Gaspar Noé y un viaje por el corazón del Cáucaso entre las películas recomendadas de esta semana para ver en casa. Enviá tu correo para acceder a las descargas a [email protected]. Sólo para suscriptores y socios del Cine Club.
El arte es uno de los pocos momentos que a veces pueden ofrecer cierto estado de reconciliación con el mundo –junto a los juegos y las diferentes religiosidades–; en general se retrata el drama –o la tragedia- de la vida humana, pero ciertas películas nos sumergen en el mismo estado de abstracción que la música y eso es lo que podemos sentir con ¿Qué vemos cuando miramos al cielo?, segundo film en la carrera de Aleksandre Koberidze.
Georgia se encuentra en el corazón del Cáucaso, lugar marcado por las guerras y en por lo menos dos encrucijadas: si de los paralelos se trata, en la encrucijada de Europa y Asia, si se trata de los meridianos, en la de Rusia y Turquía; y de allí viene este film que se desarrolla con la misma armonía morfológica de la escritura georgiana y con una curiosa vinculación futbolística con la Argentina que, esperemos, sea premonitoria.
En nuestro DeSvelado virtual compartimos la última película de Sean Baker que ha dedicado sus mejores obras a retratar, sin patetismo, los márgenes del sur de Estados Unidos, allí donde los sistemas del ocio y el negocio del sexo reinan. Desde Starlet a Tangerine y Florida Project sus personajes se mueven en la contracara sórdida de esos circuitos. Y Red Rocket que compartimos esta semana amplía el registro al traernos la historia de un actor porno expulsado de Los Angeles que regresa a su Texas natal para reconstruir su carrera.
En Cine Estudio compartimos esta semana el tercer largometraje de Jacques Rivette, que se encuentra prácticamente perdido y sobre el que se fue dibujando el halo del culto. L’amour fou, el amor loco, de 1969 cuenta la historia de un director de teatro que en tren de presentar Andrómaca de Racine, accede a que se filmen los ensayos. Cine dentro del cine entonces, y paralelismo entre la tragedia montada y el guión cinematográfico –junto a las reflexiones sobre el arte teatral y cinematográfico que forman un metadiscurso inserto en la trama- forman parte de este film de cuatro horas con geniales momentos cinematográficos y que inicia la compleja y rica relación de Rivette con el teatro.
Segunda estación para la Bathory. Si bien La Condesa de Julie Delpy no es exactamente una película de vampiras, si retrata a su inspiradora Elizabeth Bathory y…hasta logra empatizar con el personaje, ya que el mandato de belleza y juventud es una de las características del machismo. Julie Delpy también se pone en la piel de la Condesa secundada por Daniel Brühl y –va el homenaje- el recientemente fallecido William Hurt.
Por último en nuestra sección de cortos compartimos Carne de 1991, uno de los primeros trabajos del franco-argentino Gaspar Noé –del cual esta semana veremos Irreversible en la sala del América-, suerte de antecesora de su gran debut cinematográfico, Solo contra todos del año 1998.