Por Querelle Delage
Soy la de las tetas sabor cerezas al maraschino, la boca matafuegos, telekinética mirada de carrie, el culo esculpido a mano(seo) limpix & suci@, piernas años luz y la sublime pija quijotesca.
¿Cómo tallar un texto finito, tatuar palabras de esta jungla travatrans, si nuestras identidades son el cénit rompecabezas del desborde que no acaba, el amor errante, el fuego fatuo, la astucia ninja y las pieles sin fin? Estigmatizadas como lxs perversas del famélico sexual, apiñamos escamas punzantes de cofradía como escudo protector de la hermandad diversa. Hábiles castradoras de todo indigerible canapé humano que venga servido en bandeja de lata y ponga en evidencia de qué está hecho el engendro heteronormado no aliado. De ahí el roce con lo mitológico hechicero y el distanciamiento con esos, los otros. Cazamos a nuestrxs desorientados cazadorxs que no soportan apabullante mutabilidad; las multiformas los enajenan. Forajidas por naturaleza encantada o terrenal que hacen de lo domesticable un imposible. Eso, también, somos, lo que no encuentra asidero en la fosa común de la normalidad explicada, subtitulada, reglamentada, vigilada, penada y asentada en los ladillosos archivos de psiquiatría, criminología y ciencias afines herrumbradas. Divinas criaturas perfumadas hasta el hartazgo encantador. Desde luego, fuego.
Aullarle a la luna llena como lobas salvajemente remixadas y que en cada partícula de la tal selene estallen nuestras voces universales y hagan eco hasta el confín del silencio. Ando de catwalk por la vida, con este traje polizón que confecciono, armo desarmo a gusto y monto a pelo, a solas, en las madrugadas sin fondo. ¿Pretenden que este escrito sea lo que no aparento ser? Hoy esto, mañana será otro día de otra transnoche.
Hablamos nosotrxs, decimos por nosotrxs, clamamos por nosotrxs. Nos arrullamos con bravura. En cada poro un desgarro, de cada célula una flor. Omnívorxs de nuestro jadeante deseo caníbal. ¡Qué nos van a hablar de ardor! si somos la chispa primal de todo lúbrico big bang anómalo. (H)ay biología tan fantasía, que conste.
Trabajar la lengua para que no se trabe por semántica impropia y así sea, por siempre, eróticamente trava. La imperiosa necesidad de trazar nuestros inciertos destinos, aun cuando las fauces verdugas intenten desaparecernos a toda costa. Borrarnos de los mapas: su faena favorita. Lo travatrans en loop titánico pasando las de Caín pero legitimando a tope la máxima de aquellas ancestrales guerreras de uñas esculpidas, garras de astracán bárbaro, aun cuando el taco filoso y asesino serial ya no diera abasto: la mejor defensa es el ataque a mansalva. Lengua viva la poseída, que de esclava nada y de ama poderosa pura sobredosis. Travotrans en perpetua (de)construcción detonando saberes pretéritos y volviendo al futuro. Megáfono y éter en tándem para derrocar el ánimo exterminador de señalarnos innombrables.
Acá estamos, entramades y políglotas sin cuartel, desparramades en los feroces territorios de nadie, nosotres, germen nocturno de luchas cuerpo a puerco. Nómades traficando la bella tarea de la autopercepción de elaboración propia, diseñada y atendida por sus mismísimas dueñas. Nuestra patria sagrada: cuerpa intervenida por la arácnida artesanía de lxs que vamos por todo. Nada, nunca. El todo kamikaze del lado oscuro que nos una; una a una. Arenas movedizas es la tierra firme de la travestidad. Firma y declaración.
"Acróbatas de las turbulencias" debería figurar en los manuales que intentan encorsetar nuestro deambular en este mundo colonizado por esxs que creen ostentar la apócrifa potestad de lo vulgarmente conocido como género humano. Pobre de ellxs con nosotrxs como mascarón de proa surcando el tifón identitario que germina en un fatal e hipnótico canto de sirena voraz.
Huevo o cigota, he aquí, también, el paupérrimo binarismo reduccionista de lxs idiotas. Somos el tesoro perdido de La Bella Otero, El Dorado cuir. De tamaña contundencia estamos hechas las que de invisibles carnes somos. A las que de chiquitas había que matar para que no se críen monstruos fuertes y sanos. Y acá andamos, enraizadas de metal pesado con la delicadeza del loto en barro. Patas sucias, acharoladas andariegas de acera, asfalto y bucaneras. Fugitivas hacia el refugio horizonte cuando la ley ordena y patrulla nuestras almas jaranas que transmutan jauría cuando osan mal tocar a una de las nuestras. Juiiiraaa yuta lacra, que nuestro tarascón cancerbero lacera más que tu pistolita chiste chisporroteo. ¡Juiiiraaa, botón! que tu odio nos fortalece hasta la estratósfera, bulle anticuerpos picantes que te sopapean hasta el último jadeo vigilante. Por cada plan aniquilador, te levantamos un camposanto para que entierres la hiel, muda como esa hache, estertor de esos como vos. Con esa magia indómita nos cargamos tu cloaca.
Le nene pregunta. Papá no sabe, no puede ni quiere responder lo que a gritos, definitivamente, ES. Se le escapa un susurrado TRABUCO (¡qué puntería!), murmura entre dientes TRAVESAÑO (¡qué golazo!) que hace mella en tanta masculinidad mal configurada, empobrecida, yerma. Tarjeta roja, pitido final. ¡Señores, saquen una hoja! Pedimos ESI, nos dan ESO. Campo de concentración falsamente escolarizado cuando no hay ánimo de hacernos parte. Tiza blanca palomita sobre negro pizarrón ensombrecido de luto. Saludan a uds. atte.: Las Depratravas.
