José Bernhardt fue nombrado nuevo director del Servicio Penitenciario de Santa Fe. Se trata de un ex coronel que integró el Batallón 601 del Ejército en 1982. Organismos de derechos humanos y sindicales pidieron que se revoque la decisión, pero desde el gobierno provincial valoraron la formación del flamante funcionario en materia de seguridad. "Bernhardt no tiene ninguna causa iniciada", valoró el secretario de Asuntos Penales y Penitenciarios, Walter Gálvez.
El Ministerio de Seguridad de Santa Fe nombró este viernes como nuevo Director General del Servicio Penitenciario a José Alberto Bernhardt, un Coronel retirado del Ejército que prestó funciones en el Batallón de Inteligencia 601 durante 1982. Bernhardt también fue funcionario de Seguridad durante los gobiernos de Jorge Obeid. El nuevo director ocupará el cargo que dejó el renunciante Walter Ataide. El Movimiento Ecuménico de los Derechos Humanos, el Foro contra la Impunidad y por la Justicia, HIJOS y la CTA Autónoma ya expresaron su repudio por el nombramiento, dada la participación del funcionario en el batallón que funcionó como centro operacional de la represión en la última dictadura.
La resolución que nombra a Bernhardt lleva la firma del ministro de Seguridad Jorge Lagna y fue oficializada mediante el decreto 798, que se conoció este viernes. En diálogo con Pausa, el secretario de Asuntos Penales y Penitenciarios, Walter Gálvez, explicó que la designación tiene que ver con la formación del nombrado en materia de seguridad y con el "perfil que se le quiere dar al Servicio Penitenciario" ante el crimen organizado.
—¿Para ustedes no significa un problema que Bernhardt haya integrado el Batallón de Inteligencia 601?
—Si no hay una causa judicial que amerite algún cercenamiento en su función (que ya cumplió hace 25 años) entramos en situaciones complicadas. Esto ya se habló hace 15 años atrás.
Efectivamente, el cuestionamiento a Bernhardt no es novedad en la provincia. El nuevo director fue el titular de la Secretaría de Seguridad Pública durante el primer mandato de Jorge Obeid, entre 1995 y 1999. Después, durante su segundo gobierno -entre 2003 y 2007- supo ser Subsecretario de Seguridad Pública, cuando Roberto Rosúa ocupó el cargo de Ministro de Gobierno.
En 2004 y 2006 los organismos de derechos humanos ya habían criticado que Bernhardt esté en funciones, por haber integrado el Batallón 601 y porque había nombrado como asistente -en 1995 y en 1999- al ex suboficial de Ejército Nicolás Correa, juzgado por crímenes de lesa humanidad. En ese entonces se inició una investigación a cargo del juez Reinaldo Rodríguez, que encontró que no había pruebas contra Bernhardt para acusarlo por crímenes durante la dictadura.
"'Bernhardt, por ser un hombre de Inteligencia Militar, seguramente conocía muy bien a Correa, los únicos que no lo conocían éramos nosotros porque cuando nos torturó siempre estábamos encapuchados. Pero un día, allá por 1995, cuando estaba en el segundo piso de la Casa de Gobierno y lo tengo declarado en el expediente, viene un compañero y me dice: '¿Sabés quién es ese? Y apunta a un funcionario de saco y corbata, pelo corto, 70 años, piernas arqueadas, tez morena. 'No, ¿quién es?' 'Ese es el tío Nicola, esa es la voz gruesa de las torturas', me dijo. '¿Qué hace acá?' 'Es asesor de Bernhardt', me contestó". Este relato corresponde a Jorge Pedraza, abogado querellante en delitos de lesa humanidad que brindó una entrevista en 2006 a Página/12.
El repudio
Tras conocerse hoy el nombramiento, el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos de Santa Fe expresó "su mas enérgico repudio al nombramiento. El organismos calificó a José Bernhardt como un "activo represor de la dictadura militar de 1976 - 1983" y exigió que "se revoque su designación".
Por su parte, el Foro contra la Impunidad y por la Justicia manifestó, a través de un comunicado: "Nos causa penosa sorpresa y gran preocupación que se haya designado al frente del Servicio Penitenciario Provincial al Tte Cnel (RE) José Bernhardt, quien revistó en el centro operacional de la Inteligencia Militar (Batallón 601 de Buenos Aires) y siendo funcionario provincial de Seguridad (1995-99) designó como su principal ayudante al Jefe de los grupos de tareas del Ejército en la ciudad de Santa Fe: Nicolás Correa".
El Foro agregó que "no es desconocida la trayectoria de Bernhardt, que fuera denunciada ante autoridades políticas de aquel momento". En el mismo sentido, criticaron que Bernhardt no haya condenado el terrorismo de Estado ni haya aportado información que conoció (en ese momento o después) a la Justicia. "En 1982, momento en que la dictadura cívico-militar comenzó a retirarse, fue incorporado al núcleo selecto de los genocidas", afirman desde el Foro.
Para el organismo, "nada bueno puede hacer en democracia un funcionario con esas características". Calificó la medida como "pésima" y añadió que "el gobierno provincial tiene tiempo de enmendar su error".
Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (HIJOS) también manifestaron su crítica a la medida. "Repudiamos y exigimos marcha atrás en la designación de José Alberto Bernhardt", sostienen en un comunicado, firmado por la Red Nacional de HIJOS.
Al respecto, la organización sostuvo: "Que luego de los avances y las conquistas que como pueblo logramos enjuiciando a los responsables del terrorismo de estado, develando en dichos procesos el rol que la inteligencia militar jugó en dicho plan, a casi 40 años de la reanudación democrática, que se nombre en la cartera de Seguridad a una persona que forma parte del Batallón 601 de Inteligencia, usina de las operaciones clandestinas que se diagramaban a lo largo y ancho de todo el país, es algo que no podemos admitir".
Además, aludieron al secuestro de los militantes peronistas Osvaldo Cambiasso y Eduardo Pereira Rossi, ocurrido el 14 de mayo de 1983 -cuando Berhardt revistaba en el Batallón 601. La tortura y asesinato de aquellos militantes fue "una operación planeada desde el Batallon 601, articulada entre el I y II Cuerpo de Ejército en 1983", recordó HIJOS.
La organización también hizo memoria en relación a otras circunstancias en que represores ocuparon funciones públicas en la provincia: "El pueblo santafesino padeció durante los primeros años de la democracia las graves consecuencias de la impunidad, tuvo un juez federal que el poder judicial decía desconocer sus delitos [en referencia a Víctor Brusa], un presidente comunal como Mario Facino (Rincón), un Jefe de Drogas Peligrosas como Héctor Colombini, funcionarios políticos como Correa y Bernhardt que disfrazados de técnicos intentaron aplicar en democracia las metodologías aprendidas en sus vastas trayectorias dictatoriales".
La Central de los Trabajadores de Argentina (CTA) Autónoma de Santa Fe "repudió y condenó" el nombramiento del "genocida teniente coronel José Alberto Bernhardt" como director del Servicio Penitenciario de Santa Fe.
"Consideramos que con dicho nombramiento el gobierno de [Omar] Perotti violenta la convivencia democrática en la provincia. La anulación de dicho nombramiento y la renuncia los responsables de semejante insulto a miles y miles de familiares victimas del Estado Terrorista es el único camino posible para un gobierno que pretenda seguir hablando de democracia y respeto a los derechos humanos", completó la organización sindical.
¿Por qué Bernhardt?
El funcionario Walter Gálvez alegó que "Bernhardt no tiene ninguna causa iniciada y el Juez Rodríguez en su momento, cuando fue cuestionado en el primer gobierno de Obeid, sacó una comunicación oficial diciendo que no había una causa iniciada por lo cual no tuvo ningún impedimento en ese momento para ser secretario de Seguridad de la provincia". El entrevistado añadió: "No le veo ninguna observación al tema".
—¿Por qué fue elegido José Bernhardt?
—Primero, por su capacitación en seguridad, fundamentalmente para capacitar a las fuerzas de operaciones especiales penitenciarias. Él ya lo hizo en su momento, con las Tropas de Operativos Especiales. En segundo lugar, por la estrecha vinculación que existe entre el servicio penitenciario y la seguridad, en todas sus aristas. Él es un experto en seguridad porque fue formado para eso. Es más: en los últimos años fue contratado por empresas particulares y su última actividad era como coordinador de seguridad de un country de Santo Tomé. Otro aspecto es la puesta en funcionamiento de la alcaidía general del departamento La Capital, que se empieza de cero y hay que armar para esa unidad una nueva estructura jerárquica. La idea es que esa alcaidía recoja los presos de las comisarías, que hoy están abarrotadas. Yo le pedí expresamente que esté recorriendo las unidades penitenciarias.
—¿Qué perfil buscaron para este cargo?
—Un perfil vinculado a cuestiones específicas de seguridad. Porque expertos en cuestiones penitenciarias ya hay en la plana mayor. Hoy hay una relación de mucha afinidad con las fuerzas de seguridad. Por ejemplo, los 22 detenidos que hubo que trasladar desde el complejo penitenciario de Rosario hasta el Centro de Justicia Penal la semana pasada fue un operativo donde hubo que amalgamar las fuerzas operativas policiales con las fuerzas penitenciarias. Hoy hay que tener otro tipo de mirada, comparada con la que se tenía hace veinte años atrás, cuando hablamos de narcocriminales e integrantes de bandas. Tenemos 200 detenidos de este tipo en Piñero. Hoy el celador no es el celador de otras épocas, donde había muy pocos integrantes de bandas. Pasa lo mismo con quienes realizan las requisas, las custodias internas y externas también. Hoy está esta cuestión que hay que considerarse. Vamos a crear una fuerza de seguridad para altos perfiles y para eso necesitamos una persona que esté entrenada y con los conocimientos necesarios para abordarlo.
—¿Qué opinión le merecen los repudios que se hicieron públicos frente a este nombramiento?
—Está bien que la gente se exprese, pero cuando no hay una causa que lo amerite es difícil. Pero está bien que la gente se exprese.