El Concejo aprobó la iniciativa presentada por el concejal Guillermo Jerez de Barrio 88, que propone una actualización de la Ordenanza 10.289 y promueve Mesas Barriales de Seguridad. También busca ordenar el funcionamiento del Consejo de Seguridad de la Ciudad y la puesta en marcha del Observatorio Municipal de Seguridad, entre otras.
La norma que se busca modificar data de 1998, la cual, según la visión de Jerez, se había ido desvirtuando con el paso del tiempo y las modificatorias sufridas. El proyecto se acopla a las facultades actuales que tiene el Municipio, proponiendo una visión de largo plazo de manera integral, democrática y participativa.
El proyecto fue uno de los primeros que se armaron cuando cuando se formó Barrio 88, y fue parte de las promesas de campaña. Jerez apunta que para su implementación el Municipio también le deberá prestar su importancia: “este programa debería convertirse en una política de Estado cuyo funcionamiento sostenido en el tiempo desarrolle las capacidades institucionales para empezar a dar algunas de las respuestas que la ciudadanía espera de la dirigencia política: que vivir con tranquilidad en nuestra ciudad, no sea una utopía”.
La seguridad como un derecho
En los fundamentos del proyecto se sostiene que garantizar la seguridad de los ciudadanos es una de las funciones principales del Estado: “Si la seguridad es un derecho, entonces es un deber del Estado: los gobiernos están obligados a extenderla a toda la ciudadanía, sobre todo a aquellos que se encuentran en una situación de desventaja”, afirma el texto.
El proyecto parte de entender que la inseguridad tiene, como telón de fondo, múltiples factores que no hay que esconder ni minimizar sino poner sobre la mesa para discutirlos entre todos y todas. De modo que garantizar el derecho a la seguridad, “es una cuestión bien compleja que hay que pensarla más allá de las agencias policiales.”
En ese sentido, Jerez remarca que “desde que asumí la banca presenté este proyecto que incluye las Mesas Barriales de Seguridad porque, junto con quienes integramos Barrio 88, creemos que a este asunto debemos abordarlo en su complejidad y con la seriedad que merece. Gendarmes, cámaras y patrulleros aportan en mayor medida a la gestión del miedo, ese miedo que tanto vos como yo tenemos, son útiles en cierto sentido, pero no van al meollo del problema. Nuestro proyecto pretende eso: que en conjunto podamos erradicar (o apaciguar) la violencia en la ciudad”.
Mesas Barriales, un Consejo Ejecutivo y un Observatorio a implementar
Barrio 88 propone tres mecanismos: un Consejo Ejecutivo del Programa Municipal de Seguridad Urbana que garantice el efectivo cumplimiento de los objetivos, no siendo sólo un “Consejo de Seguridad” al cual se llama cada vez que ocurre algún hecho trágico o una escala de violencia en la ciudad. En simples palabras: un Consejo ejecutivo que ejecute, acompañado de un consejo consultivo que sirva como foro.
Mesas Barriales de Seguridad es el corazón del proyecto. Funcionarán en instancias territoriales, según la división geográfica de las seccionales de la Policía de la Provincia en la ciudad. Las mismas serán espacios de representación colectiva, a través de las instituciones públicas e intermedias de la zona, respetando el criterio de paridad de género y acompañados por equipos interdisciplinarios.
Allí, representantes de Asociaciones Civiles, comerciantes, vecinales, instituciones educativas, de salud, comedores, organizaciones sociales, miembros del ejecutivo municipal, miembros de las fuerzas policiales de la sección -entre otras- se reunirán para elaborar informes con demandas y propuestas, que serán elevadas al Consejo Ejecutivo, quien deberá analizarlos y elaborar planes de acción específicos.
"Son las y los vecinos de los distintos barrios de la ciudad, quienes se vuelven coparticipes de la gestión de la seguridad, donde se les asigna un espacio para plantear demandas y elaborar propuestas, en donde, además de construir consensos junto a los poderes públicos, responsables de garantizar dicho servicio, les puedan solicitar la rendición de cuentas tanto a comisarios como a funcionarios".
En último lugar, la implementación de un Observatorio Municipal de Seguridad, el cual fue creado años atrás por Ordenanza, pero nunca fue puesto en marcha. Su objetivo será analizar los datos en el marco del plan integral, de modo tal que se pueda conocer, analizar e identificar las problemáticas emergentes sobre violencias y delitos a partir de políticas sostenidas e integrales.