¿Qué tanto tenemos que andar karaokeando nuestro existir? ¿A quiénes van dirigidxs todxs esxs papers, tratados, instrucciones, cuadros sinópticos, filminas, modos de uso, recetas, vademécums, premisas, ideas, doctrinas, tesis e hipótesis? ¿A nuestrx comunidad, colectivo, tribu, aquelarre, legión, a nuestra Travestópolis? Lo dudo, no creo ¿Tanta nebulosa, tanta ignorancia acumulada para despellejar, tanta equis minúscula a despejar para que nos dejen en paz? ¿Seremos tan omnipotentes que nuestro asteroide disidente pone en jaque la órbita terráquea que nos contiene a todes por desigual? Si es así, que Marvel y/o DC Comics se inspiren, nos contraten, multimillonariamente, como super heroínas de este Armagedón y nos llenen los corpiños con lo que siempre nos negaron: TRAVAJO.
Nosotrxs sabemos de últimos orejones del tarro, no nos vengan con el placebo, las migajas, las sobras de pan duro para sobrevivir la hecatombe diaria. Tan plenas y profusas de significante, que cualquier significado y/o acepción se quedan sin pólvora para detonar la bomba a tiempo, al pulso de nuestra tracción a sangre magma. Serán intentos fallidos, puntos de fuga, misión imposible reducirnos en vanas explicaciones. ¿Para que entienda, comprenda, Quién(es)? Grasas Trans Libres: el orden de los factores sí altera el producto. ¡No se confundan con el etiquetado anal, bestias!
No hay trato que por bien nos venga cuando el maltrato es rey. Hecha la ley, hecha la tanga. Venimos (crecimos, cogimos) y hacia la tanga vamos. La trucadora acompañándonos cual auténtica socia amazona a campo traviesa.
Cualquier vida humana, común y silvestre es una pléyade de contradicciones; aaaaaahhh, pero lx travxtrans debe y tiene que ser controlado, supervisado, anexado, monitoreado, documentado, registrado, clasificado, cuantificado, cualificado, zoologizado, amaestrado. Reducido a su mínima expresión.
Tanta funcionalidad y mansedumbre hacia el enemigo me produce asco. No cuenten conmigo.
REPITO: ¿PARA QUIÉNES?
La antropología barata es patrimonio de la chusma cis hetero discriminadora de la doble T.
¿Desde cuándo tanto interés por la puesta en valor de nuestras identidades desviadas en vías de expansión? ¿Quiéne$ cobran, engrosando sus arcas, por no$sotra$, llenándo$e lo$ bolCISllo$?
¿Cuántas muertes y forenses acopiadores necesitan para insinuar que algo del paño humano nos constituye?
Suficientemente bichas, sacafichas, medusas taconeadoras para que ahora nos vengan con ese cuento salvador de socorrernos del perpetuo malestar que nos generaron desde el origen de los tiempos. La extraña y compasiva solidaridad de nuestros históricos peritos ejecutores. Furia travesti enardecida e ilustrada para con ellos.
Celebrar lo torcido como picnic de primaveranotoñoinvierno: pitos y maracas, piñata profiláctica, guirnaldas de estrellas fugaces a cielo abierto, chongos sueltos, desatados, embriagados de tanto contoneo que marea. Marea alta, alta marea, the tide is high but I'm holdin' on/I'm gonna be your number one/. Puestos o colocados, no hay vuelta atrás, marchatrás, vuelta y vuelta soplanuca, teto y perdición, guiño y paqueteo, pete y troleo, te doy, me das, dulce caridad.
¿Sos versátil? interroga el que quiere, pura y exclusivamente, recibir lo que en casa no le dan. Pide pan, no le dan. No pide masa, pide maza. Al hueso. Pronta entrega, por favor.
Venimos a restaurar lo devastado; no es amor ni compasión, es la sabia insistencia de habitar el vacío ajeno por un (t)rato. El macho caído ante el tótem transextrasensorial es un concurso de preguntas sin respuestas ni llave para abrir el cofre de la felicidad. Dictamos cátedra por escrito en el cuerpo y oral centrifugado; garganta profunda clasifica más que aprobado. La brújula enloquece, sin norte, cuando la miden, comparan y constatan que la tienen más chica que la nuestra (sí, plural tribal). ¡Desesperan, maúllan en celo, entran en trance lácteo, quieren todo adentro ya! por ese fantasma incansable del sueño roto de reafirmar "machiralidad" pasiva a través de nuestro terminator erecto. Se desdibujan porque pierden poder en ese imaginario invencible que de tan omnipresente desmorona todo sentido posible. Náufragos made in Chongolandia a la deriva arrastrados por el mar de las desgracias de ser lo que son: lo fallido.
Transodiarnos es la muerte cerebral de ese glande que nació para ser cabeza con coronita pero se ahogó en su materia cis.
Transodiarnos es el camino más directo hacia la fosilización biosociocultural heternormada.
Transodiarnos es odiarse en espejo, y del odio propio, internalizado y proyectado, no se sale con vida.
Estas no son verdades absolutas de una prístina iluminada, pero son, sacudón, un puñado de las mías.
Que se sepan.