y artes marciales.

Protagonizada por Donnie Yen, que se hizo mundialmente famoso por sus películas sobre Ip man (el mentor de Bruce Lee), fue la última película de Benny Chen, que falleció en el proceso de post producción.

Cine Estudio

En 1979 se cumplían 20 años de la Revolución cubana y Richard Lester, en su segunda colaboración con Sean Connery estrenaba Cuba, su largometraje Nº17, que antecede a sus dos películas de Superman con Christopher Reeve. Un mercenario es contratado por el gobierno de Batista en plena decadencia para combatir a los rebeldes -una parte de la película comparte los mismos días que parte de El padrino II- y allí se reencontrará con un viejo amor de juventud. Con una Revolución tan romantizada como en general tienen las miradas anglosajonas, el film no termina de ser crítico con ella dado el contexto de absoluta corrupción del gobierno de Batista, y el personaje de Connery, aunque sea el protagonista del film, se revindica como mercenario. Un poco de ron, de habanos, de acción y romance en la coctelera de Lester.

 Cine & Vampiros

Continuamos con nuestras entregas sobre los chupasangre con The addiction de Abel Ferrara. Con su habitual preocupación por el drama moral de origen religioso, el director de El maldito policía y El rey de Nueva York, nos regala una película de vampiros o mejor, de vampira existencialista. La depositaria entonces, de esa primera mordida que desata la adicción por la sangre, es Kathleen, una estudiante de posgrado de filosofía que a partir de allí se irá transformando y reflexionando sobre la moralidad de sus actos y la vida como muerta-viva eterna que se le viene.

Filmada en blanco y negro, con Christopher Walken como vampiro mayor -el Pysique du role de Walken siempre fue el de un vampiro-, y con mucha cita desde Kant a Sartre, Kathleen desplaza el famoso "cogito ergo sum" cartesiano al "dedita ergo sum": hago lo que soy adicto a hacer, luego existo.

Corto

Esta semana tenemos un nuevo tour de clásicos que incluye la gran comedia El sentido de la vida del grupo de humor inglés Monty Python. Uno de sus integrantes que más cine hizo es Terry Gilliam que filmó este un corto de veinte minutos producido por Garofalo, una empresa de pasta italiana. The wholly family (algo así como La Familia completa) es el título de este corto y en él se nos presenta la historia de una familia disfuncional que está de vacaciones por Nápoles. El niño de 10 años de la pareja se pierde a causa de una pelea, entrando en un viaje surrealista donde la realidad y la ficción se mezclan constantemente. Los padres del chico intentaran encontrarlo desesperadamente.