”Le pido a la Corte Suprema que le imprima urgencia al tratamiento de la sentencia que les ha llegado por vía de queja y resuelva”, reclamó el presidente luego de visitar a la dirigente social en una clínica privada de la capital jujeña.
"Voy a visitar a Milagro, injustamente detenida, enferma, para acompañarla como lo hice siempre y también para que se muestre esta situación oprobiosa que la Corte sigue sin resolver", anticipó a la mañana el presidente Alberto Fernández a través de sus perfiles en redes sociales. Luego del encuentro con la dirigente social, dijo que “el caso de Milagro Sala es paradigmático de la Argentina", afirmando que "se ha instaurado en torno a ella un sistema de clara persecución”. Reclamó a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que hace más de dos años tiene la causa de la sentencia para su análisis, que “se aboque al tema”. “Ninguna sociedad funciona bien sin un estado de derecho que funcione adecuadamente y donde no se respeten los derechos humanos”, remarcó.
Las declaraciones tuvieron lugar este mediodía, en una conferencia de prensa que brindó Fernández al término de su visita en el sanatorio privado Los Lapachos de San Salvador de Jujuy, donde se encuentra internada desde el lunes pasado con un cuadro de trombosis venosa profunda. El mandatario expresó su preocupación por la salud de Sala y resaltó la necesidad de que “el estado de derecho esté vigente en todos los lugares del mundo”.
El presidente aclaró que “no estoy pidiendo por su inocencia, sino que los juicios se hagan sin presiones políticas, sin intencionalidades persecutorias y que solamente primen las reglas del debido proceso”. Advirtió que “prolongar prisiones preventivas y detener preventivamente a gente antes de que la culpabilidad esté dispuesta, son formas de violar derechos humanos”. En ese sentido, le pidió a los jueces provinciales que “por favor dejen de lado teorías y doctrinas que se difundieron en los años del gobierno anterior y que definitivamente contradicen la esencia del estado de derecho”.
Fernández explicó que el 31 de diciembre de 2016 fue a visitar a Sala, quien actualmente atraviesa un proceso de prisión domiciliaria, al barrio Alto Comedero, y luego envió informes a la Organización de Estados Americanos (OEA) al observar “una práctica que se difundió durante toda la gestión que precedió a nuestro gobierno de persecución y de invento de causas a las personas incursas en el delito de la asociación ilícita para impedir su excarcelación y de ese modo mantener a la gente privada de libertad en un sistema legal, como es la Argentina, que se funda en el principio de inocencia hasta que se demuestre lo contrario”.
“En su momento reclamé y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dispuso que Milagro Sala cumpla su detención en su domicilio. Esa decisión fue ratificada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y eso de algún modo significó aliviar las penurias de alguien que está detenido, pero estar detenido en su domicilio es también una gran penuria si las causas siguen apareciendo, se siguen inventando y los hechos de persecución siguen ocurriendo”, añadió.
El jefe de Estado viajó acompañado por la portavoz Presidencial, Gabriela Cerruti; el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; el asesor presidencial Ricardo Forster y el diputado nacional Eduardo Valdés.